"Llegamos aquí para quedarnos", le espetó Ramón Muñoz, el influyente jefe de la Oficina para la Innovación Gubernamental de Los Pinos, a un absorto Porfirio Muñoz Ledo.
El encuentro fue hace poco más de un año, en la Ciudad de México. Muñoz Ledo ya figuraba entre los personajes cercanos al entonces candidato de la coalición Por el Bien de Todos, Andrés Manuel López Obrador.
Ahora, el exdiplomático confía a Proceso que "nunca había revelado quién me anunció eso".
Ramón Muñoz es el hombre que más influyó en las decisiones tomadas durante casi seis años por el presidente Vicente Fox. Dentro del gabinete se le identifica como una especie de vicepresidente y, sobre todo, figura como uno de los jefes en la organización de extrema derecha El Yunque, en la cual se le conoce como Julio Vértiz.
Muñoz Ledo relata que por esa razón, cuando escuchó a Ramón Muñoz decir que habían llegado al poder para quedarse, le respondió que su idea sobre el primer gobierno panista giraba en torno a un proyecto de alternancia política y no en torno a la implantación de una dinastía para permanecer durante 20 o 30 años.
"Mira, Porfirio, eso o más. Tenemos cuatro gobernadores electos en Guanajuato y vamos por el quinto. Nos vamos a quedar con el poder por lo menos unos 20 años", reiteró Muñoz, según Muñoz Ledo.
-¿Hablas de quedarse en el poder legalmente? -le preguntó.
"Sí, por la legalidad", remató el entonces funcionario de la Presidencia, quien ahora funge como senador por el PAN, bajo la coordinación formal de Santiago Creel.
El pacto con botas
A decir de Muñoz Ledo, cuando tuvo lugar aquel encuentro, López Obrador tenía 10 puntos de ventaja en las preferencias electorales y aún eran tres los precandidatos del PAN a la Presidencia: Santiago Creel, Alberto Cárdenas y Felipe Calderón. Sin embargo, indica, Ramón Muñoz parecía muy seguro de lo que vaticinaba. Estaba avisando, dice, que impedirían a cualquier costo un triunfo de Andrés Manuel López Obrador en las urnas, resume Muñoz Ledo.
Por esto, sostiene, actualmente "lo que está en disputa es si termina o sigue el ciclo neoliberal en México. Lo que verdaderamente está detrás de esto es el 'pacto de las botas vaqueras' entre George W. Bush y Vicente Fox para controlar la explotación y la comercialización de los energéticos. Si lo consiguen, nos esperan 30 años de sometimiento a los intereses de los grupos más poderosos dentro de Estados Unidos".
Ante esa disyuntiva, sentencia, es necesario no dejar que Calderón tome posesión como presidente y pasar de la resistencia civil a la resistencia política. "Si no los paramos, tenemos derecha para rato. Junto con el PRI van a meter todas las reformas electorales para perpetuarse en el poder. Me lo anunció Ramón Muñoz con toda la desfachatez. Es soberanía contra sumisión; anexión contra independencia; república contra democracia colonial", resume.
Sometimiento a Estados Unidos
-¿Cómo deduce esto que llama "el pacto de las botas vaqueras"? -se le pregunta a Muñoz Ledo.
-Por ejemplo, el tema del ALCA (Área de Libre Comercio para las Américas) nunca estuvo en la agenda de Fox. Lo único que sacó nuestro presidente de su relación con Bush fue el convertirse en un operador de la derecha estadunidense que quiere apoderarse de los energéticos.
Ese es el tema. El último G-8 (reunión del Grupo de los Ocho) discutió todo el tiempo el tema de la energía. Aquí se trata de quién maneja eso. Estados Unidos quiere manipular el período de agotamiento de los hidrocarburos; el nivel de precio, las inversiones en yacimientos profundos, el acceso a las nuevas tecnologías y la comercialización de los productos.
-¿Y qué pieza es México en este engranaje que plantea?
-Lo que quieren es romper el frente de Irán, Irak, Arabia Saudita, Venezuela, Canadá y México, que producen 75% de los hidrocarburos que necesitan ellos. Por eso van contra (el presidente de Venezuela Hugo) Chávez, por eso manipulan a Fox. No pueden permitir que eso se salga de control por completo.
-Pero a ustedes, a la izquierda lopezobradorista, se le acusa de no estar la altura de otras en el mundo para manejar con tino estos temas, independientemente de los intereses estadunidenses.
-Esa es una acusación tonta. Cada país tiene circunstancias diferentes. ¿Alguien inventó en un pizarrón qué izquierda necesitaba Bolivia? No; ellos requerían de una izquierda indígena, autonomista y nacionalista. Aquí lo que requerimos es una de centroizquierda.
El movimiento argentino es de lo mejor; el peronismo tiene una base sindicalista. Es la izquierda posible. Lula en Brasil... Son condiciones distintas. Hay una discusión: si Hugo Chávez es de izquierda, pero eso es otro boleto...
-Entonces, ¿cómo descifrar la izquierda de la coalición? ¿No está rebasada?
