martes, septiembre 19, 2006

POLEMICA POR LA CITA DEL DISCURSO DEL PAPA

Se ha recibido la siguiente nota, que se publica sin comentarios:

POLEMICA POR LA CITA DEL DISCURSO DEL PAPA

17 de Septiembre 2006

Queremos hacernos eco de lo que está sucediendo

a raíz de la cita del Papa Benedicto XVI en su discurso efectuado el 12 de Septiembre en la Universidad de Ratisbona. Y reproducir aquí lo aparecido en distintos medios, donde pensamos se hallan las claves a tener en cuenta para reconocer las fuerzas que a través de diversos agentes actúan formando parte de todas las que apuntan a la destrucción general de la humanidad, y que se expresan nuevamente en estos acontecimientos insertados en los últimos tiempos, anunciados en el Evangelio y subrayados en el Apocalipsis de San Juan. Quizá debiera señalarse que, si se exige al otro la autocrítica, ha de predicarse con el ejemplo. Sin embargo eso es prácticamente imposible entre mundos que viven en distintas épocas y que se encuentran forzosamente en la simultaneidad de la "globalización". Y también preguntarse acerca del papel de los medios de comunicación, utilizados por los integrismos organizados, así como el de los políticos, en manos de las mismas corrientes que fomentan o mueven la así llamada "opinión pública

". *

* * Del discurso de Benedicto XVI en la Universidad de Ratisbona: "En el séptimo coloquio (controversia) editado por el profesor Khoury, el emperador toca el tema de la «yihad» (guerra santa). Seguramente el emperador sabía que en la sura 2, 256 está escrito: «Ninguna constricción en las cosas de la fe». Es una de las suras del periodo inicial en el que Mahoma mismo aún no tenía poder y estaba amenazado. Pero, naturalmente, el emperador conocía también las disposiciones, desarrolladas sucesivamente y fijadas en el Corán, acerca de la guerra santa. Sin detenerse en los particulares, como la diferencia de trato entre los que poseen el «Libro» y los «incrédulos», de manera sorprendentemente brusca se dirige a su interlocutor simplemente con la pregunta central sobre la relación entre religión y violencia, en general, diciendo: «Muéstrame también aquello que Mahoma ha traído de nuevo, y encontrarás solamente cosas malvadas e inhumanas, como su directiva de difundir por medio de la espada la fe que él predicaba». El emperador explica así minuciosamente las razones por las cuales la difusión de la fe mediante la violencia es algo irracional. La violencia está en contraste con la naturaleza de Dios y la naturaleza del alma. «Dios no goza con la sangre; no actuar según la razón es contrario a la naturaleza de Dios. La fe es fruto del alma, no del cuerpo. Por lo tanto, quien quiere llevar a otra persona a la fe necesita la capacidad de hablar bien y de razonar correctamente, y no recurrir a la violencia ni a las amenazas Para convencer a un alma razonable no hay que recurrir a los músculos ni a instrumentos para golpear ni de ningún otro medio con el que se pueda amenazar a una persona de muerte»."
Nos viene a la memoria la referencia de Mahoma a la pequeña Guerra Santa y a la gran Guerra Santa, siendo esta última la que libra cada quien consigo mismo pues como todas las Tradiciones nos enseñan el peor enemigo de uno es él mismo. Pero de esto no quieren entender aquellos que se dicen ser sus seguidores pues si así fuera no estaríamos asistiendo a una avalancha de reacciones que como fuegos en cadena están prendiendo a lo largo y ancho del mundo islámico. Valgan de ejemplo: "El Parlamento paquistaní condenó al Papa Benedicto XVI a través de una resolución aprobada por unanimidad, en la que se la acusa de hacer comentarios "despectivos" sobre el islam y el profeta Mahoma, y se le exige una disculpa por herir los sentimientos de los musulmanes. Benedicto XVI citó a un emperador cristiano del siglo XIV -Manuel II de Constantinopla- que afirmó que el profeta Mahoma sólo había traído violencia al mundo". En un discurso en la Universidad de Regensburg el pasado martes, Benedicto XVI puso en tela de juicio el concepto de la 'Yihad' o guerra santa. Horas después de sus palabras, ya el clérigo musulmán de mayor jerarquía en Turquía pidió a Benedicto XVI que se disculpara por sus declaraciones, que calificó de "extraordinariamente preocupantes, desconcertantes y desafortunadas". El dirigente de la Hermandad Musulmana de Egipto, Mohammed Mahdi Akef, invitó a los Gobiernos y sociedades islámicas a romper relaciones con el Vaticano si el Papa no pedía disculpas. En Turquía, el titular del Directorio de Asuntos Religiosos, Ali Bardakoglu, principal jerarca del país en materia religiosa, sostuvo que sus declaraciones eran hostiles y reclamó una disculpa. Bardakoglu agregó que lo dicho por el Papa era "abominable, hostil y con un prejuicioso punto de vista". Según éste, aunque los musulmanes expresen críticas contra el cristianismo, nunca difamarían la Biblia o a Jesucristo. Las reacciones tampoco se han hecho esperar en España, donde el presidente de la Junta Islámica, Mansur Escudero, ha manifestado que este tipo de declaraciones "reafirma los peores estereotipos islámicos de la espada y la violencia". Para Escudero esto es totalmente falso, ya que el islam es una religión "de paz, como su propio nombre indica". Por último, aseguró que estas manifestaciones en el contexto del choque de civilizaciones "sólo fomentan el choque de religiones". Desde otro punto de vista, el teólogo Juan José Tamayo, de la Asociación Juan XIII, cree que con esta cita el Papa "ha dinamitado todos los puentes" tendidos en el diálogo interreligioso. El ex-primer ministro de Malasia Mahathir le ha recordado al Papa que el Cristianismo fue extendido por Europa a la fuerza. "Se ha cometido un error. Debe ser rectificado. Benedicto XVI debe presentar disculpas, rectificar sus declaraciones", dijo hoy el secretario general de la Unión de Organizaciones Islámicas de Francia (UOIF), Fouad Alaoui, en la emisora francesa "RTL". Alaoui, que es también vicepresidente del Consejo Francés del Culto Musulmán (CFCM), dijo que "la Iglesia no debe respaldar estos derrapes", que muestran, dijo, que "nadie es infalible".

