MÉXICO, D.F., AGOSTO 23, 2006 (EFE).- El candidato presidencial de la izquierda Andrés Manuel López Obrador es la única garantía para evitar que se desborde la violencia postelectoral en México, dijo a Efe el politólogo, profesor e investigador Octavio Rodríguez Araujo.
"Lo que no ha querido ver la derecha es que López Obrador es la garantía de la no violencia y que la resistencia pacífica no se deje rebasar por los grupos radicales, y más vale que no le pase nada a Andrés Manuel, pues es el freno para que este movimiento se mantenga por cauces constitucionales", explicó Rodríguez Araujo, miembro de la Academia Mexicana de las Ciencias.
En una entrevista con Efe sobre su libro "México en vilo" (Jórale Editores, 2006), Rodríguez aseguró que el país vive un momento histórico nunca antes visto.
"México se encuentra en vilo, es decir, en la indecisión y la zozobra", dijo.
Tras las elecciones presidenciales del 2 de julio, cuyos resultados preliminares dieron una ventaja al derechista Felipe Calderón de apenas 0,58 puntos en el escrutinio, López Obrador ha mantenido un movimiento de resistencia civil con protestas en la capital mexicana y otras ciudades del país.
Rodríguez dijo que esta es la primera vez que en México coinciden un movimiento político electoral con otro de protesta que agrupa a numerosos sectores sociales, y no sólo a los simpatizantes del Partido de la Revolución Democrática (PRD, izquierda).
El politólogo indicó que con las evidentes muestras de irregularidades que ha recibido el Tribunal Electoral, existe la posibilidad de que se anule la votación y se nombre un presidente interino.
Agregó que los sectores de la derecha están dispuestos a sacrificar al candidato del Partido Acción Nacional (PAN), Felipe Calderón, para impedir un triunfo de la izquierda, ya que "a ellos no les importa Calderón, sino que no quede López Obrador".
Con la mayoría que tienen en el Congreso, el PAN y el Partido Revolucionario Institucional (PRI) lograrían imponer un presidente interino a su gusto, no simpatizante de López Obrador, que buscaría generar condiciones para ganar la siguiente elección, además de que sería una presidencia de cuatro años.
Añadió que esta alianza entre el PRI y el PAN mantendría la misma estructura del Instituto Federal Electoral (IFE), severamente cuestionado y acusado por la izquierda de presunta parcialidad.
Rodríguez aseguró que la derecha no quiere que llegue López Obrador, no porque represente un movimiento revolucionario, sino porque destaparía corruptelas para crear fortunas al amparo del poder, sobre todo de empresarios ligados a los grupos del Opus Dei, de los Caballeros de Colón y de los Legionarios de Cristo.
Para el autor, el gobierno del presidente Vicente Fox ha sido el primero, después de la revolución de 1910, que le ha dado plena entrada a la ultraderecha en altos niveles de la administración pública federal.
En su libro, Rodríguez Araujo señala que el conflicto actual es resultado del desarrollo de las campañas, de la incitación al odio por parte del gobierno de Fox y de los empresarios, y expresa su apoyo a la consigna de que se recuenten todos los votos para garantizar la legitimidad y se despejen las dudas.
El analista indicó que la Convención Nacional Democrática (CND), convocada por López Obrador para el 16 de septiembre, busca crear un poder paralelo, no un gobierno paralelo, una organización social que impulse en diferentes niveles los cambios que requiere el país.
Además, esta convención podría convertirse en el germen de una nueva estructura que deje atrás las limitaciones y vicios de los partidos que participan en ella, y que pueda sumar a numerosos sectores sociales que no han encontrado en los partidos políticos tradicionales una respuesta a sus inquietudes. EFE
"Lo que no ha querido ver la derecha es que López Obrador es la garantía de la no violencia y que la resistencia pacífica no se deje rebasar por los grupos radicales, y más vale que no le pase nada a Andrés Manuel, pues es el freno para que este movimiento se mantenga por cauces constitucionales", explicó Rodríguez Araujo, miembro de la Academia Mexicana de las Ciencias.
En una entrevista con Efe sobre su libro "México en vilo" (Jórale Editores, 2006), Rodríguez aseguró que el país vive un momento histórico nunca antes visto.
"México se encuentra en vilo, es decir, en la indecisión y la zozobra", dijo.
Tras las elecciones presidenciales del 2 de julio, cuyos resultados preliminares dieron una ventaja al derechista Felipe Calderón de apenas 0,58 puntos en el escrutinio, López Obrador ha mantenido un movimiento de resistencia civil con protestas en la capital mexicana y otras ciudades del país.
Rodríguez dijo que esta es la primera vez que en México coinciden un movimiento político electoral con otro de protesta que agrupa a numerosos sectores sociales, y no sólo a los simpatizantes del Partido de la Revolución Democrática (PRD, izquierda).
El politólogo indicó que con las evidentes muestras de irregularidades que ha recibido el Tribunal Electoral, existe la posibilidad de que se anule la votación y se nombre un presidente interino.
Agregó que los sectores de la derecha están dispuestos a sacrificar al candidato del Partido Acción Nacional (PAN), Felipe Calderón, para impedir un triunfo de la izquierda, ya que "a ellos no les importa Calderón, sino que no quede López Obrador".
Con la mayoría que tienen en el Congreso, el PAN y el Partido Revolucionario Institucional (PRI) lograrían imponer un presidente interino a su gusto, no simpatizante de López Obrador, que buscaría generar condiciones para ganar la siguiente elección, además de que sería una presidencia de cuatro años.
Añadió que esta alianza entre el PRI y el PAN mantendría la misma estructura del Instituto Federal Electoral (IFE), severamente cuestionado y acusado por la izquierda de presunta parcialidad.
Rodríguez aseguró que la derecha no quiere que llegue López Obrador, no porque represente un movimiento revolucionario, sino porque destaparía corruptelas para crear fortunas al amparo del poder, sobre todo de empresarios ligados a los grupos del Opus Dei, de los Caballeros de Colón y de los Legionarios de Cristo.
Para el autor, el gobierno del presidente Vicente Fox ha sido el primero, después de la revolución de 1910, que le ha dado plena entrada a la ultraderecha en altos niveles de la administración pública federal.
En su libro, Rodríguez Araujo señala que el conflicto actual es resultado del desarrollo de las campañas, de la incitación al odio por parte del gobierno de Fox y de los empresarios, y expresa su apoyo a la consigna de que se recuenten todos los votos para garantizar la legitimidad y se despejen las dudas.
El analista indicó que la Convención Nacional Democrática (CND), convocada por López Obrador para el 16 de septiembre, busca crear un poder paralelo, no un gobierno paralelo, una organización social que impulse en diferentes niveles los cambios que requiere el país.
Además, esta convención podría convertirse en el germen de una nueva estructura que deje atrás las limitaciones y vicios de los partidos que participan en ella, y que pueda sumar a numerosos sectores sociales que no han encontrado en los partidos políticos tradicionales una respuesta a sus inquietudes. EFE
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