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Hay que defender el voto, tenemos la certeza que ganamos la elección.
Que nadie se quede en casa, todos a la marcha este domingo 30 de julio, habrá sorpresas...
"Toda la historia de la sociedad humana, hasta el día, es una historia de lucha de clases." En los tiempos históricos nos encontramos a la sociedad dividida casi por doquier en una serie de estamentos, dentro de cada uno de los cuales reina, a su vez, una nueva jerarquía social de grados y posiciones. En la Roma antigua son los patricios, los équites, los plebeyos, los esclavos...."
Dijo que el legislador es "un mentiroso y un cobarde" , porque sus acusaciones son especulaciones y "se escudan en testimonios anónimos" . Además lo responsabilizó de poner "en condiciones de vulnerabilidad y riesgo" a sus hijos.
En Los Pinos, Sahagún señaló: "No satisfecho con afectar la honra e imagen de mis hijos, ahora dirige sus sucias palabras hacia mi persona. Señor González Schmal: su fuero tiene un límite. Espero que confirme sus dichos cuando el fuero se le acabe, porque junto con mis hijos, seguiré defendiendo el buen nombre de mi familia".
El presidente Vicente Fox dijo en Veracruz que nadie debe escudarse detrás de un fuero para "mancillar o pisotear" su nombre o el de su familia y que "no estamos usando el poder del Estado para defendernos".
González Schmal, presidente de la Comisión Investigadora Encargada de Verificar la Legalidad de los Contratos de Entidades Públicas con la Empresa Construcciones Prácticas -vinculada a los hijos de Sahagún-, respondió que ni Fox ni su esposa lo intimidarán en su lucha contra la corrupción.
Dijo que Sahagún sigue sin responder a las denuncias realizadas por los diputados y por ello recurrió a las "injurias y amenazas".
En entrevista, señaló que la reacción fue producto "de un extravío y un arrebato francamente incomprensibles", y que lo expresado por Fox fue "otra desbocada".
Adelantó que pedirá al presidente de la Cámara de Diputados que haga un extrañamiento al Presidente de la República por las injurias y amenazas vertidas en su contra, tanto por Fox como por su esposa.
La diputada priísta Martha Palafox, integrante de la comisión investigadora, consideró como una amenaza a los miembros de esta instancia lo dicho por Sahagún.
Leonel Cota Montaño, dirigente del PRD, condenó las amenazas.
César Nava, secretario adjunto del PAN, deslindó a su partido del tema al afirmar que se trata de un asunto "entre particulares".
Alejandro Gutiérrez
Notable por su denodada campaña mediática en la que se advertía a los electores sobre los peligros de votar por López Obrador, so pena de perder su empleo o su casa, la vida del presidente del Consejo Coordinador Empresarial, José Luis Barraza, tiene sus paradojas. Aunque se dice promotor del empleo, él mismo protagonizó un litigio que llevó a inversionistas de Singapur a sacar sus capitales del país.Dieciocho años atrás, distinguidos panistas (entre ellos uno de apellido Abascal) organizaron la Resistencia Civil Activa y Pacífica (Recap). Un centenar de instructores – capacitados por especialistas filipinos- trabajaron de enero a abril de 1988 en una docena de las principales ciudades del país hasta contar con unas dos mil quinientas personas “graduadas” que a su vez tratarían de “involucrar” en la citada Recap a entre 20 mil y 30 mil ciudadanos dispuestos a defender el triunfo que suponían habría de obtener el candidato presidencial Manuel de Jesús Clouthier pero le sería arrebatado mediante un “monstruoso” fraude electoral./
La historia de esa resistencia clandestina, preparada pero no ejercida – recuérdese que la dirigencia panista acabó negociando con Carlos Salinas de Gortari para “legitimarlo en los hechos”-, fue revelada por Mary Lou Dabdoub, reportera de la revista Contenido que en su entrega de julio de 1988 publicó “Yo asistí a un curso de resistencia civil”. Dabdoub estuvo en una casa de las Lomas de Chapultepec, en el Distrito Federal, donde participó en el cursillo que estuvo a cargo de Héctor Valenzuela, entonces candidato panista a senador por el Estado de México, Rodrigo y Fernando Amerlinck (dirigentes ahora de México Unido contra laDelincuencia) y Salvador Abascal, varias veces legislador panista, presidente de la Fundación Rafael Preciado y hermano del actual secretario de gobernación./
“En el Distrito Federal, los cursillos de Recap se impartían en casas particulares, los fines de semana, a grupos de entre 20 y 30 personas. Las sesiones abarcaban quince horas (ocho el sábado y siete el
domingo) y la instrucción costaba diez mil pesos”, escribió Mary Lou en ese “Reportaje gigante” al cual corresponde todo lo que aquí aparezca entrecomillado.
