Gloria Leticia Díaz
Aunque al principio no lo vio con buenos ojos, finalmente Andrés Manuel López Obrador acabó por aceptar la creación del Frente Amplio Progresista al darse cuenta de que éste no se reñía con su idea de ser "presidente legítimo". En entrevistas con Proceso, Saúl Escobar, Jesús Ortega y Manuel Camacho coinciden en que el frente es una "salida institucional" a la Convención Nacional Democrática, cuya meta es la consolidación de un nuevo Congreso Constituyente. Según Camacho, en este proyecto López Obrador queda fuera de la coordinación política, lo cual "es sano" por diversas razones...
En vísperas de la Convención Nacional Democrática y ante el riesgo de que el movimiento de resistencia civil que encabeza Andrés Manuel López Obrador quede aislado políticamente, las dirigencias de los partidos de la Revolución Democrática (PRD), del Trabajo (PT) y de Convergencia, así como colaboradores cercanos del tabasqueño, decidieron crear el Frente Amplio Progresista.
Saúl Escobar, secretario de Relaciones Internacionales del PRD y uno de los diseñadores del proyecto, explica que esta nueva estrategia tiene como propósito mantener lo ganado por la coalición Por el Bien de Todos y aglutinar a organizaciones sociales, campesinas, sindicales e intelectuales para enfrentar al régimen de derecha de Felipe Calderón.
Y aclara que, al principio, la conformación de esta agrupación de fuerzas no fue bien vista por López Obrador. Sin embargo, dice, "lo retomó cuando se dio cuenta de que el frente no se reñía con su idea de ser presidente legítimo".
Jesús Ortega, excoordinador de campaña del tabasqueño y miembro de la coordinación política del frente, es más explícito:
"(López Obrador) pensaba que el universo era la Convención, pero entramos a un problema político: Ya habíamos tomado la determinación de proponerle a la gente que no reconociera a un gobierno espurio; entonces, ¿en qué circunstancias dejábamos a nuestros legisladores, presidentes municipales y a nuestros gobernadores, quienes tienen que trabajar dentro del marco de las instituciones formales?"
Antes de que se nombraran las coordinaciones parlamentarias de los tres partidos que integraban la coalición Por el Bien de Todos, señala Ortega, se acordó mantener la alianza en términos de proyectos legislativos, hecho que dio pie a "dar el siguiente paso, la conformación del frente amplio".
Manuel Camacho, otro de los integrantes de la coordinación política -en la que también toman parte Porfirio Muñoz Ledo e Ifigenia Martínez-, explica que lo que ahora se busca es enmarcar la resistencia civil pacífica contra el gobierno de Felipe Calderón en términos constitucionales.
En este proyecto, López Obrador queda al margen, fuera de la coordinación política. "Eso es sano -dice Camacho Solís- porque necesitamos que haya responsabilidades institucionales y partidistas, que haya un proceso de diálogo, negociaciones y decisiones que estén circunscritas a la representación política del Frente Amplio Progresista".
En entrevistas por separado, Saúl Escobar, quien presentó el proyecto original, Jesús Ortega y Manuel Camacho Solís coinciden en que el frente anunciado el pasado jueves 14 es una "salida institucional" a la Convención, cuya meta es la consolidación de un nuevo Congreso Constituyente.
La iniciativa surge de la necesidad de consolidar el planteamiento político de la coalición Por el Bien de Todos, dicen. Una vez concluido el proceso electoral y ante la desintegración formal de la coalición, con el frente se plantean actuar en el terreno legislativo y electoral, al lado de otras organizaciones sociales y en coordinación con la Convención Nacional Democrática.
Sumar fuerzas
El proyecto del Frente Amplio Progresista será registrado próximamente ante el IFE, con apego a los artículos 56 y 57 del Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (Cofipe). La dirección política estará conformada por los dirigentes del PRD, PT y Convergencia -Leonel Cota Montaño, Alberto Anaya y Luis Maldonado, respectivamente-, así como por los coordinadores parlamentarios de esos partidos en el Congreso de la Unión, más un representante por cada cargo de elección popular (un gobernador, un alcalde, un diputado y un senador).
