miércoles, septiembre 27, 2006

La otra izquierda www.cambiodemichoacan.com.mx


CAMBIO DE MICHOACÁN
www.cambiodemichoacan.com.mx

Opinión
La otra izquierda
Carlos Enrique Tapia

Miércoles 27 de Septiembre de 2006
Redacción/Cambio de Michoacán

La izquierda está hoy ante la necesidad imperiosa de nuevas definiciones, no en un sentido unívoco, sino en un alcance amplio e incluyente. La izquier-
da mexicana tiene un amplio espectro, no se ciñe a las directrices del purismo, tampoco del caudillismo o de un partido, igual reivindica la equidad de género, la defensa por los recursos naturales estratégicos como las expresiones individuales y colectivas y la defensa del sufragio y la no imposición.
Julio de 2006, desde mi punto de vista, está marcando un parteaguas, tanto en la historia política y la lucha colectiva reciente como en la conformación de un amplio frente que aglutina diversas expresiones políticas cercanas a las reivindicaciones históricas de la izquierda mexicana. El movimiento social actual obliga a todos a abrir los espacios de pertenencia, discusión, inclusión y movilización.
Si algo está muy claro, al menos para quien escribe estas líneas, es que la movilización social y política que ha sostenido el voto por voto, la no imposición y la CND, resalta por su pluralidad, divergencia y origen multiclasista, lo que por lo menos nos indica que tantas personas no están delirando o fantaseando sobre un supuesto fraude electoral. Asimismo, muchos siguen al líder, pero otros tantos se percataron del tremendo fraude orquestado por el gobierno de Fox, el PAN, Calderón y sus acompañantes.
La otra izquierda no es nada más que un subterfugio para nombrar a esos hombres y mujeres que están más allá del actuar institucional, los caudillos, la derecha, los empresarios, neoliberales, partidos políticos, grupos e individuos que pretenden dictar cátedra sobre la «supuesta» izquierda «verdadera» -que en realidad es la que más les conviene-, tener la «verdad» sobre la izquierda mexicana, decidir quiénes son la izquierda «mala» y «buena», y cómo y con quién participar.
En este sentido, los colectivos e individuos que reivindican posturas y acciones cercanas o abiertamente de izquierda, tienen que tejer relaciones y organizarse fuera de los partidos tradicionales. Como en algún momento constaté, un buen porcentaje de quienes estuvieron en el plantón de Reforma eran apartidistas; cuando mucho, pejistas. Esta situación también se alcanza a percibir en espacios como la Internet.
No hay tiempo para exclusiones. Los partidos tradicionales de izquierda tienen que discutir su viabilidad y compromiso más allá de sus estructuras, tribus, fobias y manuales. La otra izquierda, esa que hoy está en proceso de convergencia y de discusión, tendrá que hacer la crítica de AMLO y sus maneras de asumir y enfrentar los vericuetos de sus relaciones políticas, círculos acompañantes y decisiones tomadas y por tomar. El simple carisma de un líder tiende a agotarse.
La izquierda tendrá que asumir una postura clara e informada sobre las implicaciones que tendrían los compromisos que Calderón ha empezado a arrogarse sobre el sector energético. La reciente reunión impulsada por Forbes en la capital del país y la llevada a cabo en Canadá, prácticamente atentan contra nuestro derecho a decidir cuál país queremos los mexicanos. Uno o dos grupúsculos de empresarios y acompañantes no pueden pretender «diseñar» México solamente de acuerdo con sus intereses.
Calderón tampoco puede creer que lo que sus cómplices afirmen es lo que millones de mexicanos esperan. Como se puede observar, el enanismo político no da para mucho, pues no hay agenda política y sus últimas declaraciones son expresiones de quien no sabe dónde está parado. Con frases huecas y reuniones «secretas» no se puede legitimar una posición, reconstruir un país y enfrentar los grandes problemas nacionales. Hasta ahora, solamente vaguedades y nimiedades. Los grandes temas y estrategias no existen.
Si con Vicente Fox los ya desechados head hunters atiborraron el aparato estatal y la burocracia de supuestos expertos en nada, ya vemos que Calderón como parece no tener idea de dónde está y menos quien lo asesore y aconseje, está pagando ya las triquiñuelas que los poderosos hicieron para que llegara al poder y sean ellos quienes tomen las decisiones prioritarias en este país. Para más señas, salinistas-zedillistas.
Tengamos presente que, según el oficialismo foxista, poco más de catorce millones de mexicanos votamos por una opción distinta al terrorismo panista y al fascismo yunquista, además de que otro tercio de la población en edad de sufragar votó por otros partidos distintos al PAN y a la coalición «Por el bien de todos», así que Calderón no puede hablar por más de 100 millones de mexicanos. Se lo recordaremos a diario si es preciso.


--
EL crimen mas horrendo contra la humanidad no es la guerra , es LA INJUSTICIA.

No hay comentarios.: