Sábado 9 de septiembre de 2006
Desfiladero
Jaime Avilés
El resultado de la elección no será la gobernabilidad
Inviable, que Fox dé el Grito en el Zócalo el 15
Internet vs televisión: poderes fácticos en guerra
Militantes perredistas, simpatizantes de la coalición que postuló candidato a Andrés Manuel López Obrador y ciudadanos sin partido, realizaron ayer una manifestación fuera del Centro de Convenciones de Morelia, en Michoacán, donde el presidente electo, Felipe Calderón Hinojosa, festejó con militantes panistas Foto La Jornada Michoacán / Iván Sánchez
De escandaloso -para no llamarlo aberrante, canallesco, inmundo-, sólo de escandaloso puede calificarse el fallo del tribanal (ya no tribunal, ahora es más pequeño, frívolo, mezquino) que declaró "sucias pero válidas" las elecciones del 2 de julio. Los magistransas (ya no magistrados, pues quedaron muy por debajo de su cargo) se burlaron de quienes les solicitaron la protección de la justicia ante la intromisión del "gobierno" de Vicente Fox, las cúpulas empresariales, la profesora Elba Esther Gordillo, los gobernantes priístas y el Instituto Federal Electoral (IFE) en beneficio de uno de los candidatos a la Presidencia de la República.
Para los máximos representantes del Poder Judicial en materia de elecciones, la entrega del padrón electoral al Partido Acción Nacional (PAN), por conducto de Hildebrando, la empresa del cuñado mayor de Felipe Calderón, no constituyó un delito "acreditado" y "no impactó" en el resultado final de los comicios. Como tampoco afectaron a éstos la visita del ex jefe de gobierno español José María Aznar, o las caricaturas cargadas de odio amlofóbico que entregaban a sus clientes en la bolsa de cada compra las tiendas Coppel, o los anuncios en tele y radio de firmas como Jumex, Bimbo, Sabritas y demás.
En cambio, según los magistransas, lo que sí pudo haber disminuido la votación de Andrés Manuel López Obrador fue su "inasistencia al primer debate" entre candidatos, a principios de mayo, o la forma en que se expresó de Fox al llamarlo "chachalaca", pero no supieron "establecer" si la campaña López-Obrador-un-peligro-para-México "afectó de manera preponderante al proceso".
Ciegos ante los videos -siempre disponibles en la página electrónica de La Jornada, www.jornada.unam.mx/ultimas-, en los que al menos en 23 distritos pueden apreciarse las huellas de una manipulación criminal de paquetes electorales destripados, los magistransas "no acreditaron la apertura ilegal" de los mismos. Y por supuesto no encontraron inconsistencia alguna entre los resultados de cada una de las 130 mil casillas y los que, con votos de más para Calderón y de menos para López Obrador, dio a conocer la noche del 2 de julio el IFE.
En suma, la señora y los señores magistransas redactaron una sentencia definitiva e inapelable que fue el último eslabón de una cadena de atropellos en la que se coludieron el "gobierno" de Fox, el IFE, la Gordillo, los gobernadores del PRI y, muy destacadamente, las casas encuestadoras y los medios, acaudillados por Televisa. Ante la denuncia de que Hildebrando obtuvo ilegalmente toda la información estratégica del país, la televisión guardó sepulcral silencio para que el tribanal no "acreditara" ese delito, pero cuando casi todas las mediciones de opinión coincidieron en que López Obrador había perdido popularidad por no ir al primer debate o llamar chachalaca a Fox, los magistransas tomaron nota y a su turno obraron por consigna.
Entre la sonrisa siniestra de Luis Carlos Ugalde, el presidente del IFE que a 10 días de la elección se autoconcedió un bono extra de 500 mil pesos en recompensa por su "magnífico" desempeño, y los discursitos ridículos y autocomplacientes -"como usted hermosamente lo ha expresado, querido colega"- que los magistransas declamaron la mañana del martes al convalidar el fraude electoral, hay una línea de complicidad que pasa por todas las instancias económicas y políticas de la minoría privilegiada que se considera dueña exclusiva de México.
Esta cerró filas y terminó por configurar lo que juristas y politólogos definen como un "golpe de Estado" para colocar en la Presidencia de la República a Calderón, aunque éste ande a partir de ahora a salto de mata, o de helicóptero, porque la mitad del electorado no le concede legitimidad y lo considera artífice de una humillación y de un despojo dolorosamente insoportables.