De entrada, el instructor Valenzuela les advirtió que se estaban preparando para una “guerra” que se libraría “en julio próximo, con motivo de las elecciones, y el enemigo será el gobierno, si es que hay fraude abierto”.Uno de los asistentes pidió que fuera definido “qué es y que no es sabotaje”, y la respuesta de los instructores fue: “Bloquear por horas los teléfonos de una radioemisora o canal de televisión con llamadas para protestar por la información amañada a favor del gobierno es una legítima reclamación, ejercicio de un derecho del público; en cambio, cortar las líneas es sabotaje, un acto inmoral al que no se debe recurrir. En Ciudad Juárez se tomaron los puentes, pero no fueron volados”./
Rodrigo Amerlinck explicó luego los “198 modos de protestar” que contiene el “manual de Recap: Desde hablar con la gente en la calle, colas, jardines públicos, salas de espectáculos, estadios, etcétera, hasta organizar marchas, mítines, plantones y desfiles, pasando por el envío de cartas a los periódicos, la publicación de desplegados en la prensa y la exhibición de mantas, letreros y pancartas. Lo fundamental en la etapa de la protesta es convencer a más y más gente, para contar con el número adecuado de militantes a la hora de encarar acciones más ambiciosas”./
“El segundo paso es la no cooperación, que puede ir desde negarse a asistir a determinados actos hasta retirar masivamente los depósitos de los bancos y declarar la huelga general. La gama intermedia de posibles acciones de no cooperación es muy amplia: no utilizar ciertos servicios del gobierno, no pagar impuestos, no consumir ciertos productos, no comprar en determinados comercios, no leer tales periódicos, no escuchar tales radioemisoras, no ver tales canales de televisión, etc.”./
“Un paso más adelante –decía Rodrigo Amerlinck- se entra de lleno al terreno de la desobediencia. Antes de dar este paso hay que contar con una gran masa de militantes, porque si los desobedientes son muchos, el gobierno no puede castigarlos a todos y, generalmente, opta por no castigar a ninguno”. La última etapa sería “la de intervención”, en la que “los desobedientes no se limitan a desobedecer, sino que procuran impedirle al gobierno gobernar. Formas de intervención son los bloqueos de puentes, carreteras y vías férreas; transmitir información con equipos de radio y televisión no autorizados, invadiendo o interfiriendo las transmisiones oficiales; la impresión y distribución de periódicos y panfletos; las huelgas de hambre en lugares públicos; mantener sitiados día y noche oficinas y edificios gubernamentales, y bloquearles teléfonos y télex, para impedir el trabajo de la burocracia; y la constante movilización en las calles, para arrinconar y asfixiar al gobierno”. /
Salvador Abascal había dado antes los fundamentos filosóficos del Recap (basada esa resistencia en “las enseñanzas y experiencias de Gandhi y Martín Luther King, sin olvidar al pionero en estas tácticas,
Jesús”): “La auténtica autoridad ejerce poder porque la gente se lo reconoce y concede: vence porque convence. El que sólo se adueña del poder, no de la autoridad, es obedecido únicamente en la medida del miedo que inspira, de la amenaza que ofrece, de la corrupción que ejerce (...) Si la autoridad se mantiene legítima, el respeto de la gente no se acaba.
