Este articulo es una muestra de que el movimiento aun entre las izquierdas intelectuales no han encontrado el camino de comprension, sigo sosteniendo que muchos de los intelectuales y "luchadores de izquierda" les convienen mas ser oposicion por que son contestarios en diversas formas escribiendo o movilizando raza,. Es mas redituable economicamente ser oposicion sacra dinero de los movimientos y de los organos del gobierno que se supone combaten, Aqui una muestra del miedo por un lado y la verdadera preocpacion de lo que el movimiento esta generando, este movimiento es mas alla de AMLO y su riesgos de radicalizacion desmembramiento o involucion son los riesgos naturales normales pues. Aqui dejo este articulo me gustaria discutir en torno a el.
Gloria Leticia Díaz
Si no especifica los métodos con los que pretende lograr la "purificación de la vida política" del país, el movimiento social que encabeza Andrés Manuel López Obrador -nombrado presidente legítimo por la Convención Nacional Democrática- podría desmembrarse, advierten estudiosos de la izquierda mexicana.
Tanto Arturo Anguiano Orozco, director de la División de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad Autónoma Metropolitana plantel Xochimilco (UAM-X), como la investigadora Adriana Borjas Benavente, autora del libro Partido de la Revolución Democrática, estructura organización interna y desempeño público: 1989-2003, destacan las contradicciones en que se mueve el Partido de la Revolución Democrática (PRD), la principal fuerza de la coalición Por el Bien de Todos.
Entrevistados por separado, ambos consideran que la representación que obtuvieron los perredistas en el Congreso de la Unión se debió fundamentalmente a la figura de López Obrador, pero sostienen que ese partido dejó de representar a la izquierda mexicana en el momento en el que se abrieron las puertas a figuras salidas del PRI, sobre todo aquellas que se ligaron al tabasqueño en su campaña.
"Llegaron del viejo régimen los viejos vicios, la vieja política y las viejas concepciones", dice Anguiano. Mientras que Borjas recuerda al extinto dirigente del Partido Acción Nacional (PAN), Carlos Castillo Peraza, quien aseguraba que "el PRD es la refundación del PRI". A fin de cuentas, le están dando la razón, asegura la investigadora.
Anguiano y Borjas explican que la falta de autocrítica en el PRD desde antes de los comicios del 2 de julio podría resultarle cara al partido. Y es que las cosas se están polarizando. El caso de Cuauhtémoc Cárdenas ha exacerbado los ánimos, como se observó el sábado 16 en el Zócalo capitalino, cuando cientos de voces le gritaron "traidor", mientras Elena Poniatowska citaba la carta del ingeniero publicada dos días antes en varios periódicos.
En ese texto, el fundador del PRD hacía duros cuestionamientos a la campaña lopezobradorista, se deslindaba de cualquier responsabilidad en el fracaso electoral y calificaba de "craso error" para su partido y la izquierda el desconocimiento de las instituciones y de Felipe Calderón como presidente electo.
Durante la Convención, en la que poco más de 1 millón de personas, a mano alzada, designaron a López Obrador "presidente legítimo", el diputado federal Francisco Santos Arreola -un expanista- se manifestó en contra de impedir la toma de posesión de Calderón y desaprobó el nombramiento del excandidato presidencial.
Pero también comienzan expresarse las críticas externas a los lopezobradoristas. Una de ellas es la del magnate Carlos Slim, favorecido por el gobierno de López Obrador, quien le proporcionó todo el apoyo para el rescate del Centro Histórico. Ahora, el presidente del Grupo Carso decidió alinearse con las críticas de Cárdenas.
Desde Estados Unidos, donde participó recientemente como ponente en un foro organizado por la revista Forbes, Slim Helú advirtió que la izquierda mexicana se está "radicalizando y debilitando", en tanto que calificó como "una locura mexicana y kafkiana" la toma, durante 50 días, del Centro Histórico y avenida Reforma.