"La Iglesia debe expresarse claramente (...) no hay que hacer ninguna amalgama entre el Islam y la violencia o el extremismo", insistió el secretario general de la UOIF, próxima a los Hermanos Musulmanes. El Imán de la mezquita cairota de El Azhar, principal autoridad de la rama suní, publicó ayer una nota de prensa en la que decía: "Las declaraciones del Papa encolerizan a los 1.300 millones de musulmanes del mundo. El discurso del Pontífice atribuye cosas a esta religión que no contribuyen al refuerzo del diálogo entre religiones y civilizaciones en el mundo". Pero no fue el único que protestó en Egipto. El Parlamento pidió a Benedicto XVI que se disculpara por sus "frases hostiles hacia el islam". El ministro de Exteriores, Ahmed Abul Gheit, fue aún más duro, afirmando que "estas declaraciones lo único que hacen es reforzar las llamadas a una guerra de civilizaciones". Roma: Ha bastado una chispa para hacer explotar una cadena de reacciones violentas en el mundo musulmán. Por el momento, el discurso pronunciado el lunes por el Papa Benedicto XVI tan sólo ha cosechado ataques verbales, pero desde las televisiones hasta los portales de internet ya se amenaza con una reacción parecida a la que provocaron las tristemente famosas viñetas de Mahoma si el Pontífice no se retracta de lo dicho en Alemania.

Desde los micrófonos de Al Yazira hasta las sedes parlamentarias de decenas de países árabes, pasando por las mezquitas europeas, se repiten las críticas descarnadas contra el Papa. Todo por una citación sobre el Islam, puesta en boca de un emperador bizantino del siglo XIV, dentro de un discurso académico que giraba en torno a un argumento meramente teológico: la relación entre la fe y la razón. Cualquier excusa sirve cuando la susceptibilidad está en carne viva. Marruecos llama a consultas a su embajador vaticano y protesta por carta ante el Papa, esto adquiere relevancia internacional porque... - El rey de Marruecos es el primer Jerife, descendiente directo del Profeta Mahoma - Como emir de los creyentes tiene la obligación de defender las tierras del islam - Como Presidente del Comité Al-Qods (en árabe Jerusalem) debe proteger los santos lugares de cualquier profanación y manciliación.

