La verdad ha sido gravemente oscurecida y se le quiere reducir a cenizas; la impunidad, favorecida con el resolutivo del TEPJF. Se proclama un presidente electo a pesar de las irregularidades reconocidas y destacadas por el propio tribunal. Se da un portazo a la demanda básica de certidumbre, al recuento voto por voto, casilla por casilla.
El rescate de la verdad, el fin de la impunidad de Estado son dos de los objetivos básicos de la convención nacional democrática. Esta ha venido siendo, desde hace unas semanas, un formidable proceso de deliberación ciudadana, efectivo en miles de asambleas en todo el país. El 16 de septiembre sólo fue el fin de una etapa pero también el inicio de todo un proceso democrático, participativo, nacional, incluyente, popular. Por lo menos cinco grandes tareas debe realizar a partir de ahí la convención:
Resistir: a fuerza de repetirla, pretenden hacer verdad la mentira del triunfo del PAN. Por eso, la resistencia debe seguir. Resistencia y verdad están indefectiblemente unidas en el concepto gandhiano de satyagraha. Resistir es apegarse a la verdad, recordar en todo momento que ésta fue traicionada. Hay que inventar nuevas formas de resistencia; diversificar y ampliar la desobediencia civil; poner sus acciones al alcance de todos. Hacerla constante, pero evitando el desgaste. La verdad perseguirá al electo y a su gabinete por donde quiera que vayan.
Radicalizar: no quiere decir esto acudir a la violencia, sino aplicar de raíz la democracia que ha sido traicionada. Si la transición se revirtió, la única medicina es construir la democracia radical. Abrir en toda la patria miles de micro, meso y macroespacios públicos, donde los ciudadanos y las ciudadanas se reúnan, cuestionen, discutan, debatan, exijan cuentas, propongan. Operar las figuras de la democracia directa y exigir que se plasmen en los cuerpos jurídicos. Hacer de la participación de todas y de todos la práctica común y cotidiana. Si a la mala ganaron el gobierno, con acciones radicales hay que ganar la sociedad.
Refundar: las instituciones mostraron su envés clasista, que no funcionan a beneficio de las mayorías. La república se ha privatizado. Se ha gobernado para imponer un capitalismo de compadres, representado por el oligopolio de las empresas más beneficiadas. Por eso es urgente volver a hacer pública la República. Esto es, refundarla. Reconstruirla desde sus propias bases de soberanía popular y equilibrio de poderes. Recrear todo su entramado institucional para que funcione para el bien de todos. Esto implica un nuevo constituyente. Una nueva constitución que funde una república de igualdad, de participación, de diferencia, de libertad.
Rescatar: el patrimonio social y natural del país o cayó o está cayendo en manos de unos cuantos. Las instituciones públicas, cristalización de largas luchas y largos trabajos de generaciones para hacer efectivos los derechos de todos, están peligrando: educación pública, seguridad social. Los recursos naturales, como el agua, se están concentrando en pocas manos. Hasta nuestras semillas nativas se ven amenazadas por la autorización federal de siembra de transgénicos. La convención nacional democrática se contempla así como una gigantesca misión de rescate de los bienes públicos de este país. Como una gran tarea de propuestas creativas de manejo social y preservación de los mismos.
Reunir: tal vez sea la menos espectacular de las tareas, pero la más básica para realizar las demás. La CND debe escapar a la maldición de erosión de los movimientos sociales, al desgaste de los momentos carismáticos. Debe ser una tarea paciente, pedagógica casi, de convocar, de invitar a los de afuera y a conservar a los de adentro. De convencer más que de asustar. De incluir. De dar espacio a las diferencias. Debe convertirse en el espacio más formidable de participación ciudadana que este país haya visto.
Una anotación final: ¿dónde queda el PRD en este contexto? No en los conceptos leninistas de vanguardia esclarecida o dirección del movimiento de masas. Todo lo contrario: debe ser la herramienta de un movimiento que, si bien se plantea seguir ganando elecciones, sus tareas van mucho más allá de lo electoral y lo parlamentario. Perredizar la convención sería electoralizarla y trasladar ahí las luchas de las tribus. Convencionalizar no sólo al PRD, sino a todo el país será construir una vasta convergencia de fuerzas políticas y sociales en este país para refundar la República y construir la democracia radical en la resistencia.
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