viernes, noviembre 03, 2006

Lo que ha hecho la PFP


Pablo Gomez

La Policía Federal Preventiva no ha puesto orden en Oaxaca sino ha creado un desorden. Sin atribuciones legales y sin que el Presidente de la República haya decidido su intervención como respuesta al pedido del Congreso local, la policía disfrazada de robocop ha creado violencia donde no la había, muertos y heridos, encono y confrontación.


Se dice que el gobierno federal ha mandado a su fuerza a poner orden con saldos blancos. Puras mentiras. Se dice también que ese mismo gobierno no apoya a Ulises Ruiz, ¿entonces qué diablos hacen los de la PFP en la capital de Oaxaca?

Ayer hubo verdadero heroísmo en la defensa de la Universidad. La gente concurrió al llamado de los universitarios y realizó una resistencia metro por metro, cuerpo a cuerpo. Miles de oaxaqueños se la jugaron, tuvieron sus bajas pero pudieron resistir el embate de la fuerza, como le llama el secretario de Seguridad Pública.

Mientras, el PAN finge que la virgen le habla cuando se le plantea la necesidad de resolver la crisis. Si no se declaran desaparecidos los poderes del estado, el sedicente gobernador seguirá empeñado en crear mayores problemas, mientras el miedo al PRI domina la mente del panismo gobernante. Ahora se dice que hay que activar el juicio político. Muy bien, pero, ¿cómo? Si la Cámara de Diputados acusa y el Senado condena, el Congreso local absuelve y nada se habrá podido hacer: otro callejón sin salida.

Tiene que nombrarse un nuevo gobernador en Oaxaca. El asunto es complejo pero sencillo. Es complejo porque la sublevación popular tiene causas de fondo, pero es sencillo porque un nuevo gobierno local abriría cauces políticos que hoy se encuentran por completo cerrados, como lo demuestra la despiadada presencia de la PFP.

Antes había barricadas hechas por el pueblo. Hoy, las barricadas son levantadas por la policía. Antes se esperaba que el Senado declarara que los poderes locales no existen en la práctica. Hoy se espera que Ruiz renuncie. Total, cada día que pasa se impone la política caótica, el desgobierno y la estupidez.

El pueblo oaxaqueño ha dado una lección de dignidad, heroísmo y civilidad a todos esos políticos timoratos, decrépitos, cobardes que defienden sus intereses con total indolencia. ¿Cuándo se rendirá la gente? No es previsible que tal cosa ocurra y menos después de ayer, cuando la resistencia popular detuvo a la fuerza y la radio de la Universidad de Oaxaca siguió siendo un ámbito de libertad y dignidad.

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