El inicio de la LX Legislatura quedó marcado por el pacto inicial del PAN y el PRI, con ayuda del Panal y el Partido Verde, para repartirse la directiva de la Cámara de Diputados en abierta violación a la Ley Orgánica del Congreso. Para los diputados del PRD, el mensaje es que esos partidos tratarán de excluirlos de las decisiones fundamentales, por lo que ya se alistan a incrementar sus protestas en el seno de las cámaras y en las calles, con López Obrador.
Ante la alianza entre PRI, PAN, Panal y PVEM en el Congreso de la Unión, el PRD le apuesta al movimiento social que encabeza Andrés Manuel López Obrador para evitar así su marginación legislativa y detener futuras reformas, como la privatización del petróleo o la industria eléctrica.
Después del pacto entre los cuatro partidos mencionados para imponer al panista Jorge Zermeño como presidente de la Cámara de Diputados, Carlos Navarrete (coordinador perredista en el Senado) y Javier González Garza (líder de la fracción en San Lázaro) reconocen la importancia de contar con un movimiento social fuerte, que les evite ser "arrinconados".
Pero al mismo tiempo aceptan que dicho movimiento debe tener "programa y perspectiva" para ser la "palanca" que les ayude a "transformar las instituciones ya caducas" desde el Poder Legislativo, pues prevén que, de lo contrario, esa fuerza social pueda "radicalizarse" más.
No sólo el PRD advierte este riesgo. También el PRI acepta que dejar fuera a los perredistas de cualquier negociación llevará a "la crispación y a la destrucción".
"El movimiento social y la representación legislativa son absolutamente compatibles. El trabajo legislativo y el movimiento son complementarios. Si no contamos con un movimiento social fuerte que respalde las propuestas, no va a pasar nada. Para nosotros es absolutamente necesario lo que suceda dentro y fuera", sostiene González Garza.
En el mismo sentido, el coordinador de los 29 senadores perredistas, Carlos Navarrete, dice que "si los legisladores no tenemos ese movimiento en las calles vamos a terminar arrinconados en las cámaras".
Entrevistado por separado, el coordinador de los senadores del PRI, Manlio Fabio Beltrones, coincide con los perredistas:
"La idea de senadores y diputados del PRI es construir iniciativas que beneficien a México y que tengan el carácter incluyente para todos los partidos. Es algo que estaremos trabajando continuamente, porque una política de exclusión no conduce más que a la crispación de ánimos y a la destrucción."
El desplazamiento
El PAN cuenta con 201 diputados, el PRD con 126, el PRI con 104, el PVEM con 18, Convergencia y el PT con 16 escaños cada uno, el Panal nueve y el PASC cuatro. Pese a que el PRD es la segunda fuerza y que por práctica parlamentaria debía presidir la Mesa Directiva, en esta ocasión no fue así. En cuanto a la Junta de Coordinación Política, según la Ley Orgánica del Congreso, debe ser encabezada por la primera fuerza, lo cual tampoco se respetó.
El PRI, el PVEM y el Panal unieron sus votos con el PAN para no otorgarle la conducción de la Mesa Directiva al PRD, Convergencia, PT y PASC. Impusieron al panista Jorge Zermeño, en tanto que al PRI le cedieron "en forma ilegal" -a decir de los perredistas- la Junta de Coordinación Política.
Cuestionado sobre el beneficio que obtuvo el país con esta negociación, el priista Emilio Gamboa Patrón responde que gracias a su partido se conformó la Mesa Directiva; de lo contrario, habría ingobernabilidad.
"¿En qué beneficia? Beneficia en que mi partido, que es la tercera fuerza, logra uno de los órganos, la Junta de Coordinación Política. Esta es una cámara plural y mandan los votos. Y los votos han decidido que la Mesa quede en manos del PAN y la Junta en manos del PRI", declaró Gamboa el pasado 30 de agosto, minutos después de haber negado a Proceso una entrevista sobre el tema.
No obstante que el político yucateco celebró "el acuerdo" con los panistas, los integrantes del Panal, partido formado por Elba Esther Gordillo, y el PVEM, en el interior del PRI hubo protestas y reclamos.
Ese mismo 30 de agosto, en el Foro Nacional de Legisladores priistas, el consejero político Hugo Castro cuestionó al presidente nacional del PRI, Mariano Palacios Alcocer, la alianza con el PAN.