La idea de crear un bloque de izquierda en el que se sumarán organizaciones y partidos políticos no es nueva en el PRD. Según Ortega, exsenador de la República y cabeza de la corriente Nueva Izquierda, "antes de las elecciones del 2 de julio, en las discusiones sobre la reconstrucción del PRD -que es algo que tendremos que hacer- se hablaba de la creación de un bloque común de izquierdas ante el reagrupamiento de la derecha".
"En México, el Cofipe ofrece la alternativa de crear frentes políticos, en la que los partidos mantienen su autonomía, su independencia y son soberanos en la toma de decisiones, pero están unidos en torno a un programa básico y sustantivo. Pueden participar juntos o no en elecciones, pueden trabajar o no en proyectos legislativos, de tal manera que da una gran flexibilidad orgánica; además, deja que fluyan de muchas fuerzas de izquierda, no solamente partidos, sino organizaciones sociales", explica Ortega.
Por su parte, Escobar cuenta que la primera versión del proyecto de creación de un frente amplio opositor la presentó él en el Consejo Nacional de su partido el pasado 31 de agosto, dos semanas después de que López Obrador lanzara la convocatoria para la Convención Nacional Democrática y un par de días antes de que definiera los temas a tratar luego de su nombramiento como presidente legítimo.
"Al principio, esta idea no era bien aceptada, la ignoraron y evadieron comentarla en el partido; después fui a presentársela a Andrés Manuel, quien le puso objeciones porque no sabía qué organizaciones sociales se integrarían, o si se trataría de crear un nuevo partido. Finalmente, él mismo retomó el asunto una vez que advirtió que el Frente Amplio no se reñía con los planteamientos que hizo para la Convención Nacional Democrática, entre ellos el de ser presidente legítimo. Por el contrario, este frente le daba forma jurídica al esfuerzo de los partidos que apoyaron la coalición, así como a organizaciones sociales y ciudadanas."
Miembro de la corriente Movimiento por la Democracia -antes Unión y Renovación (Unyr)-, Saúl Escobar reconoce que él y sus compañeros perredistas llegaron a la conclusión de que concentrarse en la movilización civil para enfrentar al gobierno de Felipe Calderón los llevaría a un proceso de desgaste: "Quienes venimos de movimientos sociales sabemos que la gente se cansa, y que no podíamos anclarnos en una avenida gritando 'voto por voto', cuando eso ya pasó".
La conformación del Frente Amplio Progresista, aprobado en el Consejo Nacional del PRD el viernes 15, es "tan importante o más que lo del presidente y gobierno legítimo porque -apunta Escobar- le da un cauce institucional a las propuestas del movimiento y coadyuva a consolidarlas".
El siguiente paso, advierte, será no dejar únicamente en manos de las cúpulas de los partidos las decisiones, que formalmente tiene que registrar el frente, sino "ampliar el espectro con organizaciones sociales, sindicales y campesinas que simpatizan con el proyecto de izquierda y están de acuerdo en que se debe transformar al país y avanzar en un Congreso Constituyente. En el futuro, lo ideal sería que se consolidara como partido político".
Más allá de la Convención
Jesús Ortega insiste en destacar la importancia de la constitución de esta nueva agrupación de fuerzas. "Quedarnos con los resultados de la Convención -dice- nos iba a aislar de todo, y nos llevaba a una rebeldía violenta".
Por eso considera que el Frente Amplio es un complemento de las acciones que López Obrador llevará a cabo como cabeza de la Convención Nacional Democrática.
El nombramiento del tabasqueño como presidente legítimo "no solamente es simbólico", insiste Ortega, sino que es la expresión de "la dignidad de todo el movimiento; es decir, 'nos hicieron fraude y no nos allanamos a él', su papel va a ser de crítica constante y permanente al régimen espurio".