-La izquierda que necesitamos es la que emana de nuestras circunstancias, no es la española ni la peronista. España firmó un acuerdo con Europa que la puso en el primer nivel; nosotros no tenemos eso. El propio Felipe González me confesó que ellos tenían una diferencia de salarios de 5 a 1, y hoy están 5 a 4. Nosotros no aumentamos nada con el TLC. Cuando fui secretario del Trabajo estábamos así, 5 a 1, con Estados Unidos; hoy estamos 12 a 1.
-¿Pero cómo entender entonces este choque frontal con el neoliberalismo y al mismo tiempo sacar al país adelante? ¿Cuál es el margen de maniobra?
-México no tiene nada que ver con los demócratas cristianos. Primero necesitamos detener al neoliberalismo; somos el país más desigual de la Tierra. ¿Por qué la alianza PAN- PRI? Porque van a sacar en un año las llamadas reformas estructurales, eso es el fondo.
-¿Por qué está tan seguro de que están dispuestos a recurrir a la represión en el momento en que sea necesario?
-Primero, porque llenaron de militares la Cámara de Diputados y, luego, porque no habrá otra manera de imponer a Calderón. El PRI gobernó con distintas modalidades ideológicas pero con una política exterior autónoma y ejercida con independencia. El PRI feneció porque De la Madrid se fue al otro lado, al neoliberalismo. La época priista de 30 o 40 años de política exterior va a ser cambiada por una época panista de 30 o 40 años de total sometimiento a Estados Unidos.
-¿Y por qué no esperar hasta 2012 y canalizar de otra manera el respaldo popular de López Obrador, como sugieren los politólogos?
-Porque van a llegar cada vez más intereses, y aceptar la imposición es aceptar la anexión. La izquierda no vuelve a ganar; es una utopía pensar que en 2012 tenemos posibilidades; no es cierto.
-¿Y cómo andar el camino de la movilización social y al mismo tiempo ser la segunda fuerza en la Cámara de Diputados, además con cinco gobernadores? ¿Cuál es su ruta?
-El movimiento tiene que articularse. Los gobernadores y los legisladores reconocen a Andrés Manuel como el presidente electo; pero van a tener que debatir leyes manteniendo una línea programática compatible con la del movimiento social.
"Por otra parte, el partido necesita seguir ganando elecciones sin temor a la radicalización, un gran movimiento de izquierda. Y el tercer orden es el de las organizaciones sociales; los sindicatos y un frente popular."
Concluye: "No creo que la izquierda deba esperar para reagruparse. Dentro de seis años este país ya no tiene solución. México, en los próximos seis años, o es anexado a Estados Unidos o lo impedimos. La batalla es ahora". l
El encuentro fue hace poco más de un año, en la Ciudad de México. Muñoz Ledo ya figuraba entre los personajes cercanos al entonces candidato de la coalición Por el Bien de Todos, Andrés Manuel López Obrador.
Ahora, el exdiplomático confía a Proceso que "nunca había revelado quién me anunció eso".
Ramón Muñoz es el hombre que más influyó en las decisiones tomadas durante casi seis años por el presidente Vicente Fox. Dentro del gabinete se le identifica como una especie de vicepresidente y, sobre todo, figura como uno de los jefes en la organización de extrema derecha El Yunque, en la cual se le conoce como Julio Vértiz.
Muñoz Ledo relata que por esa razón, cuando escuchó a Ramón Muñoz decir que habían llegado al poder para quedarse, le respondió que su idea sobre el primer gobierno panista giraba en torno a un proyecto de alternancia política y no en torno a la implantación de una dinastía para permanecer durante 20 o 30 años.
"Mira, Porfirio, eso o más. Tenemos cuatro gobernadores electos en Guanajuato y vamos por el quinto. Nos vamos a quedar con el poder por lo menos unos 20 años", reiteró Muñoz, según Muñoz Ledo.
-¿Hablas de quedarse en el poder legalmente? -le preguntó.
"Sí, por la legalidad", remató el entonces funcionario de la Presidencia, quien ahora funge como senador por el PAN, bajo la coordinación formal de Santiago Creel.
El pacto con botas
A decir de Muñoz Ledo, cuando tuvo lugar aquel encuentro, López Obrador tenía 10 puntos de ventaja en las preferencias electorales y aún eran tres los precandidatos del PAN a la Presidencia: Santiago Creel, Alberto Cárdenas y Felipe Calderón. Sin embargo, indica, Ramón Muñoz parecía muy seguro de lo que vaticinaba. Estaba avisando, dice, que impedirían a cualquier costo un triunfo de Andrés Manuel López Obrador en las urnas, resume Muñoz Ledo.
Por esto, sostiene, actualmente "lo que está en disputa es si termina o sigue el ciclo neoliberal en México. Lo que verdaderamente está detrás de esto es el 'pacto de las botas vaqueras' entre George W. Bush y Vicente Fox para controlar la explotación y la comercialización de los energéticos. Si lo consiguen, nos esperan 30 años de sometimiento a los intereses de los grupos más poderosos dentro de Estados Unidos".