En cambio, llega un momento en que el poder arbitrario, ilegítimo, empieza a inspirar cada vez menos miedo y más desprecio”. Por todo ello, “desacatar la ley injusta significa acatar una ley más importante, la del respeto a la propia dignidad”./
Fernando Amerlinck, por su parte, apuntó en un pizarrón lo que según los asistentes eran “puntales”que sostenían un poder como el de, en ese tiempo, el PRI: “Los sindicatos domesticados”, “la complicidad de los medios de información”, “la servidumbre de los ejidatarios”, “la corrupción inculcada desde arriba”, “el gran fraude de las paraestatales”, “la fuerza bruta de ejército y policía”, “el fraude electoral”.../
A dieciocho años de distancia, la periodista Mary Lou Dabdoub puede estar segura de que hay reportajes que resisten el paso del tiempo./
Unas elecciones bien llevadas, y es importante subrayar este calificativo, pueden servir para congelar o, al menos, bajar la temperatura de las contradicciones sociales que amenazan con transformarse en conflicto abierto. Sin embargo, ese mismo instrumento, mal aplicado, puede conducir esas contradicciones conflictivas no al congelador sino al horno. En efecto, una pérdida de confianza en la solución electoral pudiera llevar a los agraviados a concluir que sus demandas no tienen solución institucional. Un proceso electoral deficiente o tramposamente conducido puede desembocar en la agudización del choque que pretendía desactivar. Y ése pareciera ser el caso hoy en México.
En este primer sexenio de la democracia mexicana presidido por Vicente Fox se tuvo la gran oportunidad de encauzar por la vía electoral el descontento acumulado como consecuencia de la vieja y creciente inequidad en la distribución de cargas y recompensas en la sociedad mexicana. Sin embargo, la imprudencia o voracidad de la Presidencia -la idea de que Fox fuera sucedido por la esposa de Vicente Fox- y, sobre todo, el no poner los valores democráticos por encima de los intereses de clase o grupo y la falta de visión de largo plazo del grupo gobernante -la campaña del desafuero contra el líder de la izquierda primero y la brutal campaña electoral negativa después-, parecieran haber acabado con la posibilidad de canalizar por el camino correcto a la aún embrionaria y no consolidada democracia política mexicana.
En un ambiente de crecimiento económico marcado por la mediocridad desde hace casi un cuarto de siglo y donde la concentración del ingreso sigue el patrón norteamericano -el 10 por ciento de los más afortunados se quedan con las dos quintas partes del ingreso disponible y el 10 por ciento menos afortunado con menos de dos décimos-, era fundamental darle una oportunidad electoral efectiva a los perdedores sociales de siempre para garantizar su lealtad al supuesto "nuevo orden".
Al despuntar la democracia política sí hubo la posibilidad de crear y afianzar en el "México profundo" la idea de que, a diferencia del sistema económico, el político no tenía como objetivo central el mantenerles controlados y excluidos. Un verdadero apego a las reglas y al espíritu democrático pudo haber logrado que los que han sido dejados socialmente atrás comprometieran su lealtad con el arreglo político institucional vigente, como resultado de su convencimiento de que ya no eran vistos por los poderosos como las tradicionales "clases peligrosas". Lo que ocurrió fue lo contrario: se identificó al "Primero los pobres" con "Un peligro para México".
El empeño del presidente Fox, del PAN, del PRI y muchos otros por sacar de la carrera electoral mediante el desafuero al líder de la izquierda, seguido por una campaña electoral inequitativa y abiertamente polarizante, centrada en el miedo y concluida con una presentación torpe y sospechosa del resultado del conteo de votos, está llevando a que un grupo importante de ciudadanos hayan concluido que el actual procedimiento electoral no se rigió por las reglas del "juego limpio" sino que, como en el caso de la economía o de la impartición de justicia, los dados están cargados en contra de los que menos tienen.
La sospecha sobre la forma en que se han manejado las reglas de la competencia democrática es un mal camino para conseguir que la democracia se consolide en un suelo que, como el mexicano, históricamente le ha sido hostil.
El movimiento social
Es difícil saber hacia dónde nos habrá de conducir el desenlace del actual proceso electoral porque aún está pendiente en los tribunales la decisión oficial sobre quién triunfó en la elección presidencial. Sin embargo, ya una parte de quienes apoyaron al candidato de la izquierda no considera legítima la contienda ni el resultado provisional que hoy se mantiene. Al final, si el tribunal refrenda la victoria de la derecha, una parte de estos desencantados bien pueden terminar por seguir el viejo camino de la desmovilización. Sin embargo, también podrían optar por buscar una vía distinta o adicional a la de las citas sexenales con las urnas, y esta última bien puede ser la de un movimiento social.