"Como consejero político no me quiero sumar a un rumbo que parece equivocado. No lo sabemos, pero mínimamente, quizá la explicación nos hiciera reflexionar. Pero arbitrariamente sumarse al enemigo tradicional me suena a traición", dijo Castro.
El coordinador del grupo parlamentario perredista en la Cámara de Diputados, González Garza, calificó el acuerdo PRI-PAN-Panal y Verde como "vergonzante e ilegal", puesto que en su opinión "genera una enorme preocupación en la gente por el futuro del país, ya que estos partidos no dudan en ir en contra de la legalidad al hacer un acuerdo que contraviene la Ley Orgánica en beneficio de una persona que se llama Emilio Gamboa Patrón".
Y todavía más, considera que el pacto es inmoral y tiene tintes fascistas: "Lo que representa que se haga una ley con un destinatario se llama fascismo. Eso no se vale aquí ni en ninguna otra parte".
El Partido Verde, que cuenta con 18 votos -sin los cuales el conglomerado PRI-PAN-Panal no hubiera podido impedirle al PRD su lugar en la Mesa Directiva-, aclara que su apoyo no significa que habrá a lo largo de los próximos tres años "una alianza de facto" con aquellos partidos.
Y justifica su respaldo como una situación "circunstancial" para hacer ver a los demás "el peso del PVEM... Seremos el partido bisagra para reformas constitucionales", explica Diego Cobo Terrazas, diputado plurinominal por Veracruz. "No necesariamente estamos casados con el PAN o el PRI, no fue una alianza fáctica sino de tema... sin nuestros votos, no hubieran podido hacer las dos terceras partes que se requerían para avalar la Mesa Directiva", se ufana.
El PVEM y el Panal -que debuta en el Congreso de la Unión- obtuvieron a cambio de sus votos la concesión de ocupar por vez primera una secretaría en la Mesa Directiva, dejando fuera a PT y Convergencia, que desde hace más de tres legislaturas figuran en este poder.
Para el diputado verde Cobo Terrazas, su papel "no fue una cuestión de ofrecimientos, fue una cuestión de participación democrática en un órgano que es plural y así funciona la democracia".
Después de dos semanas de cuestionar los cambios a la Ley Orgánica del Congreso, el PRD decidió, el pasado jueves 7, respaldar los cambios para que se modifique la conformación de la Mesa Directiva y se incluya en ella a todos los partidos, y para que, además, la Junta de Coordinación Política ya no esté encabezada el primer año por el partido con mayor número de escaños, sino por acuerdo de todas las fuerzas políticas. El PRI la encabezará en este primer período.
A cambio de flexibilizar su posición, el PRD recibió la palabra de los demás coordinadores parlamentarios de discutir la posibilidad de que a la Mesa Directiva del Senado acceda cualquier partido que cuente con 20% de representación y no con 25%. De aceptarse esta propuesta, el PRD podrá dirigir este órgano.
Pacto de continuidad
Mientras PRI y PAN ya tienen definida una agenda legislativa que le da prioridad a los cambios en materia energética, fiscal y laboral, el PRD tiene claro lo que no dejará pasar: bajo ninguna modalidad la privatización del petróleo, de la industria eléctrica, de la educación, del sector salud y de la seguridad social.
Aunque priistas y panistas han declarado que su prioridad será la reforma del Estado, en la que incluyen cambios en materia electoral, ambos han avanzado en propuestas para el régimen fiscal de Pemex y de la Comisión Federal de Electricidad, con la inclusión de la iniciativa privada.
El coordinador priista en el Senado de la República, Manlio Fabio Beltrones, asegura que su partido no repetirá el papel de interlocutor de las iniciativas gubernamentales que desempeñó bajo la coordinación de la hoy expriista Elba Esther Gordillo.
"El PRI no debe ser bisagra de ningún partido político, debe plantarse como la bancada del equilibrio y la sensatez que permitan construir acuerdos con cualquier fuerza política, siempre y cuando le convenga a México. Debe alejarse de establecer negociaciones exclusivas con otra fuerza política en ambas cámaras", afirma, a pesar de que su compañero Gamboa Patrón hizo lo contrario el primer día de conformación de la LX Legislatura, al excluir al PRD.
Para los perredistas es evidente que el comportamiento del PRI y el PAN en la nueva legislatura será la continuidad del pacto que en octubre de 2003 asumieron PRI (con Gordillo a la cabeza), PAN y PVEM, cuando "negociaron" el nombramiento de los actuales consejeros del Instituto Federal Electoral (IFE).
