Está incluido en una lista de más de 40 casos que fue recopilada por la SNAP
El caso del sacerdote Nicolás Aguilar Rivera no es el único que la Red de Sobrevivientes de Abuso Sexual por Sacerdotes (SNAP, por sus siglas en inglés) ha denunciado, pues en un informe la organización revela que hay más de 40 casos, como el de Thomas Kane, clérigo señalado como responsable de violar a un niño de nueve años en Estados Unidos, y pese a ello, desde hace cinco años es director de un instituto internacional de educación para maestros en Guadalajara, Jalisco, jurisdicción de la arquidiócesis a cargo del obispo Juan Sandoval Iñiguez.
Por otro lado, organizaciones sociales y de estudios eclesiásticos exhortaron al arzobispo primado de México, Norberto Rivera, a enfrentar la denuncia penal presentada en su contra por el presunto encubrimiento de Aguilar, por lo que precisaron que lo mejor que la Iglesia católica del país puede hacer en torno a la denuncia es "responder adecuadamente" a la demanda, "para evitar que haya confusión y duda" sobre el caso, como ocurrió en el reciente conflicto poselectoral, en el que el jerarca católico emitió diversos pronunciamientos políticos.
La SNAP cuenta con un listado de más de 40 prelados -la mayoría mexicanos- acusados de haber cometido abusos y violaciones sexuales tanto en México como en Estados Unidos, datos que recabó de diversas publicaciones y entregas de organizaciones no gubernamentales y que hizo públicos en diciembre pasado.
La SNAP denuncia en su documento al sacerdote estadunidense Michael Baker, caso que también fue conocido por el arzobispo de Los Angeles, Roger Mahony. La ONG señala que en 1986 Baker confesó al arzobispo angelino que había abusado sexualmente de varios jóvenes; tras esa revelación, diversos documentos señalan que el prelado continuó incurriendo en ese delito por 10 años. El informe revela que Mahony "aprobó un pago secreto" de 1.3 millones de dólares a dos personas que acusaban a Baker, además de que "arregló que el sacerdote se retirara en silencio de la diócesis en 2000".
En el listado se indican algunos pormenores de los procesos judiciales que se le sigue a los curas que son acusados de violaciones y abusos sexuales contra menores de edad, que generalmente fueron monaguillos en las parroquias de los perseguidos.
También aborda el caso del cura José Luis de María y Campos, acusado de violar a tres menores que eran sus acólitos en León, Guanajuato, hecho por el que el pasado viernes un juez de esa ciudad lo condenó a siete años de prisión; además, su archivo se envió al Vaticano con objeto de que se le retire del sacerdocio.
Con información obtenida de la organización Católicas por el Derecho a Decidir, la SNAP revela que Salvador Coria Mendoza, quien al inicio de esta década estaba por ordenarse sacerdote, desapareció en 2002 "tras ser acusado de abusar sexualmente de un joven de 17 años".
El cura mexicano Willebaldo Castro es otro de los señalados en el listado de la SNAP. En 1976 fue acusado de abusar sexualmente de un adolescente de 16 años en California, Estados Unidos, cuando era miembro de la iglesia de Santa María de la Asunción, en esa región estadunidense; sin embargo, señalan los informes consultados, al ser denunciado, Castro regresó a México, donde también se le sigue un litigio por el mismo delito.
Católicas por el Derecho a Decidir manifestó molestia porque con sus posiciones públicas la jerarquía católica ha expresado estar más preocupada por su imagen institucional que por el respeto a los derechos que deben prevalecer en el seno de la Iglesia, sobre todo porque no ha querido atender en su debido momento las denuncias de abuso sexual que pesan sobre sus integrantes.
El organismo que apoyó a Joaquín Aguilar desde que éste decidió denunciar los abusos sexuales a que fue sometido por el sacerdote Carlos Nicolás Aguilar Rivera, de la diócesis de Tehuacán, apuntó por conducto de su coordinadora de políticas públicas, Aidé García, que la Iglesia debe asumir un papel "de más bondad y misericordia" para que se esclarezca el caso y se olvide de contrademandar a las víctimas, como pretende hacerlo.
La funcionaria pidió al clero tomar en cuenta que la denuncia se presentó fuera del país, ante el gran problema de impartición de justicia que impera en México, y que recuerde que Joaquín Aguilar ya había presentado cargos cuando recién fue victimado sexualmente por el sacerdote, pero las autoridades mexicanas lo disuadieron de sus acusaciones.
Les señaló también que con la reciente exoneración al pederasta dirigente de los Legionarios de Cristo, Marcial Maciel, sentaron un precedente en la justicia civil mexicana que no debe volver a ocurrir, sobre todo en los casos recurrentes de abusos sexuales de clérigos en suelo mexicano.
El Centro para el Estudio de la Religión en Latinoamérica llamó al cardenal Norberto Rivera a "responder adecuadamente a la demanda presentada en su contra, porque hasta ahora la manera en que ha atendido los rumores y reclamos dan pie a que cuando menos exista confusión y duda".
El pastor evangélico y director del organismo, Adoniram Gaxiola, comentó en entrevista que al prelado le conviene considerar "que desafortunadamente hay toda una historia de excesos y abusos, en el campo de la sexualidad, de los sacerdotes católicos". Y que la prensa sólo refleja "una realidad desafortunada" de esta Iglesia, en la que se conoce de muchos sacerdotes que "viven una doble vida y en la que el respeto al celibato es una mera formalidad, porque se le viola de manera reiterada".
Por su parte, el nuncio apostólico en México, Giuseppe Bertello, reiteró su apoyo al cardenal Norberto Rivera, al afirmar que "he dado toda mi solidaridad al cardenal y la renuevo", e insistió en que siempre "he admirado en él una posición muy firme", por lo que destacó que "quien tiene una denuncia, con pruebas, que denuncie ante la autoridad civil, y nosotros, naturalmente, seguimos la ley eclesiástica, que es también muy severa".
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