¿Gobernará Calderón?
Clausurado el tema electoral con brutal violencia jurídica, se abre de par en par el enigma de la gobernabilidad. Fox no pudo leer su sexto "reporte de labores" (así lo llamó la televisión española) pese a la ocupación militar del Congreso que dispuso para ello y no dará el Grito en Palacio Nacional, a menos que ordene un baño de sangre en el Zócalo, lo que tendría un costo político excesivo para cumplirle un capricho infantil a un don nadie.
Calderón tuvo que entrar como fugitivo, por la puerta de atrás, a la ceremonia en que los magistransas le dieron su "constancia de mayoría" (sic), pero muchos de sus invitados debieron ser protegidos por la fuerza pública ante la ira de una multitud que la víspera había escuchado la sentencia del tribanal llorando de tristeza y vomitando de asco.
López Obrador se apresta a reunir de nuevo un millón de personas el próximo sábado, para celebrar una convención nacional democrática que formará un "gobierno en rebeldía" que lo "reconocerá" como "legítimo ganador" de las elecciones del 2 de julio y, en consecuencia, le entregará -eso aún está a discusión- el cargo de "presidente de la República" o de "jefe del poder ejecutivo" o de "coordinador de la resistencia".
Después de radicalizar progresivamente su discurso, primero afirmando que es posible "transformar las instituciones de una manera o de otra" (mensaje ante lo que entonces todavía era el tribunal electoral, 7 de agosto), y luego mandando "¡al diablo las instituciones corruptas!" (31 de agosto), al hablar diariamente a las siete de la noche en el Zócalo ante decenas de miles de personas que vibran de entusiasmo con sus ideas, López Obrador las ha convencido de que sí es posible realizar el "proyecto alternativo de nación", aunque no vaya a despachar desde un palacio, sino desde una tienda de campaña.
"Es más fácil transformar el país desde afuera y desde abajo", ha repetido en estos 42 días de plantón y de resistencia civil pacífica más de una vez, y la gente empieza de verdad a creérselo. Ahora lo que falta es que diga cómo; quizá en el acto de mañana, domingo.
Tecnologías sin control
El acontecimiento social más importante de la semana es la irrupción de 200 jóvenes en un estudio de Televisa San Angel, donde aprovecharon la emisión de un programa en vivo para adueñarse momentáneamente del estudio gritando: "¡Sufragio efectivo, no imposición!", que es el lema de la convención nacional democrática.
Si el fallo de los magistransas confirmó que los medios cumplieron un papel determinante en el fraude electoral -ocultándolo para hacerlo posible y después decretando invisibles a la mitad de los electores-, la resistencia civil pacífica en contra del golpe de Estado se convirtió al mismo tiempo en una rebelión ciudadana contra los poderes de facto, como la televisión, que nos gobiernan "en nombre de la democracia" sin someterse jamás a ninguna forma democrática de control.
Tal vez por eso, ante el vacío informativo impuesto por los medios al movimiento de López Obrador, la sociedad civil ha respondido con las herramientas de la Internet, que tampoco están sujetas a controles políticos ni tecnológicos. Dos ejemplos de ello son los llamados "blogs de la resistencia" (www.senderodelpejecom y www.lahoradelpueblo.blogspot.com, donde colaboro con una columna política nocturna de lunes a viernes) que ocupan el primero y el noveno lugares en la lista de las 500 páginas electrónicas de este tipo más visitadas en México y que, si a veces han sido anunciadas por esta columna sabatina, la verdad es que no tienen vínculos de ninguna especie con la casa que escribe, diseña y publica La Jornada.
En breve, cuando la integración tecnológica nos permita recibir en la pantalla de nuestros celulares y computadoras programas de televisión transmitidos por Internet (como ya ocurre en Europa), los actuales levantacejas, que al igual que los magistransas no se cansaron de repetirnos que nunca vieron pruebas del "supuesto" fraude, tendrán que dedicarse a otra cosa, porque la ciencia está a punto de volverlos obsoletos. Pero ojo...
Mucho, mucho ojo al nuevo buzón electrónico de Desfiladero, aquí abajito nomás, que al sintetizar las palabras "jaime avilés más tú" como oferta de acercamiento entre autor y público, engendró involuntariamente algo que, lo juro, no lleva dedicatoria especial para nadie.
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