Sea cual fuere el resultado de esta elección, ayer caímos en la cuenta de que al menos tres de los protagonistas de este drama democrático que vivimos hoy tienen cierta experiencia (o recuerdo) de una ocasión de, digamos, graves aprietos electorales.
Nos referimos a los dos candidatos punteros: Felipe Calderón y Andrés Manuel López Obrador, y también el actual presidente, Vicente Fox. Recordamos algunos de esos momentos, por orden alfabético de protagonistas, también para ver cómo actuaron en esos momentos:
Felipe Calderón , como presidente del PAN, vivió y luchó por Huejotzingo. Era 1996, tiempos en que Puebla era gobernada por Manuel Bartlett (el actual góber precioso era su cercano colaborador, nada menos que su secretario de Gobernación); en la Secretaría de Gobernación estaba Emilio Chuayffet, y la presidencia del PRI estaba en manos de Santiago Oñate Laborde.
Después de cerradas elecciones, Huejotzingo se le dio, en principio, al PRI. Pero la última palabra la dio el Tribunal Federal Electoral, que falló en favor del Partido Acción Nacional.
Ojo: en ese entonces el gobierno federal estaba en plenas negociaciones para sacar adelante la tan anhelada reforma política. Y una de las condiciones que le puso Acción Nacional para que todo fluyera en paz fue que se les reconociera el triunfo obtenido en Huejotzingo.
Vicente Fox tuvo que luchar dos veces por la misma gubernatura. En 1991, según los datos oficiales, ganó Ramón Aguirre, candidato del PRI en Guanajuato. Fox no aceptó los resultados oficiales. Lo escribe en su libro Vicente Fox, a Los Pinos :
-Luego de 250 días de campaña, los resultados oficiales daban la victoria a Ramón Aguirre con 53% de los votos, el PAN y yo marchábamos en el segundo lugar con 35% de los sufragios. Eran tan evidentes las señales de que en Guanajuato se había perpetrado un monumental fraude electoral, que convoqué de inmediato a la resistencia civil.el 21 de agosto en Irapuato, ante 4 mil simpatizantes de Acción Nacional, denuncié la existencia de más de 700 actas de escrutinio llenas de inmoralidades (sic). Detallé que en 506 de las 3 mil actas escrutadas por el partido aparecía un número mayor de votos que de ciudadanos enlistados en el padrón electoral...
El ahora presidente Fox continúa con sus detalles:
-Iniciamos una marcha de 60 kilómetros a la ciudad de Guanajuato, la que llamamos "La Caminata por la Democracia", para exigir al Tribunal Estatal Electoral la anulación de, por lo menos, 700 casillas. Como parte de las acciones de resistencia civil, tomamos carreteras, el aeropuerto internacional, cercamos a la ciudad de Guanajuato; plazas como las de León, Celaya, Irapuato o Dolores, rebosaban ciudadanos, lo mismo, amas de casa que estudiantes y ancianos, que denunciaban el fraude electoral. Los ánimos estaban exageradamente desbordados y, para acabarla de amolar, una horda de priístas borrachos trató de destruir el edificio del Congreso local.
Finalmente, mediante la primera "concertacesión", llegó al poder un interino: Carlos Medina Plascencia.
Andrés Manuel López Obrador , es quien más experiencia tiene en esto de los pleitos electorales. Tanto en su lucha por llegar -sin lograrlo- a la gubernatura de Tabasco dos veces, como en una muy fea elección interna en el Partido de la Revolución Democrática, que fue repuesta por irregularidades.
Era marzo de 1999. López Obrador dejaba la dirigencia perredista y Amalia García y Jesús Ortega competían por llegar a ser sus sucesores.
Y en esas elecciones también hubo el cuestionado Programa de Resultados electorales Preliminares (PREP), el cual se cerró con 92.71% de sus casillas. La ahora gobernadora zacatecana obtuvo 195 mil 960 votos contra 192 mil 923 de Ortega. La diferencia en puntos porcentuales era de 0.51%.
Ante las denuncias de anomalías -más conocidas como "el cochinero"- registradas durante la jornada electoral interna, el 1 de abril la Comisión Nacional de Garantías y Vigilancia del PRD decide anular las elecciones internas.
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