Contra la intolerancia
Anguiano y Borjas consideran que el silencio impuesto en el PRD resulta contrario a la tradición de izquierda.
Para Anguiano, posgraduado en la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales de París, "la afirmación de que la disidencia o la crítica sólo le hace juego a la derecha, son formas de intolerancia inadmisibles en la izquierda".
Y advierte que esta situación puede derivar en una cacería de brujas, no sólo dentro del PRD, sino también contra todo aquel que no comparta las posiciones y liderazgo de Andrés Manuel López Obrador.
"Esa actitud de intolerancia la vemos en la condena de la masa a Cárdenas, quien cometió errores terribles, no sólo por no representar una alternativa diferente a López Obrador, sino que la más garrafal fue aceptar el nombramiento de comisionado para los festejos del bicentenario de la Independencia. Él era una personal ideal para esas tareas, pero no con el gobierno de Vicente Fox, que ha sido totalmente incapaz e inoperante", dice el autor de los libros Cárdenas y la izquierda mexicana y Entre el pasado y el futuro: La izquierda en México, 1969-1995.
En estos momentos, dice, grupos identificados con la izquierda están apoyando a López Obrador "como una forma de rechazo a un fraude bastante burdo, así como ante la pérdida de credibilidad de las instituciones, pero ese apoyo no va a poder mantenerse mientras no haya un proyecto de movilización con contenido programático; no veo los puentes que permitan renovar, mantener, alimentar y organizar la participación de la gente, que va a terminar por volver a sus actividades cotidianas, a sus formas propias de resistencia".
En cuanto a la creación del Frente Amplio Progresista, nueva forma de la resistencia lopezobradorista, Anguiano considera que es una figura que tarde o temprano entrará en contradicción. Si pretende mantenerse en el marco de las instituciones -donde tiene que supeditarse a determinado tipo de leyes- sin definir los puentes con la organización social, el frente se va a ir menguando.
El especialista de la UAM-X recuerda que hace dos años escribió un artículo en el que hablaba de la extinción del partido que fundó Cuauhtémoc Cárdenas: "Era un partido de izquierda democrática, progresista, nacionalista, muy ligada a la antigua concepción del PRI, pero que mezclaba a la corriente socialista bajo sus liderazgos".
A 15 años de su fundación, según el politólogo, el PRD "es un aparato que ha sobrevivido y en el que están parte de la clase política que en este momento ha tratado de apoyarse en la movilización de la gente que espontáneamente se organizó; además, claro, de la clientela que tiene".
Movimiento limitado
La opinión de Adriana Borjas Benavente se centra más en López Obrador. La vigencia del excandidato de la coalición Por el Bien de Todos y su movimiento es muy limitada, afirma, incluso puede estorbar al PRD y al llamado Frente Amplio Progresista.
Para ella, al nombrarse "presidente legítimo", López Obrador exhibe "una ausencia de autocrítica brutal, porque desconoce los logros del PRD y del movimiento democrático de 1988 para acá". Por eso vaticina que aunque ese partido no representa un proyecto de izquierda, lo cierto es que el avance en posiciones políticas en el Congreso de la Unión le dio una fortaleza "a la que le va a estorbar la figura de López Obrador".
"Sin embargo, en cuanto los legisladores entren a las reglas de la negociación política, que no es traición, ya no van a requerir de la figura de López Obrador ni de la fuerza que él representa. Si elegantemente se van separando y van reivindicando las demandas de la gente que está con él, obviamente van a conseguir más, porque los legisladores y los gobernadores perredistas van por la vía en la que sí se puede acceder a los espacios de poder, donde se negocian las políticas públicas y los cambios a la constitucionalidad".
Borjas Benavente, doctora en procesos políticos contemporáneos por la Universidad de Salamanca, destaca que la figura de López Obrador puede influir de manera positiva en la elección de Tabasco para favorecer a Raúl Ojeda, a pesar de que las encuestas lo colocan por debajo del candidato priista Andrés Granier, "porque (los perredistas) tienen consigo 10 de 11 municipios, pero eso no será más que una inercia del disgusto y de que todavía hay unión en torno a su figura, pero de que de eso surja algo estructurado, es muy difícil".
