Una luciérnaga estaba tranquilamente posada en el tronco de un árbol y se acercó una serpiente que sin mediar palabra empezó a perseguirla para intentar comérsela.
Durante tres días la serpiente la persiguió sin descanso, no dejándola posarse apenas y llevándola al agotamiento. La luciérnaga sin poder más, se quedó exhausta sobre una roca esperando a la serpiente.
Cuando la serpiente estaba a punto de comérsela la luciérnaga le dijo-: Antes de que me comas, ¿podrías contestarme a tres preguntas?
-Me parece justo
-¿Te he hecho algo?
La serpiente respondió-: no
-¿Formo parte de tu cadena alimentaría?
La serpiente volvió a contestar que no
-Entonces... ¿Por qué me persigues y quieres matarme?
Y la serpiente respondió-: Porque me molesta que brilles.
-Me parece justo
-¿Te he hecho algo?
La serpiente respondió-: no
-¿Formo parte de tu cadena alimentaría?
La serpiente volvió a contestar que no
-Entonces... ¿Por qué me persigues y quieres matarme?
Y la serpiente respondió-: Porque me molesta que brilles.
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