González Garza sostiene que una consecuencia de ese acuerdo es lo que estamos viviendo hoy: un IFE que desde el punto de vista del PRD fue cómplice para impedir la llegada de Andrés Manuel López Obrador a la Presidencia de la República.
"Ese acuerdo (para nombrar a los actuales consejeros) se hizo para esto. Así es. Y va a continuar así, si tomamos en cuenta cómo se dio la imposición del presidente de la Mesa Directiva; por lo tanto hay una gran preocupación".
El liderazgo de López Obrador
El coordinador del PRI en el Senado de la República dice que es fundamental establecer una política de inclusión en el Poder Legislativo, que permita fijar acuerdos "con el grupo parlamentario que sea necesario" para beneficio del país y "evitar los extremos ideológicos en las mesas de negociación".
El PRD, en la misma lógica, pretende llegar a acuerdos y evitar el mayoriteo de PRI-PAN-Panal y PVEM, esperando que haya "legisladores de todos los partidos que no estén dispuestos a aprobar cierto tipo de cosas", dice González Garza.
El coordinador de los senadores perredistas, Carlos Navarrete, lo resume así: "No veo a legisladores de la CNC negociando con el PAN ni tampoco a funcionarios de primer nivel que fueron gobernadores aliándose con los panistas para que prolonguen su estancia en el poder, no por seis años, sino por más tiempo".
Expone: "Tengo la convicción de que no seríamos lo que somos en las cámaras sin la campaña de Andrés Manuel. También tengo la convicción de que si los legisladores no tenemos ese movimiento en las calles vamos a terminar arrinconados en las cámaras, siendo tratados como un partido de tercera, sobre la base de que los contrincantes crean que ya estaremos en plena normalidad democrática, que ya pasó el susto y que lo que sigue es simplemente acomodar las fichas".
Ambos coordinadores confían además en que sus 126 diputados y 29 senadores no se "venderán" ni abandonarán el plan de acción de López Obrador para impedir las privatizaciones.
La actitud que asuman las fracciones del PRD en las cámaras, agregan, será compatible con el movimiento social de López Obrador, ya que, afirman, la plataforma legislativa del partido surgió precisamente de la campaña que hizo el tabasqueño.
"Si no contamos con un movimiento social fuerte que respalde las propuestas, no va a pasar nada. No nos conviene que la fuerza del movimiento disminuya", dice González Garza.
Y Navarrete abunda: "No nos vamos a alejar del liderazgo de Andrés Manuel. No podemos caer en el garlito de descalificar su discurso enérgico, porque no es un asunto de personalidad. Lo que pasa es que en este momento Andrés Manuel encarna un liderazgo de la izquierda que nunca se había tenido, ni en 1988. Nunca antes se había tenido este respaldo popular y estamos obligados a cuidarlo, a evitar el desánimo o la desesperación.
"Por eso vamos a hacer todo lo que sea necesario para vincular el trabajo en las cámaras, el proyecto de transformación de las instituciones, la protesta en las calles y el liderazgo vertical de Andrés Manuel, fortaleciendo lo que él representa para muchos mexicanos."
En las cámaras, el PRD tratará de detener "los acuerdos vergonzantes" y el "mercadeo de posiciones", dice González Garza, pues de no hacerlo se estará anulando el único espacio que queda en el país para llegar a acuerdos políticos.
González Garza explica que el peligro de anular al Poder Legislativo devendrá en el colapso del país, pues "la aplanadora" de los partidos que los excluyeron llevará al autoritarismo.
-¿Qué pasará si en el Congreso se aprueban las reformas al IVA, la energética que plantea el PAN, y demás?
-Nos vamos a ir al movimiento social a explicar lo que está pasando dentro del Congreso.
-¿Y qué efectos tendrá entre la gente?
-Eso lo decidirá la gente. Vamos a ver cómo nos organizamos desde afuera, porque no podemos suponer que ya existe la normalidad democrática cuando ellos ya la rompieron.
Navarrete coincide: "El movimiento de Andrés Manuel no debe ser condenado a un futuro de esterilidad, ese es el riesgo, igual de peligroso que para el PRD en las cámaras. Si este movimiento no tiene una perspectiva para transformar las instituciones de fondo que ya demostraron su inviabilidad y agotamiento, entonces se nos puede ir hacia una vanguardia radical, alejándose del conjunto de los electores; cada vez más indignado y cada vez más dispuesto al sacrificio, pero alejado del marco electoral"
Ante la alianza entre PRI, PAN, Panal y PVEM en el Congreso de la Unión, el PRD le apuesta al movimiento social que encabeza Andrés Manuel López Obrador para evitar así su marginación legislativa y detener futuras reformas, como la privatización del petróleo o la industria eléctrica.
Después del pacto entre los cuatro partidos mencionados para imponer al panista Jorge Zermeño como presidente de la Cámara de Diputados, Carlos Navarrete (coordinador perredista en el Senado) y Javier González Garza (líder de la fracción en San Lázaro) reconocen la importancia de contar con un movimiento social fuerte, que les evite ser "arrinconados".
Pero al mismo tiempo aceptan que dicho movimiento debe tener "programa y perspectiva" para ser la "palanca" que les ayude a "transformar las instituciones ya caducas" desde el Poder Legislativo, pues prevén que, de lo contrario, esa fuerza social pueda "radicalizarse" más.
No sólo el PRD advierte este riesgo. También el PRI acepta que dejar fuera a los perredistas de cualquier negociación llevará a "la crispación y a la destrucción".
"El movimiento social y la representación legislativa son absolutamente compatibles. El trabajo legislativo y el movimiento son complementarios. Si no contamos con un movimiento social fuerte que respalde las propuestas, no va a pasar nada. Para nosotros es absolutamente necesario lo que suceda dentro y fuera", sostiene González Garza.
En el mismo sentido, el coordinador de los 29 senadores perredistas, Carlos Navarrete, dice que "si los legisladores no tenemos ese movimiento en las calles vamos a terminar arrinconados en las cámaras".
Entrevistado por separado, el coordinador de los senadores del PRI, Manlio Fabio Beltrones, coincide con los perredistas:
"La idea de senadores y diputados del PRI es construir iniciativas que beneficien a México y que tengan el carácter incluyente para todos los partidos. Es algo que estaremos trabajando continuamente, porque una política de exclusión no conduce más que a la crispación de ánimos y a la destrucción."
El desplazamiento
El PAN cuenta con 201 diputados, el PRD con 126, el PRI con 104, el PVEM con 18, Convergencia y el PT con 16 escaños cada uno, el Panal nueve y el PASC cuatro. Pese a que el PRD es la segunda fuerza y que por práctica parlamentaria debía presidir la Mesa Directiva, en esta ocasión no fue así. En cuanto a la Junta de Coordinación Política, según la Ley Orgánica del Congreso, debe ser encabezada por la primera fuerza, lo cual tampoco se respetó.
El PRI, el PVEM y el Panal unieron sus votos con el PAN para no otorgarle la conducción de la Mesa Directiva al PRD, Convergencia, PT y PASC. Impusieron al panista Jorge Zermeño, en tanto que al PRI le cedieron "en forma ilegal" -a decir de los perredistas- la Junta de Coordinación Política.
Cuestionado sobre el beneficio que obtuvo el país con esta negociación, el priista Emilio Gamboa Patrón responde que gracias a su partido se conformó la Mesa Directiva; de lo contrario, habría ingobernabilidad.
"¿En qué beneficia? Beneficia en que mi partido, que es la tercera fuerza, logra uno de los órganos, la Junta de Coordinación Política. Esta es una cámara plural y mandan los votos. Y los votos han decidido que la Mesa quede en manos del PAN y la Junta en manos del PRI", declaró Gamboa el pasado 30 de agosto, minutos después de haber negado a Proceso una entrevista sobre el tema.
No obstante que el político yucateco celebró "el acuerdo" con los panistas, los integrantes del Panal, partido formado por Elba Esther Gordillo, y el PVEM, en el interior del PRI hubo protestas y reclamos.
Ese mismo 30 de agosto, en el Foro Nacional de Legisladores priistas, el consejero político Hugo Castro cuestionó al presidente nacional del PRI, Mariano Palacios Alcocer, la alianza con el PAN.
"Como consejero político no me quiero sumar a un rumbo que parece equivocado. No lo sabemos, pero mínimamente, quizá la explicación nos hiciera reflexionar. Pero arbitrariamente sumarse al enemigo tradicional me suena a traición", dijo Castro.