Movilizar a una parte sustantiva de la sociedad -no tiene que ser a la mayoría, una minoría motivada es suficiente para tener impacto político- en ninguna parte, ni época, ha sido tarea fácil. De hecho, la mayoría de los intentos han fracasado, pero cuando han prendido, como fue el movimiento por los derechos civiles de los afroamericanos en Estados Unidos, el de la mayoría negra en África del Sur y, sobre todo, el encabezado por Gandhi a favor de la independencia de India, el resultado ha sido espectacular.
Sin comparar nuestra situación con la de los movimientos "clásicos" mencionados, hoy y aquí, justamente por lo mal llevado de nuestro proceso electoral, ya está tomando forma ese elemento necesario, central, para el arranque de cualquier movilización de protesta social -movilización que ya está prefigurada en las últimas grandes concentraciones convocadas por Andrés Manuel López Obrador (AMLO)-: el agravio. Aquí y hoy esta ofensa se basa en la idea de que una clase privilegiada maniobró y continúa maniobrado para impedir que un candidato y un programa apoyado por los mexicanos menos afortunados sea excluido del acceso a esa institución que es central en la toma de las grandes decisiones relativas a la distribución de oportunidades y bienes: la Presidencia de la República.
Hasta hoy y en la práctica, el PRD ha centrado su actividad menos en la lucha social y más en la electoral; no tanto en modificar el statu quo sino en aumentar su presencia en las urnas como vía de acceso al subsidio, a la administración de gobiernos locales y a los cargos en el Legislativo. Sin embargo, esta vez la dureza e inequidad de la campaña electoral, las expectativas de triunfo de la izquierda, el mal manejo del proceso electoral y del conteo de votos, la personalidad del líder de la izquierda y la magnitud de la movilización postelectoral, abren la posibilidad de que la tensión generada durante el proceso electoral desemboque en la formación de una nueva identidad en la izquierda mexicana. Una donde la creación de valores compartidos, de un objetivo y de un enemigo común, lleve a los identificados con la izquierda a ir más allá de la mera coyuntura electoral para movilizarse y canalizar la energía generada por la elección a temas concretos que incidan en la política social y, sobre todo, a cuestionar las bases materiales y morales del orden existente al punto que obligue a "los ganadores de siempre" a aceptar la modificación de una estructura social considerada, a la vez, injusta y modificable por la acción de los movilizados.
Crear una nueva solidaridad entre los que se consideran injustamente derrotados en las elecciones no es tarea fácil en una sociedad dominada por valores conservadores como es la mexicana. Desde luego, no hay garantía de éxito sólo por el hecho de juntar en la plaza pública a 1 millón o más de personas. Una y otra vez, las estructuras dominantes han derrotado a movimientos sociales, sobre todo en su etapa inicial, pues de su lado tienen al "marco de la ley", a la fuerza pública y a los intereses creados.
En épocas recientes ya se han dado coyunturas que bien pudieron dar forma a movimientos sociales de izquierda, como fueron el neocardenismo de 1988 y el neozapatismo de 1994, pero finalmente el primero no lo quiso y el segundo no lo logró.
Obstáculos y posibilidades
Un movimiento social que partiera de la frustración e irritación frente a la inequidad con que la derecha manejó todo el proceso electoral del 2006 enfrenta como obstáculos sustantivos el conservadurismo tradicional de la sociedad mexicana, la cooptación, la acción concertada de los poderes fácticos, el apoyo internacional -en especial el norteamericano- a la derecha supuestamente democrática, las divisiones en el PRD, la vaguedad en los objetivos y muchos más. Sin embargo, también hay posibilidades: un liderazgo reconocido y decidido, la persistencia de la injusticia y la corrupción, el fracaso de la derecha en el cumplimiento de sus promesas, un ambiente de mayor libertad que en el pasado, etcétera.
Nada está escrito en relación a la actual y delicada coyuntura política, pero si la movilización electoral de hoy llegara a transformarse en un movimiento social, la causa se encontraría en el mal manejo que se hizo de un instrumento tan delicado, como es el proceso electoral democrático, en una sociedad ya muy cargada de problemas sociales sin resolver
Si el tribunal actúa con este criterio basado en los principios constitucionales ''destrabaría por la vía legal el conflicto político. Si, por el contrario, desecha los juicios de inconformidad bajo una visión reduccionista, el saldo será un presidente bajo sospecha de ilegitimidad y una inestabilidad''. La decisión trasciende más allá de la calificación electoral, porque puede impactar en la estabilidad del sistema político.