Camacho Solís lo secunda: "Todo mundo suponía que se iba a dividir la coalición, que todo iba a ser un proceso de radicalización y de aislamiento de los sectores liberales y moderados, pero el establecimiento de este Frente Amplio permite posicionarnos en el terreno electoral, donde se necesitan alianzas con los sectores liberales".
Impulsor de la creación del frente en el círculo cercano de López Obrador, Camacho cuenta que una vez que los dirigentes de partidos acordaron la creación del frente, López Obrador lo celebró y que fue él quien pidió estar fuera de la coordinación política, porque las funciones que tiene son distintas.
"Yo creo que Andrés Manuel tiene su espacio, va a saber conservar y aprovechar su capacidad de liderazgo, pero finalmente hay que darle coordinación a toda la fuerza de los partidos y del parlamento.
"Él es un hombre que sabe de elecciones, de política, y sabe la importancia que puede tener este frente, porque se requiere abrir espacios a gente de centro, de corrientes liberales, progresista, a alguna gente que viene del PRI, de movimientos sociales que probablemente no están en ninguno de los partidos pero que sí pueden apoyar a un frente de esta naturaleza", precisa Camacho Solís.
Y concluye: "López Obrador está convencido de que no debe haber mezclas, de que haya gente que participe en el frente y luego en la resistencia civil, porque eso es disfuncional. Algunos van a estar en la resistencia civil, esa es su responsabilidad. Nosotros estamos en la política".
En la asamblea informativa en el Zócalo capitalino, a unas horas de que la Convención Nacional Democrática lo nombrara presidente legítimo, López Obrador afirmó que el Frente Amplio Progresista es un "fruto" de la movilización que durante más de 40 días mantuvo en la Plaza de la Constitución y a lo largo del corredor del Centro Histórico y Reforma.
"Si hubiésemos estado cada quien en su oficina, si no nos hubiésemos estado reuniendo diariamente, si no se hubiese puesto en práctica esta estrategia de asamblea permanente, no hubiésemos logrado este fruto, que es la unidad de todas las fuerzas progresistas de nuestro país.
"Por eso celebro la actitud responsable de los dirigentes de los partidos y de las organizaciones sociales y de las organizaciones ciudadanas, los felicito sinceramente por este gran esfuerzo unitario, que se va a necesitar hacia adelante", dijo López Obrador al hablar del Frente Amplio Progresista, el mismo al que en principio no vio con buenos ojos
En vísperas de la Convención Nacional Democrática y ante el riesgo de que el movimiento de resistencia civil que encabeza Andrés Manuel López Obrador quede aislado políticamente, las dirigencias de los partidos de la Revolución Democrática (PRD), del Trabajo (PT) y de Convergencia, así como colaboradores cercanos del tabasqueño, decidieron crear el Frente Amplio Progresista.
Saúl Escobar, secretario de Relaciones Internacionales del PRD y uno de los diseñadores del proyecto, explica que esta nueva estrategia tiene como propósito mantener lo ganado por la coalición Por el Bien de Todos y aglutinar a organizaciones sociales, campesinas, sindicales e intelectuales para enfrentar al régimen de derecha de Felipe Calderón.
Y aclara que, al principio, la conformación de esta agrupación de fuerzas no fue bien vista por López Obrador. Sin embargo, dice, "lo retomó cuando se dio cuenta de que el frente no se reñía con su idea de ser presidente legítimo".
Jesús Ortega, excoordinador de campaña del tabasqueño y miembro de la coordinación política del frente, es más explícito:
"(López Obrador) pensaba que el universo era la Convención, pero entramos a un problema político: Ya habíamos tomado la determinación de proponerle a la gente que no reconociera a un gobierno espurio; entonces, ¿en qué circunstancias dejábamos a nuestros legisladores, presidentes municipales y a nuestros gobernadores, quienes tienen que trabajar dentro del marco de las instituciones formales?"
Antes de que se nombraran las coordinaciones parlamentarias de los tres partidos que integraban la coalición Por el Bien de Todos, señala Ortega, se acordó mantener la alianza en términos de proyectos legislativos, hecho que dio pie a "dar el siguiente paso, la conformación del frente amplio".
Manuel Camacho, otro de los integrantes de la coordinación política -en la que también toman parte Porfirio Muñoz Ledo e Ifigenia Martínez-, explica que lo que ahora se busca es enmarcar la resistencia civil pacífica contra el gobierno de Felipe Calderón en términos constitucionales.
En este proyecto, López Obrador queda al margen, fuera de la coordinación política. "Eso es sano -dice Camacho Solís- porque necesitamos que haya responsabilidades institucionales y partidistas, que haya un proceso de diálogo, negociaciones y decisiones que estén circunscritas a la representación política del Frente Amplio Progresista".
En entrevistas por separado, Saúl Escobar, quien presentó el proyecto original, Jesús Ortega y Manuel Camacho Solís coinciden en que el frente anunciado el pasado jueves 14 es una "salida institucional" a la Convención, cuya meta es la consolidación de un nuevo Congreso Constituyente.
La iniciativa surge de la necesidad de consolidar el planteamiento político de la coalición Por el Bien de Todos, dicen. Una vez concluido el proceso electoral y ante la desintegración formal de la coalición, con el frente se plantean actuar en el terreno legislativo y electoral, al lado de otras organizaciones sociales y en coordinación con la Convención Nacional Democrática.
Sumar fuerzas
El proyecto del Frente Amplio Progresista será registrado próximamente ante el IFE, con apego a los artículos 56 y 57 del Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (Cofipe). La dirección política estará conformada por los dirigentes del PRD, PT y Convergencia -Leonel Cota Montaño, Alberto Anaya y Luis Maldonado, respectivamente-, así como por los coordinadores parlamentarios de esos partidos en el Congreso de la Unión, más un representante por cada cargo de elección popular (un gobernador, un alcalde, un diputado y un senador).
La idea de crear un bloque de izquierda en el que se sumarán organizaciones y partidos políticos no es nueva en el PRD. Según Ortega, exsenador de la República y cabeza de la corriente Nueva Izquierda, "antes de las elecciones del 2 de julio, en las discusiones sobre la reconstrucción del PRD -que es algo que tendremos que hacer- se hablaba de la creación de un bloque común de izquierdas ante el reagrupamiento de la derecha".
"En México, el Cofipe ofrece la alternativa de crear frentes políticos, en la que los partidos mantienen su autonomía, su independencia y son soberanos en la toma de decisiones, pero están unidos en torno a un programa básico y sustantivo. Pueden participar juntos o no en elecciones, pueden trabajar o no en proyectos legislativos, de tal manera que da una gran flexibilidad orgánica; además, deja que fluyan de muchas fuerzas de izquierda, no solamente partidos, sino organizaciones sociales", explica Ortega.
Por su parte, Escobar cuenta que la primera versión del proyecto de creación de un frente amplio opositor la presentó él en el Consejo Nacional de su partido el pasado 31 de agosto, dos semanas después de que López Obrador lanzara la convocatoria para la Convención Nacional Democrática y un par de días antes de que definiera los temas a tratar luego de su nombramiento como presidente legítimo.
"Al principio, esta idea no era bien aceptada, la ignoraron y evadieron comentarla en el partido; después fui a presentársela a Andrés Manuel, quien le puso objeciones porque no sabía qué organizaciones sociales se integrarían, o si se trataría de crear un nuevo partido. Finalmente, él mismo retomó el asunto una vez que advirtió que el Frente Amplio no se reñía con los planteamientos que hizo para la Convención Nacional Democrática, entre ellos el de ser presidente legítimo. Por el contrario, este frente le daba forma jurídica al esfuerzo de los partidos que apoyaron la coalición, así como a organizaciones sociales y ciudadanas."
Miembro de la corriente Movimiento por la Democracia -antes Unión y Renovación (Unyr)-, Saúl Escobar reconoce que él y sus compañeros perredistas llegaron a la conclusión de que concentrarse en la movilización civil para enfrentar al gobierno de Felipe Calderón los llevaría a un proceso de desgaste: "Quienes venimos de movimientos sociales sabemos que la gente se cansa, y que no podíamos anclarnos en una avenida gritando 'voto por voto', cuando eso ya pasó".