A todo esto ¿cuál es el papel de los medios informativos? El periódico español "El Mundo" del 17 de Septiembre denuncia que "Lamentablemente, grandes diarios europeos - expresión, supone uno, de la cultura Occidental - hicieron el juego a esa absurda acusación contra el Pontífice" "todo ello convenientemente magnificado y estimulado por el sistema informativo mundial, que cada vez nos sorprende más por su estúpida servidumbre como caja de resonancia de los violentos y como plataforma para todo el que decida atacar las instituciones y los líderes de Occidente", poniendo como ejemplo entre "grandes diarios europeos - expresión, supone uno, de la cultura Occidental -" a "Le Fígaro", que dice en su editorial: "Benedicto XVI ha echado pólvora al fuego y, a los ojos de los más extremistas, sus palabras han aparecido como un apoyo a la política maniquea de Bush. (...) Nadie se esperaba que un Papa marcara tan profundamente las diferencias entre cristiandad e islam mediante un duro discurso, que ha molestado y asustado", y destacando que sea precisamente un periódico de izquierdas como Le Monde el que se atreve a decir: "¿Por qué el Papa no habría de tener derecho a reaccionar frente a ese ascenso de la violencia religiosa y a proponer más firmeza en la confrontación con el islam?"

El "New York Times" en cambio se permite en su editorial dictar al Papa lo que tiene que decir: «Es preciso que el Papa presente sus disculpas de manera sincera y convincente para demostrar que las palabras también son capaces de curar las heridas». «Cunde la cólera de manera sobrada en el mundo por motivos religiosos, así que resulta especialmente preocupante que el Papa Benedicto XVI haya ofendido a los musulmanes con una cita del siglo XlV que tacha al Islam de 'diabólico e inhumano'». «El Vaticano ha difundido una declaración según la cual Benedicto XVI no pretendía causar ninguna ofensa y de hecho deseaba el diálogo. No es la primera vez, sin embargo, que este Papa ha fomentado la discordia entre cristianos y musulmanes». «En el año 2004, cuando todavía era el teólogo más destacado del Vaticano», «se pronunció públicamente contra la adhesión de Turquía a la UE por tratarse de un país musulmán que había estado 'en contraste permanente con Europa'. Conservador en el plano doctrinal, parece que su principal temor sería la pérdida de una identidad católica uniforme»

Sin embargo, y también en España, el director del diario La Vanguardia efectúa el día 17 un preciso análisis: "Unas palabras pronunciadas por el Papa Benedicto XVI en la Universidad de Ratisbona, en el corazón del catolicismo alemán y en cuyas aulas fue profesor hace varias décadas, han originado un notable revuelo en el mundo musulmán. En su discurso, titulado Fe, razón y universidad, y ante una audiencia procedente del mundo académico, el Papa plantea el debate entre la razón y la fe, entre el fideísmo y el racionalismo siguiendo la doctrina establecida en una de sus encíclicas por Juan Pablo II y toma como pauta un diálogo del siglo XV y unas referencias al fanatismo religioso. He leído la densa conferencia de Benedicto XVI en Ratisbona, sus referencias a la yihad islámica y sus inequívocas palabras manifestando que difundir la fe con violencia es irracional, sus reflexiones sobre la evolución del cristianismo en Europa y su defensa del diálogo entre culturas y religiones. En un Pontífice de elevada talla intelectual, ninguna sorpresa. Entonces, ¿por qué la polémica? En primer lugar porque, de un tiempo a esta parte, desde el islam sólo emergen las voces marcadamente radicales y fundamentalistas, lo que da pie a una implacable manipulación. Mientras, una Europa desconcertada -se vio en la polémica sobre las viñetas de Mahoma- sigue con miedo todo lo que sucede al tiempo que tiene una irrefrenable necesidad de pedir perdón."

Política de la avestruz de una Europa que también tiene miedo a sus raíces cristianas, tan válidas como cualquiera otra de sus raíces culturales, que parece han dejado de existir. una Europa que ha sustituido los valores por el "gran logro" de una declaración de "derechos humanos" con la que tranquilizar su conciencia, pero que más parecen algo colgado en una lista burocrática a la que de vez en cuando se recurre, en lugar de ser verdaderamente connaturales al hombre. Y que se traduce en un miedo supersticioso a aquellos que tiene alguna clase de fe -cuánta razón tiene en eso el Papa- sin darse cuenta de que lo que teme es tener que enderezarse para enfrentar un conflicto que requiere el posicionamiento más claro y firme que ha tenido que adoptar en su historia. Se olvidan las palabras de Churchill ante la amenaza del nazismo, recordadas hoy como advertencia por algunos más lúcidos: "Habéis de escoger entre el deshonor y la guerra." y después: "Habéis escogido el deshonor, tendréis la guerra". Se le ha reprochado al Papa por ambas partes tanto una cuestión de oportunidad, como no haber utilizado como ejemplo una violencia histórica de parte de los católicos, y por ello de hipocresía, cerrando así los ojos ante la realidad que se tiene ante ellos. Creemos que lo que ocurre es que ha puesto oportunamente el dedo en la llaga. Según Magdi Allam, de origen egipcio, vicedirector del diario Il Corriere della Sera, el Papa citó "verdades históricas" cuando se refirió a la yihad. Y él mismo calificó de: "preocupante y decepcionante" las reacciones del mundo musulmán ya que revelan que la "fe musulmana fue transformada por extremistas en una ideología".