En entrevista con La Jornada, Cárdenas subraya: ''No fue una elección de Estado en el sentido estricto, pero sí una donde los poderes fácticos -los organismos empresariales o las televisoras- sometieron a los poderes formales del Estado para impedir que un candidato llegara y, por el contrario, que ganara alguien más ad hoc a los intereses de esos poderes''. En ese contexto, advierte, el Instituto Federal Electoral (IFE) fue absolutamente desbordado en su actuación, que fue insuficiente frente al esquema en que se dio la elección.
A ello habría que añadir, dice, el activismo del presidente Vicente Fox, abiertamente en campaña por su candidato ante la pasividad del IFE. ''Me dirán que hubo un acuerdo de neutralidad, pero eso fue insuficiente, porque el gobierno ya había gastado mil 700 millones de pesos y Fox hizo campaña como no la hizo en su momento (Ernesto) Zedillo con (Francisco) Labastida. ¡Vamos, ni Salinas de Gortari hizo lo que Fox!''
-¿Cómo queda el IFE después de esto?
-Muy debilitado. Se requiere de una reforma electoral inmediata que dé más equidad, que fortalezca las atribuciones de fiscalización, que regule el papel de los medios electrónicos y, desde luego, que implique una nueva integración del Consejo General. Este consejo no debe permanecer más tiempo, debe ser renovado. Me pueden decir que esto vulneraría la autonomía del IFE, pero no ofrece condiciones de certeza a todos los actores políticos. Lo que cabría es su renuncia o, mediante una reforma, su sustitución.
Cárdenas evalúa la ruta legal para destrabar el conflicto poselectoral en los comicios presidenciales: ''La única vía para dar certidumbre es volver a contar voto por voto. Si el tribunal no decide eso, o desecha la impugnación, siempre habrá la sospecha de si (Felipe) Calderón es un presidente legítimo; la emergencia y el cuestionamiento de la izquierda continuará. Veo muy difícil el pacto o el acuerdo con la izquierda''.
No me cabe duda, dice el ex consejero, que ''Calderón será presidente, pero será un presidente débil, donde sus aliados naturales serán el PRI y Elba Esther Gordillo. Será una presidencia muy difícil en términos de estabilidad y de gobernabilidad; un sexenio complicado para la eficacia y eficiencia del gobierno, además de que podría alentarse la aparición de posturas de la extrema izquierda o la extrema derecha''.
-Hay quienes dicen que la falta de escritos de protesta impide esta vía.
-Sí, existe esa tentación del argumento legalista de que solamente se pueden abrir casillas en las causas que establece la ley de manera expresa, pero también hay criterios del tribunal que hablan de que lo importante es brindar condiciones de certeza.
Y cita: ''Sólo en casos extraordinarios se justifica su apertura ante el órgano jurisdiccional, pero más adelante el tribunal mismo dice que habrá apertura de paquetes 'cuando a juicio del órgano jurisdiccional la gravedad de la cuestión controvertida así lo exige, su eventual desahogo pudiera ser de trascendencia para el sentido del fallo, como ocurriría si pudiera ser determinante para el resultado electoral y siempre que se hayan agotado los medios posibles para dilucidar su situación; sólo se puede alcanzar certidumbre a partir de esta diligencia''.
Esta tesis -añade Cárdenas Gracia- dice que se puede aceptar la apertura de paquetes para dar certidumbre, pero también que la apertura no procederá ''cuando de las constancias de autos se infiera que las pretensiones del actor no son susceptibles de aclararse mediante la multicitada diligencia''. En este caso, ''me parece que puede ordenarse bajo el primero de los criterios en función del tipo de elección que debe calificarse''.
-¿Hay sustento jurídico para ambas vías: abrir y no abrir?
-En una visión reduccionista, de lectura ortodoxa de la ley, no se abriría. En una interpretación que tome en cuenta el ordenamiento jurídico en su conjunto, desde la Constitución, el contexto, hay base jurídica para abrir los paquetes. Esto destrabaría por la vía legal el conflicto político. Si con la apertura demuestras el mismo sentido del resultado, desarmas a (Andrés Manuel) López Obrador. Sin abrir paquetes el conflicto político no se resolverá.
En este contexto, el ex consejero censura la obstinación del IFE contra la apertura, criticando una circular desde el sector central para ordenar a los consejos distritales, que debieran ser autónomos, para instarlos a no abrir paquetes.