Ante esa disyuntiva, sentencia, es necesario no dejar que Calderón tome posesión como presidente y pasar de la resistencia civil a la resistencia política. "Si no los paramos, tenemos derecha para rato. Junto con el PRI van a meter todas las reformas electorales para perpetuarse en el poder. Me lo anunció Ramón Muñoz con toda la desfachatez. Es soberanía contra sumisión; anexión contra independencia; república contra democracia colonial", resume.
Sometimiento a Estados Unidos
-¿Cómo deduce esto que llama "el pacto de las botas vaqueras"? -se le pregunta a Muñoz Ledo.
-Por ejemplo, el tema del ALCA (Área de Libre Comercio para las Américas) nunca estuvo en la agenda de Fox. Lo único que sacó nuestro presidente de su relación con Bush fue el convertirse en un operador de la derecha estadunidense que quiere apoderarse de los energéticos.
Ese es el tema. El último G-8 (reunión del Grupo de los Ocho) discutió todo el tiempo el tema de la energía. Aquí se trata de quién maneja eso. Estados Unidos quiere manipular el período de agotamiento de los hidrocarburos; el nivel de precio, las inversiones en yacimientos profundos, el acceso a las nuevas tecnologías y la comercialización de los productos.
-¿Y qué pieza es México en este engranaje que plantea?
-Lo que quieren es romper el frente de Irán, Irak, Arabia Saudita, Venezuela, Canadá y México, que producen 75% de los hidrocarburos que necesitan ellos. Por eso van contra (el presidente de Venezuela Hugo) Chávez, por eso manipulan a Fox. No pueden permitir que eso se salga de control por completo.
-Pero a ustedes, a la izquierda lopezobradorista, se le acusa de no estar la altura de otras en el mundo para manejar con tino estos temas, independientemente de los intereses estadunidenses.
-Esa es una acusación tonta. Cada país tiene circunstancias diferentes. ¿Alguien inventó en un pizarrón qué izquierda necesitaba Bolivia? No; ellos requerían de una izquierda indígena, autonomista y nacionalista. Aquí lo que requerimos es una de centroizquierda.
El movimiento argentino es de lo mejor; el peronismo tiene una base sindicalista. Es la izquierda posible. Lula en Brasil... Son condiciones distintas. Hay una discusión: si Hugo Chávez es de izquierda, pero eso es otro boleto...
-Entonces, ¿cómo descifrar la izquierda de la coalición? ¿No está rebasada?
-La izquierda que necesitamos es la que emana de nuestras circunstancias, no es la española ni la peronista. España firmó un acuerdo con Europa que la puso en el primer nivel; nosotros no tenemos eso. El propio Felipe González me confesó que ellos tenían una diferencia de salarios de 5 a 1, y hoy están 5 a 4. Nosotros no aumentamos nada con el TLC. Cuando fui secretario del Trabajo estábamos así, 5 a 1, con Estados Unidos; hoy estamos 12 a 1.
-¿Pero cómo entender entonces este choque frontal con el neoliberalismo y al mismo tiempo sacar al país adelante? ¿Cuál es el margen de maniobra?
-México no tiene nada que ver con los demócratas cristianos. Primero necesitamos detener al neoliberalismo; somos el país más desigual de la Tierra. ¿Por qué la alianza PAN- PRI? Porque van a sacar en un año las llamadas reformas estructurales, eso es el fondo.
-¿Por qué está tan seguro de que están dispuestos a recurrir a la represión en el momento en que sea necesario?
-Primero, porque llenaron de militares la Cámara de Diputados y, luego, porque no habrá otra manera de imponer a Calderón. El PRI gobernó con distintas modalidades ideológicas pero con una política exterior autónoma y ejercida con independencia. El PRI feneció porque De la Madrid se fue al otro lado, al neoliberalismo. La época priista de 30 o 40 años de política exterior va a ser cambiada por una época panista de 30 o 40 años de total sometimiento a Estados Unidos.
-¿Y por qué no esperar hasta 2012 y canalizar de otra manera el respaldo popular de López Obrador, como sugieren los politólogos?
-Porque van a llegar cada vez más intereses, y aceptar la imposición es aceptar la anexión. La izquierda no vuelve a ganar; es una utopía pensar que en 2012 tenemos posibilidades; no es cierto.
-¿Y cómo andar el camino de la movilización social y al mismo tiempo ser la segunda fuerza en la Cámara de Diputados, además con cinco gobernadores? ¿Cuál es su ruta?
-El movimiento tiene que articularse. Los gobernadores y los legisladores reconocen a Andrés Manuel como el presidente electo; pero van a tener que debatir leyes manteniendo una línea programática compatible con la del movimiento social.
"Por otra parte, el partido necesita seguir ganando elecciones sin temor a la radicalización, un gran movimiento de izquierda. Y el tercer orden es el de las organizaciones sociales; los sindicatos y un frente popular."
Concluye: "No creo que la izquierda deba esperar para reagruparse. Dentro de seis años este país ya no tiene solución. México, en los próximos seis años, o es anexado a Estados Unidos o lo impedimos. La batalla es ahora". l
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