El coordinador del grupo parlamentario perredista en la Cámara de Diputados, González Garza, calificó el acuerdo PRI-PAN-Panal y Verde como "vergonzante e ilegal", puesto que en su opinión "genera una enorme preocupación en la gente por el futuro del país, ya que estos partidos no dudan en ir en contra de la legalidad al hacer un acuerdo que contraviene la Ley Orgánica en beneficio de una persona que se llama Emilio Gamboa Patrón".
Y todavía más, considera que el pacto es inmoral y tiene tintes fascistas: "Lo que representa que se haga una ley con un destinatario se llama fascismo. Eso no se vale aquí ni en ninguna otra parte".
El Partido Verde, que cuenta con 18 votos -sin los cuales el conglomerado PRI-PAN-Panal no hubiera podido impedirle al PRD su lugar en la Mesa Directiva-, aclara que su apoyo no significa que habrá a lo largo de los próximos tres años "una alianza de facto" con aquellos partidos.
Y justifica su respaldo como una situación "circunstancial" para hacer ver a los demás "el peso del PVEM... Seremos el partido bisagra para reformas constitucionales", explica Diego Cobo Terrazas, diputado plurinominal por Veracruz. "No necesariamente estamos casados con el PAN o el PRI, no fue una alianza fáctica sino de tema... sin nuestros votos, no hubieran podido hacer las dos terceras partes que se requerían para avalar la Mesa Directiva", se ufana.
El PVEM y el Panal -que debuta en el Congreso de la Unión- obtuvieron a cambio de sus votos la concesión de ocupar por vez primera una secretaría en la Mesa Directiva, dejando fuera a PT y Convergencia, que desde hace más de tres legislaturas figuran en este poder.
Para el diputado verde Cobo Terrazas, su papel "no fue una cuestión de ofrecimientos, fue una cuestión de participación democrática en un órgano que es plural y así funciona la democracia".
Después de dos semanas de cuestionar los cambios a la Ley Orgánica del Congreso, el PRD decidió, el pasado jueves 7, respaldar los cambios para que se modifique la conformación de la Mesa Directiva y se incluya en ella a todos los partidos, y para que, además, la Junta de Coordinación Política ya no esté encabezada el primer año por el partido con mayor número de escaños, sino por acuerdo de todas las fuerzas políticas. El PRI la encabezará en este primer período.
A cambio de flexibilizar su posición, el PRD recibió la palabra de los demás coordinadores parlamentarios de discutir la posibilidad de que a la Mesa Directiva del Senado acceda cualquier partido que cuente con 20% de representación y no con 25%. De aceptarse esta propuesta, el PRD podrá dirigir este órgano.
Pacto de continuidad
Mientras PRI y PAN ya tienen definida una agenda legislativa que le da prioridad a los cambios en materia energética, fiscal y laboral, el PRD tiene claro lo que no dejará pasar: bajo ninguna modalidad la privatización del petróleo, de la industria eléctrica, de la educación, del sector salud y de la seguridad social.
Aunque priistas y panistas han declarado que su prioridad será la reforma del Estado, en la que incluyen cambios en materia electoral, ambos han avanzado en propuestas para el régimen fiscal de Pemex y de la Comisión Federal de Electricidad, con la inclusión de la iniciativa privada.
El coordinador priista en el Senado de la República, Manlio Fabio Beltrones, asegura que su partido no repetirá el papel de interlocutor de las iniciativas gubernamentales que desempeñó bajo la coordinación de la hoy expriista Elba Esther Gordillo.
"El PRI no debe ser bisagra de ningún partido político, debe plantarse como la bancada del equilibrio y la sensatez que permitan construir acuerdos con cualquier fuerza política, siempre y cuando le convenga a México. Debe alejarse de establecer negociaciones exclusivas con otra fuerza política en ambas cámaras", afirma, a pesar de que su compañero Gamboa Patrón hizo lo contrario el primer día de conformación de la LX Legislatura, al excluir al PRD.
Para los perredistas es evidente que el comportamiento del PRI y el PAN en la nueva legislatura será la continuidad del pacto que en octubre de 2003 asumieron PRI (con Gordillo a la cabeza), PAN y PVEM, cuando "negociaron" el nombramiento de los actuales consejeros del Instituto Federal Electoral (IFE).