-¿Por qué la oposición del IFE?
-Porque hay temor de que surja la evidencia de la deficiencia en la capacitación de funcionarios. Esto ciertamente no es de ahora, lo había desde el anterior consejo, porque es complicado capacitar en poco tiempo a un millón de personas.
Jaime Cárdenas también se refiere a los señalamientos de una elección de Estado, desestimando la versión, pero subraya que hubo ''una elección dominada por los poderes fácticos, donde se permitió la contratación ilegal de espots por el Consejo Coordinador Empresarial y hasta al Doctor Simi se le admitieron violaciones a la legislación, sin que el IFE hiciera nada, como tampoco hizo nada con las incidencias de las televisoras o con el Presidente''.
-¿Hubo un IFE desbordado?
-Sí, una autoridad desbordada. Pongo dos ejemplos: el instituto vendió como un gran convenio con Televisa la transparencia de los contratos, cuando esto debió ser un ejercicio de autoridad. En otro caso, el IFE sabía que el tribunal electoral había anulado una elección de gobernador en Colima, por la injerencia del mandatario en turno. Conoció del activismo del Presidente y, sabiendo que esto podía ser parte de una nulidad por causal abstracta, no hizo nada.
-Se habla de que muchas cosas desbordaban las facultades del instituto.
-Siempre es ese el pretexto, desde el anterior consejo, pero los consejeros establecieron una tregua en las campañas, que no estaba en la ley, como tampoco el acuerdo de neutralidad. La pregunta ante este esquema de elección es: ¿por qué no hicieron más?
Si el tribunal actúa con este criterio basado en los principios constitucionales ''destrabaría por la vía legal el conflicto político. Si, por el contrario, desecha los juicios de inconformidad bajo una visión reduccionista, el saldo será un presidente bajo sospecha de ilegitimidad y una inestabilidad''. La decisión trasciende más allá de la calificación electoral, porque puede impactar en la estabilidad del sistema político.
En entrevista con La Jornada, Cárdenas subraya: ''No fue una elección de Estado en el sentido estricto, pero sí una donde los poderes fácticos -los organismos empresariales o las televisoras- sometieron a los poderes formales del Estado para impedir que un candidato llegara y, por el contrario, que ganara alguien más ad hoc a los intereses de esos poderes''. En ese contexto, advierte, el Instituto Federal Electoral (IFE) fue absolutamente desbordado en su actuación, que fue insuficiente frente al esquema en que se dio la elección.
A ello habría que añadir, dice, el activismo del presidente Vicente Fox, abiertamente en campaña por su candidato ante la pasividad del IFE. ''Me dirán que hubo un acuerdo de neutralidad, pero eso fue insuficiente, porque el gobierno ya había gastado mil 700 millones de pesos y Fox hizo campaña como no la hizo en su momento (Ernesto) Zedillo con (Francisco) Labastida. ¡Vamos, ni Salinas de Gortari hizo lo que Fox!''
-¿Cómo queda el IFE después de esto?
-Muy debilitado. Se requiere de una reforma electoral inmediata que dé más equidad, que fortalezca las atribuciones de fiscalización, que regule el papel de los medios electrónicos y, desde luego, que implique una nueva integración del Consejo General. Este consejo no debe permanecer más tiempo, debe ser renovado. Me pueden decir que esto vulneraría la autonomía del IFE, pero no ofrece condiciones de certeza a todos los actores políticos. Lo que cabría es su renuncia o, mediante una reforma, su sustitución.
Cárdenas evalúa la ruta legal para destrabar el conflicto poselectoral en los comicios presidenciales: ''La única vía para dar certidumbre es volver a contar voto por voto. Si el tribunal no decide eso, o desecha la impugnación, siempre habrá la sospecha de si (Felipe) Calderón es un presidente legítimo; la emergencia y el cuestionamiento de la izquierda continuará. Veo muy difícil el pacto o el acuerdo con la izquierda''.
No me cabe duda, dice el ex consejero, que ''Calderón será presidente, pero será un presidente débil, donde sus aliados naturales serán el PRI y Elba Esther Gordillo. Será una presidencia muy difícil en términos de estabilidad y de gobernabilidad; un sexenio complicado para la eficacia y eficiencia del gobierno, además de que podría alentarse la aparición de posturas de la extrema izquierda o la extrema derecha''.