Y aunque López Obrador puede durar seis años dando lata, "si no va por la vía institucional no podrá repartir incentivos entre su gente, será relegado, como ocurrió con Cuauhtémoc Cárdenas a partir de 2000".
Otro de los puntos que deberá enfrentar López Obrador como líder no sólo dependen de las decisiones que se tomen en las organizaciones de izquierda, de su partido y del Frente Amplio Progresista. También debe considerarse, dice la politóloga, que tiene en contra a los medios. "No debe olvidarse que la sociedad es cada vez más mediática: si no te ven en televisión, no existes. Además, hay que ver qué hace Calderón, sí él recoge muchas de las demandas de López Obrador, como al parecer es su intención, le dará un golpe muy fuerte".
Borjas recurre a un símil: en 1988, después de la controvertida elección, "Carlos Salinas logró mantener al PRD en la sombra porque tomó medidas drásticas para legitimarse, ahí está el Programa de Solidaridad, por poner un ejemplo, y lo mismo puede hacer Calderón, que está en la misma circunstancia" de ilegitimidad.
Reflexiona: "El hecho de que ahora resurja esa demanda le da al PRD la posibilidad de seguir avanzando y negociando en términos de un programa y proyecto de izquierda. El problema es que no los tiene y quien comanda al partido es López Obrador, y él va por la libre".
Ello la lleva a concluir que el PRD tendrá que refundarse, porque es un "cascarón vacío". Los únicos que ganan son las corrientes, cuyos dirigente se muestran poco dispuestos a dejar sus cotos de poder. Si López Obrador llega a representar un problema para ellos, dice, se van a "desafanar".
Seguidora de la trayectoria política de López Obrador desde 1988, cuando el tabasqueño renunció al PRI para unirse a la Corriente Democrática y posteriormente competir por la gubernatura por su entidad bajo las filas del Frente Democrático Nacional, Borjas vaticina que no habrá cabida para él en el 2012 si se mantiene fuera de las instituciones.
"Pareciera que en su fuero interno (López Obrador) piensa que lo tiene todo perdido y por eso decide encabezar la Convención Nacional Democrática, que es antiinstitucional y carece de un programa claro. Si no clarifica sus definiciones, el movimiento que encabeza se va a ir desdibujando." l
Tanto Arturo Anguiano Orozco, director de la División de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad Autónoma Metropolitana plantel Xochimilco (UAM-X), como la investigadora Adriana Borjas Benavente, autora del libro Partido de la Revolución Democrática, estructura organización interna y desempeño público: 1989-2003, destacan las contradicciones en que se mueve el Partido de la Revolución Democrática (PRD), la principal fuerza de la coalición Por el Bien de Todos.
Entrevistados por separado, ambos consideran que la representación que obtuvieron los perredistas en el Congreso de la Unión se debió fundamentalmente a la figura de López Obrador, pero sostienen que ese partido dejó de representar a la izquierda mexicana en el momento en el que se abrieron las puertas a figuras salidas del PRI, sobre todo aquellas que se ligaron al tabasqueño en su campaña.
"Llegaron del viejo régimen los viejos vicios, la vieja política y las viejas concepciones", dice Anguiano. Mientras que Borjas recuerda al extinto dirigente del Partido Acción Nacional (PAN), Carlos Castillo Peraza, quien aseguraba que "el PRD es la refundación del PRI". A fin de cuentas, le están dando la razón, asegura la investigadora.
Anguiano y Borjas explican que la falta de autocrítica en el PRD desde antes de los comicios del 2 de julio podría resultarle cara al partido. Y es que las cosas se están polarizando. El caso de Cuauhtémoc Cárdenas ha exacerbado los ánimos, como se observó el sábado 16 en el Zócalo capitalino, cuando cientos de voces le gritaron "traidor", mientras Elena Poniatowska citaba la carta del ingeniero publicada dos días antes en varios periódicos.
En ese texto, el fundador del PRD hacía duros cuestionamientos a la campaña lopezobradorista, se deslindaba de cualquier responsabilidad en el fracaso electoral y calificaba de "craso error" para su partido y la izquierda el desconocimiento de las instituciones y de Felipe Calderón como presidente electo.
Durante la Convención, en la que poco más de 1 millón de personas, a mano alzada, designaron a López Obrador "presidente legítimo", el diputado federal Francisco Santos Arreola -un expanista- se manifestó en contra de impedir la toma de posesión de Calderón y desaprobó el nombramiento del excandidato presidencial.
Pero también comienzan expresarse las críticas externas a los lopezobradoristas. Una de ellas es la del magnate Carlos Slim, favorecido por el gobierno de López Obrador, quien le proporcionó todo el apoyo para el rescate del Centro Histórico. Ahora, el presidente del Grupo Carso decidió alinearse con las críticas de Cárdenas.
Desde Estados Unidos, donde participó recientemente como ponente en un foro organizado por la revista Forbes, Slim Helú advirtió que la izquierda mexicana se está "radicalizando y debilitando", en tanto que calificó como "una locura mexicana y kafkiana" la toma, durante 50 días, del Centro Histórico y avenida Reforma.
Contra la intolerancia
Anguiano y Borjas consideran que el silencio impuesto en el PRD resulta contrario a la tradición de izquierda.
Para Anguiano, posgraduado en la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales de París, "la afirmación de que la disidencia o la crítica sólo le hace juego a la derecha, son formas de intolerancia inadmisibles en la izquierda".
Y advierte que esta situación puede derivar en una cacería de brujas, no sólo dentro del PRD, sino también contra todo aquel que no comparta las posiciones y liderazgo de Andrés Manuel López Obrador.
"Esa actitud de intolerancia la vemos en la condena de la masa a Cárdenas, quien cometió errores terribles, no sólo por no representar una alternativa diferente a López Obrador, sino que la más garrafal fue aceptar el nombramiento de comisionado para los festejos del bicentenario de la Independencia. Él era una personal ideal para esas tareas, pero no con el gobierno de Vicente Fox, que ha sido totalmente incapaz e inoperante", dice el autor de los libros Cárdenas y la izquierda mexicana y Entre el pasado y el futuro: La izquierda en México, 1969-1995.
En estos momentos, dice, grupos identificados con la izquierda están apoyando a López Obrador "como una forma de rechazo a un fraude bastante burdo, así como ante la pérdida de credibilidad de las instituciones, pero ese apoyo no va a poder mantenerse mientras no haya un proyecto de movilización con contenido programático; no veo los puentes que permitan renovar, mantener, alimentar y organizar la participación de la gente, que va a terminar por volver a sus actividades cotidianas, a sus formas propias de resistencia".
En cuanto a la creación del Frente Amplio Progresista, nueva forma de la resistencia lopezobradorista, Anguiano considera que es una figura que tarde o temprano entrará en contradicción. Si pretende mantenerse en el marco de las instituciones -donde tiene que supeditarse a determinado tipo de leyes- sin definir los puentes con la organización social, el frente se va a ir menguando.
El especialista de la UAM-X recuerda que hace dos años escribió un artículo en el que hablaba de la extinción del partido que fundó Cuauhtémoc Cárdenas: "Era un partido de izquierda democrática, progresista, nacionalista, muy ligada a la antigua concepción del PRI, pero que mezclaba a la corriente socialista bajo sus liderazgos".
A 15 años de su fundación, según el politólogo, el PRD "es un aparato que ha sobrevivido y en el que están parte de la clase política que en este momento ha tratado de apoyarse en la movilización de la gente que espontáneamente se organizó; además, claro, de la clientela que tiene".
Movimiento limitado
La opinión de Adriana Borjas Benavente se centra más en López Obrador. La vigencia del excandidato de la coalición Por el Bien de Todos y su movimiento es muy limitada, afirma, incluso puede estorbar al PRD y al llamado Frente Amplio Progresista.
Para ella, al nombrarse "presidente legítimo", López Obrador exhibe "una ausencia de autocrítica brutal, porque desconoce los logros del PRD y del movimiento democrático de 1988 para acá". Por eso vaticina que aunque ese partido no representa un proyecto de izquierda, lo cierto es que el avance en posiciones políticas en el Congreso de la Unión le dio una fortaleza "a la que le va a estorbar la figura de López Obrador".
"Sin embargo, en cuanto los legisladores entren a las reglas de la negociación política, que no es traición, ya no van a requerir de la figura de López Obrador ni de la fuerza que él representa. Si elegantemente se van separando y van reivindicando las demandas de la gente que está con él, obviamente van a conseguir más, porque los legisladores y los gobernadores perredistas van por la vía en la que sí se puede acceder a los espacios de poder, donde se negocian las políticas públicas y los cambios a la constitucionalidad".
Borjas Benavente, doctora en procesos políticos contemporáneos por la Universidad de Salamanca, destaca que la figura de López Obrador puede influir de manera positiva en la elección de Tabasco para favorecer a Raúl Ojeda, a pesar de que las encuestas lo colocan por debajo del candidato priista Andrés Granier, "porque (los perredistas) tienen consigo 10 de 11 municipios, pero eso no será más que una inercia del disgusto y de que todavía hay unión en torno a su figura, pero de que de eso surja algo estructurado, es muy difícil".
Y aunque López Obrador puede durar seis años dando lata, "si no va por la vía institucional no podrá repartir incentivos entre su gente, será relegado, como ocurrió con Cuauhtémoc Cárdenas a partir de 2000".
Otro de los puntos que deberá enfrentar López Obrador como líder no sólo dependen de las decisiones que se tomen en las organizaciones de izquierda, de su partido y del Frente Amplio Progresista. También debe considerarse, dice la politóloga, que tiene en contra a los medios. "No debe olvidarse que la sociedad es cada vez más mediática: si no te ven en televisión, no existes. Además, hay que ver qué hace Calderón, sí él recoge muchas de las demandas de López Obrador, como al parecer es su intención, le dará un golpe muy fuerte".
Borjas recurre a un símil: en 1988, después de la controvertida elección, "Carlos Salinas logró mantener al PRD en la sombra porque tomó medidas drásticas para legitimarse, ahí está el Programa de Solidaridad, por poner un ejemplo, y lo mismo puede hacer Calderón, que está en la misma circunstancia" de ilegitimidad.
Reflexiona: "El hecho de que ahora resurja esa demanda le da al PRD la posibilidad de seguir avanzando y negociando en términos de un programa y proyecto de izquierda. El problema es que no los tiene y quien comanda al partido es López Obrador, y él va por la libre".
Ello la lleva a concluir que el PRD tendrá que refundarse, porque es un "cascarón vacío". Los únicos que ganan son las corrientes, cuyos dirigente se muestran poco dispuestos a dejar sus cotos de poder. Si López Obrador llega a representar un problema para ellos, dice, se van a "desafanar".
Seguidora de la trayectoria política de López Obrador desde 1988, cuando el tabasqueño renunció al PRI para unirse a la Corriente Democrática y posteriormente competir por la gubernatura por su entidad bajo las filas del Frente Democrático Nacional, Borjas vaticina que no habrá cabida para él en el 2012 si se mantiene fuera de las instituciones.
"Pareciera que en su fuero interno (López Obrador) piensa que lo tiene todo perdido y por eso decide encabezar la Convención Nacional Democrática, que es antiinstitucional y carece de un programa claro. Si no clarifica sus definiciones, el movimiento que encabeza se va a ir desdibujando." l
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