Se nos dice que la yihad es un esfuerzo personal y no "la guerra santa": ver sobre ello el resumen histórico de la evolución del concepto de yihad que S. Basco ha publicado en ABC el día 17:
http://www.abc.es/20060917/internacional-internacional/yihad-camino-vuelta_200609170255.html y que hoy ha regresado en manos de los fundamentalistas a su versión más "cruda". ¿Se ofenderán también algunos si afirmamos que al guardar silencio sobre los asesinatos cometidos en nombre de ella, quienes eso afirman se convierten en agentes de la invasión islámica, ya sean conversos o ulemas? Para decirlo más claro: ¿Es la "religión" lo que hay que amar o es a Dios y al prójimo? Porque "amar la religión" puede llegar a significar nada más que adorar unas fórmulas que se convierten en una simple consigna, o sea adorar unas formas sin alcanzar su contenido, en definitiva y paradójicamente una idolatría, que lleva en sí misma su propia destrucción. Por si los occidentales "bienpensantes" no se han enterado, la aparente unidad del islam sólo es tal en frente de un enemigo que los extremistas han conseguido que todos identifiquen con el Occidente no islámico, ellos mismos calificados con la etiqueta de "infieles" ¿a quién? y de "cruzados": o sea la guerra de religiones que de este lado todos se empeñan en negar y que a los agentes de la destrucción general ­conscientes o inconscientes­ tanto les conviene. Los supuestos "amantes de la religión" son los capaces de matar a sus correligionarios en el interior de las mezquitas mismas y en el día de oración y lo que ocurre entre sunitas y chiítas ha sucedido igualmente entre distintas facciones del mismo credo. Por si no se han enterado el islam es territorial, pero los límites del territorio no están definidos, como ocurre en el judaísmo, y en el encuentro mutuo de la globalización cualquier excusa es válida para el integrismo que no puede soportar al "otro" sin someterlo o aniquilarlo. Unos somos tachados de "infieles" o "cruzados", los otros de "paganos" e "idólatras". ¿Y el silencio de los musulmanes no fundamentalistas? Dice Alaa Aswani, escritor egipcio, en una entrevista en el Corriere della Sera: "P.- El comportamiento de los fanáticos lo estamos viendo a diario. ¿Pero, por qué los moderados, que al parecer conforman la inmensa mayoría de la población, no hacen nada por dejar oír su voz? R.- Cuando se habla de ofensas hacia el islam no existen moderados y extremistas. Esas son distinciones que operan sólo en el ámbito político. En materia religiosa, una ofensa al islam es una ofensa que afecta a todos los musulmanes."
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Estas reacciones automáticas y las inevitables amenazas llevan a preguntarse si en verdad se trata del mismo Dios, como afirman los que creo quieren defender honesta y sinceramente el islam pero cierran los ojos ante la realidad evidente, pues está claro que en estas condiciones no lo es. Y lo que finalmente hacen pensar las citadas actitudes por parte de clérigos y políticos islámicos es que finalmente lo afirmado en el siglo XIV por el emperador bizantino Manuel II Paleólogo, y citado como soporte de la negación de la imposición de la religión por medio de la violencia, es hoy la verdad. La doctrina cristiana es la de la Caridad y el Amor, expresada con insuperable serenidad y valentía en los Evangelios y subrayada por sus mayores sabios. Y adonde apunta no es a la "coexistencia pacífica" de los pueblos, que debería ser por añadidura, sino a que tanto el prójimo como uno mismo, es en verdad un Hijo de Dios. Cómo vamos a permitir que cualquier violencia amenace la libertad de nuestro pensamiento. Así provenga de un medio "religioso", o político, de cualquier totalitarismo. No hay que tener pues, ningún miedo de defender aquél Pensamiento, que es el auténticamente cristiano. El presidente del CFCM y rector de la Gran Mezquita de París, Dalil Boubakeur, afirmó que "creemos en el mismo dios, el dios de la paz, del amor y la misericordia" y subrayó que el Islam es ante todo "tolerancia y fraternidad". ¿Cómo hay que entender estas palabras a la luz de las reacciones que se están dando en el mundo entero? y no nos engañemos: no son las palabras de Benedicto XVI las que han puesto en pie de guerra al mundo islámico, pues hace mucho tiempo que esta guerra ha comenzado.

Franciszek Belka
Madrid, 17 de Septiembre

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