-Hay quienes dicen que la falta de escritos de protesta impide esta vía.
-Sí, existe esa tentación del argumento legalista de que solamente se pueden abrir casillas en las causas que establece la ley de manera expresa, pero también hay criterios del tribunal que hablan de que lo importante es brindar condiciones de certeza.
Y cita: ''Sólo en casos extraordinarios se justifica su apertura ante el órgano jurisdiccional, pero más adelante el tribunal mismo dice que habrá apertura de paquetes 'cuando a juicio del órgano jurisdiccional la gravedad de la cuestión controvertida así lo exige, su eventual desahogo pudiera ser de trascendencia para el sentido del fallo, como ocurriría si pudiera ser determinante para el resultado electoral y siempre que se hayan agotado los medios posibles para dilucidar su situación; sólo se puede alcanzar certidumbre a partir de esta diligencia''.
Esta tesis -añade Cárdenas Gracia- dice que se puede aceptar la apertura de paquetes para dar certidumbre, pero también que la apertura no procederá ''cuando de las constancias de autos se infiera que las pretensiones del actor no son susceptibles de aclararse mediante la multicitada diligencia''. En este caso, ''me parece que puede ordenarse bajo el primero de los criterios en función del tipo de elección que debe calificarse''.
-¿Hay sustento jurídico para ambas vías: abrir y no abrir?
-En una visión reduccionista, de lectura ortodoxa de la ley, no se abriría. En una interpretación que tome en cuenta el ordenamiento jurídico en su conjunto, desde la Constitución, el contexto, hay base jurídica para abrir los paquetes. Esto destrabaría por la vía legal el conflicto político. Si con la apertura demuestras el mismo sentido del resultado, desarmas a (Andrés Manuel) López Obrador. Sin abrir paquetes el conflicto político no se resolverá.
En este contexto, el ex consejero censura la obstinación del IFE contra la apertura, criticando una circular desde el sector central para ordenar a los consejos distritales, que debieran ser autónomos, para instarlos a no abrir paquetes.
-¿Por qué la oposición del IFE?
-Porque hay temor de que surja la evidencia de la deficiencia en la capacitación de funcionarios. Esto ciertamente no es de ahora, lo había desde el anterior consejo, porque es complicado capacitar en poco tiempo a un millón de personas.
Jaime Cárdenas también se refiere a los señalamientos de una elección de Estado, desestimando la versión, pero subraya que hubo ''una elección dominada por los poderes fácticos, donde se permitió la contratación ilegal de espots por el Consejo Coordinador Empresarial y hasta al Doctor Simi se le admitieron violaciones a la legislación, sin que el IFE hiciera nada, como tampoco hizo nada con las incidencias de las televisoras o con el Presidente''.
-¿Hubo un IFE desbordado?
-Sí, una autoridad desbordada. Pongo dos ejemplos: el instituto vendió como un gran convenio con Televisa la transparencia de los contratos, cuando esto debió ser un ejercicio de autoridad. En otro caso, el IFE sabía que el tribunal electoral había anulado una elección de gobernador en Colima, por la injerencia del mandatario en turno. Conoció del activismo del Presidente y, sabiendo que esto podía ser parte de una nulidad por causal abstracta, no hizo nada.
-Se habla de que muchas cosas desbordaban las facultades del instituto.
-Siempre es ese el pretexto, desde el anterior consejo, pero los consejeros establecieron una tregua en las campañas, que no estaba en la ley, como tampoco el acuerdo de neutralidad. La pregunta ante este esquema de elección es: ¿por qué no hicieron más?
La cruzada del Consejo de la Comunicación
Patrocinadores del voto del miedo
La cruzada del Consejo de la Comunicación (CC) por la muerte de Juan Pablo II intentó correr una cortina de humo para "tapar" el desafuero del entonces peje de gobierno, que "coincidió" con el día del recorrido del Papamóvil por la ciudad de México, el izamiento de la bandera nacional a media asta (promovida por la Secretaría de Gobernación, con Creel en ella sentado) por el deceso del pontífice y las "dos lagrimitas" derramadas por Fox durante las exequias papales.
El bloque de la ultraderecha clerical contra los infieles, aunque al fundarse el Consejo Nacional de la Publicidad (hoy CC) sus promotores establecieron los siguientes principios: campañas publicitarias al servicio de México; independencia del Estado; ningún propósito político o religioso; sin fines lucro; no a las campañas de interés particular. A estas alturas, todos han sido violados.