La conformación del Frente Amplio Progresista, aprobado en el Consejo Nacional del PRD el viernes 15, es "tan importante o más que lo del presidente y gobierno legítimo porque -apunta Escobar- le da un cauce institucional a las propuestas del movimiento y coadyuva a consolidarlas".
El siguiente paso, advierte, será no dejar únicamente en manos de las cúpulas de los partidos las decisiones, que formalmente tiene que registrar el frente, sino "ampliar el espectro con organizaciones sociales, sindicales y campesinas que simpatizan con el proyecto de izquierda y están de acuerdo en que se debe transformar al país y avanzar en un Congreso Constituyente. En el futuro, lo ideal sería que se consolidara como partido político".
Más allá de la Convención
Jesús Ortega insiste en destacar la importancia de la constitución de esta nueva agrupación de fuerzas. "Quedarnos con los resultados de la Convención -dice- nos iba a aislar de todo, y nos llevaba a una rebeldía violenta".
Por eso considera que el Frente Amplio es un complemento de las acciones que López Obrador llevará a cabo como cabeza de la Convención Nacional Democrática.
El nombramiento del tabasqueño como presidente legítimo "no solamente es simbólico", insiste Ortega, sino que es la expresión de "la dignidad de todo el movimiento; es decir, 'nos hicieron fraude y no nos allanamos a él', su papel va a ser de crítica constante y permanente al régimen espurio".
Camacho Solís lo secunda: "Todo mundo suponía que se iba a dividir la coalición, que todo iba a ser un proceso de radicalización y de aislamiento de los sectores liberales y moderados, pero el establecimiento de este Frente Amplio permite posicionarnos en el terreno electoral, donde se necesitan alianzas con los sectores liberales".
Impulsor de la creación del frente en el círculo cercano de López Obrador, Camacho cuenta que una vez que los dirigentes de partidos acordaron la creación del frente, López Obrador lo celebró y que fue él quien pidió estar fuera de la coordinación política, porque las funciones que tiene son distintas.
"Yo creo que Andrés Manuel tiene su espacio, va a saber conservar y aprovechar su capacidad de liderazgo, pero finalmente hay que darle coordinación a toda la fuerza de los partidos y del parlamento.
"Él es un hombre que sabe de elecciones, de política, y sabe la importancia que puede tener este frente, porque se requiere abrir espacios a gente de centro, de corrientes liberales, progresista, a alguna gente que viene del PRI, de movimientos sociales que probablemente no están en ninguno de los partidos pero que sí pueden apoyar a un frente de esta naturaleza", precisa Camacho Solís.
Y concluye: "López Obrador está convencido de que no debe haber mezclas, de que haya gente que participe en el frente y luego en la resistencia civil, porque eso es disfuncional. Algunos van a estar en la resistencia civil, esa es su responsabilidad. Nosotros estamos en la política".
En la asamblea informativa en el Zócalo capitalino, a unas horas de que la Convención Nacional Democrática lo nombrara presidente legítimo, López Obrador afirmó que el Frente Amplio Progresista es un "fruto" de la movilización que durante más de 40 días mantuvo en la Plaza de la Constitución y a lo largo del corredor del Centro Histórico y Reforma.
"Si hubiésemos estado cada quien en su oficina, si no nos hubiésemos estado reuniendo diariamente, si no se hubiese puesto en práctica esta estrategia de asamblea permanente, no hubiésemos logrado este fruto, que es la unidad de todas las fuerzas progresistas de nuestro país.
"Por eso celebro la actitud responsable de los dirigentes de los partidos y de las organizaciones sociales y de las organizaciones ciudadanas, los felicito sinceramente por este gran esfuerzo unitario, que se va a necesitar hacia adelante", dijo López Obrador al hablar del Frente Amplio Progresista, el mismo al que en principio no vio con buenos ojos
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