González Garza sostiene que una consecuencia de ese acuerdo es lo que estamos viviendo hoy: un IFE que desde el punto de vista del PRD fue cómplice para impedir la llegada de Andrés Manuel López Obrador a la Presidencia de la República.
"Ese acuerdo (para nombrar a los actuales consejeros) se hizo para esto. Así es. Y va a continuar así, si tomamos en cuenta cómo se dio la imposición del presidente de la Mesa Directiva; por lo tanto hay una gran preocupación".
El liderazgo de López Obrador
El coordinador del PRI en el Senado de la República dice que es fundamental establecer una política de inclusión en el Poder Legislativo, que permita fijar acuerdos "con el grupo parlamentario que sea necesario" para beneficio del país y "evitar los extremos ideológicos en las mesas de negociación".
El PRD, en la misma lógica, pretende llegar a acuerdos y evitar el mayoriteo de PRI-PAN-Panal y PVEM, esperando que haya "legisladores de todos los partidos que no estén dispuestos a aprobar cierto tipo de cosas", dice González Garza.
El coordinador de los senadores perredistas, Carlos Navarrete, lo resume así: "No veo a legisladores de la CNC negociando con el PAN ni tampoco a funcionarios de primer nivel que fueron gobernadores aliándose con los panistas para que prolonguen su estancia en el poder, no por seis años, sino por más tiempo".
Expone: "Tengo la convicción de que no seríamos lo que somos en las cámaras sin la campaña de Andrés Manuel. También tengo la convicción de que si los legisladores no tenemos ese movimiento en las calles vamos a terminar arrinconados en las cámaras, siendo tratados como un partido de tercera, sobre la base de que los contrincantes crean que ya estaremos en plena normalidad democrática, que ya pasó el susto y que lo que sigue es simplemente acomodar las fichas".
Ambos coordinadores confían además en que sus 126 diputados y 29 senadores no se "venderán" ni abandonarán el plan de acción de López Obrador para impedir las privatizaciones.
La actitud que asuman las fracciones del PRD en las cámaras, agregan, será compatible con el movimiento social de López Obrador, ya que, afirman, la plataforma legislativa del partido surgió precisamente de la campaña que hizo el tabasqueño.
"Si no contamos con un movimiento social fuerte que respalde las propuestas, no va a pasar nada. No nos conviene que la fuerza del movimiento disminuya", dice González Garza.
Y Navarrete abunda: "No nos vamos a alejar del liderazgo de Andrés Manuel. No podemos caer en el garlito de descalificar su discurso enérgico, porque no es un asunto de personalidad. Lo que pasa es que en este momento Andrés Manuel encarna un liderazgo de la izquierda que nunca se había tenido, ni en 1988. Nunca antes se había tenido este respaldo popular y estamos obligados a cuidarlo, a evitar el desánimo o la desesperación.
"Por eso vamos a hacer todo lo que sea necesario para vincular el trabajo en las cámaras, el proyecto de transformación de las instituciones, la protesta en las calles y el liderazgo vertical de Andrés Manuel, fortaleciendo lo que él representa para muchos mexicanos."
En las cámaras, el PRD tratará de detener "los acuerdos vergonzantes" y el "mercadeo de posiciones", dice González Garza, pues de no hacerlo se estará anulando el único espacio que queda en el país para llegar a acuerdos políticos.
González Garza explica que el peligro de anular al Poder Legislativo devendrá en el colapso del país, pues "la aplanadora" de los partidos que los excluyeron llevará al autoritarismo.
-¿Qué pasará si en el Congreso se aprueban las reformas al IVA, la energética que plantea el PAN, y demás?
-Nos vamos a ir al movimiento social a explicar lo que está pasando dentro del Congreso.
-¿Y qué efectos tendrá entre la gente?
-Eso lo decidirá la gente. Vamos a ver cómo nos organizamos desde afuera, porque no podemos suponer que ya existe la normalidad democrática cuando ellos ya la rompieron.
Navarrete coincide: "El movimiento de Andrés Manuel no debe ser condenado a un futuro de esterilidad, ese es el riesgo, igual de peligroso que para el PRD en las cámaras. Si este movimiento no tiene una perspectiva para transformar las instituciones de fondo que ya demostraron su inviabilidad y agotamiento, entonces se nos puede ir hacia una vanguardia radical, alejándose del conjunto de los electores; cada vez más indignado y cada vez más dispuesto al sacrificio, pero alejado del marco electoral"
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