En 2003, la Secretaría de la Función Pública (antes Secodam) produjo con el Imcine los "Cineminutos contra la corrupción", cinco cortometrajes con casos de corrupción de las autoridades, en su escalón más bajo. El más conocido fue No sea malito (Fernando Eimbcke), que muestra a una señora en camioneta que da dinero a un policía para estacionarse en una rampa para discapacitados; debido a ello, un señor en silla de ruedas es atropellado por un camión.
La SFP recurre al Consejo de la Comunicación para que lleve esos trabajos cinematográficos a los medios de comunicación y al cine. El objetivo se consigue y gracias a estas excelentes realizaciones cinematográficas, el Consejo logra muy buenas pautas y, al incluir su logotipo como cierre de Cineminutos, numerosos reconocimientos. No sea malito ganó el Gaucho de Oro, premio de la ALAP, aunque los creadores no fueron tomados en cuenta y el CC se atribuyó todo el crédito.
Para acrecentar sus ganancias y cubrir los gastos, en marzo de 2002 el CC crea una división: Campañas externas. Mediante un arreglo económico, ayudaría a diseñar, producir y difundir campañas de "corte social" de otros institutos, organismos, fundaciones y asociaciones sin experiencia publicitaria. Un ejemplo: la creación de la campaña (2003) de la Fundación Actívate, apoyados por la Conade.
Otra campaña externa del CC fue para el Consejo Coordinador Empresarial (Se solicita empresa, 2003). En ella, se expuso la importancia (teórica) de las empresas en la creación de empleos, debido a la mala imagen de los empresarios ante la sociedad mexicana, según estudios realizados para la campaña por TNS Gallup.
Con la Asociación Mexicana de Voluntarios (María Teresa Alfaro de Calvo, allegada de Martita), surgió la campaña Voluntariado (2003). En julio de 2005, la CNA pagó 10 millones de pesos al CC para la campaña (producida por el Consejo y difundida por el gobierno federal) a favor del cuidado del agua. De ahí surgieron los espots para el Foro Mundial del Agua.
La relación gobierno federal-CC se estrechó con la presencia de Fox en los actos más importantes del Consejo. Participó como "testigo de honor" en los Premios Nacional de la Comunicación y a los Mejores Contenidos. En 2003, firmó con Adrián Vargas Guajardo los Compromisos de la Industria de la Comunicación por el Fomento a la Honestidad y del Fomento de la Unidad Familiar, en el marco de la promoción del Día de la Familia en México.
El CC, aliado con la Cámara Nacional de la Industria de la Radio y la Televisión continuó con sus campañas (propias y externas) y la recaudación de fondos. Uno de los funcionarios que durante la presidencia de Adrián Vargas apoyó al Consejo con ahínco fue Jorge Mendoza (vicepresidente de Información de Tv Azteca), quien además de su vicepresidencia en la CIRT (2003) y su asiento en el Comité Directivo del Consejo de la Comunicación, operó como uno de los principales directivos de Tv Azteca en contra de CNI Canal 40. Más adelante sería presidente de la CIRT, y de allí a una diputación por el PRI.
Otro personaje del CC es Carlos Alazraki, quien en 2004 fue presidente de la AMAP, y por ello parte del Comité Directivo del Consejo de la Comunicación. Priísta de corazón, es creador de las campañas de Arturo Montiel, inventó la frase "dale un Madrazo al dedazo" (2000), e intervino en la campaña No te calles, alza la voz, del Consejo.
Con el arranque del "cambio", muchos personajes se infiltraron en el CC: Esteban Moctezuma (Fundación Azteca), Claudio X. González Guajardo (Fundación Televisa), Marinela Servitje (Museo Papalote), Miguel Alemán Magnani, Moisés Saba Masri, Fernando Landeros (Teletón y México Unido) y Roberto Sánchez Mejorada (Universidad Anáhuac, asesor del Consejo y activo Legionario de Cristo), entre otros.
Así es como la "voz de las empresas" hace negocios, apuntala al sistema, se empeña en que nada cambie y "guía a una sociedad mexicana ansiosa de ser debidamente orientada", especialmente en los procesos electorales.
Las rebanadas del pastel: