miércoles, octubre 11, 2006

TELEPOBRETÓN: FARSA DE LA PLUTOCRACIA


 

TELEPOBRETÓN: FARSA DE LA PLUTOCRACIA

 

 

Filantropía: Negocio de Magnates

La filantropía es la versión capitalista de la caridad medieval y premoderna de la Iglesia católica. Entonces había una promesa de bienestar transterrenal a cambio de ceder una pequeña parte de la fortuna familiar al sostenimiento de órdenes religiosas que se dedicaban profesionalmente a la atención de los menesterosos.

Con el talento especial que han tenido para construir y triunfar en el capitalismo, algunos sujetos han hecho de la filantropía una de sus palancas para influir en la política y la cultura. Una de sus más geniales creaciones ha sido la de las fundaciones, gracias a las cuales reducen considerablemente el monto del total de impuestos que deben pagar, destinando esos recursos al financiamiento de  actividades y grupos que convienen a sus intereses. Otros que no poseen tanto capital como para crear su propia fundación se valen de los recibos deducibles de impuestos que éstas les dan a cambio de "donativos" que apoyan a esas mismas causas. El caso es que la mayoría de los trabajadores está impedida de elegir un destino específico para los impuestos que obligatoriamente paga, mientras que los más ricos poseen esta clase de beneficios. El poder de la Iglesia y las monarquías declinó y los fueros cambiaron de manos, no se abolieron.

La Rockefeller es una de las primeras fundaciones creadas y que en plena recesión económica de Estados Unidos se convirtió en lo que ahora llamamos paraíso fiscal. Esta Fundación apoyó la migración de judíos y demás disidentes políticos de Alemania a Estados Unidos durante el régimen nacionalsocialista, algo muy filantrópico, sin duda; pero, una vez iniciada la Guerra, financió las investigaciones para desarrollar la bomba atómica; filantropía Prianista, sin duda. La Rockefeller también se ha dedicado a financiar la investigación en métodos y fármacos anticonceptivos, labor que ya hacían y hacen las empresas farmacológicas, pero gracias a la Fundación se le dio el impulso a la contracepción como políticas públicas en todo el mundo, como parte de la agenda de los gobiernos. Es decir, para la Fundación Rockefeller la filantropía también se expresa como el extermino masivo, la contribución a la hegemonía militar norteamericana-israelí y la reducción de la población. Desde luego que la Fundación Rockefeller ha financiado muchos otros proyectos además de los mencionados, como en la educación y las artes. Todos los cuales, también afines a sus particulares intereses.

Actualmente uno de los filántropos más famosos es George Soros, el magnate que hizo su fortuna especulando y que públicamente declara que para él no hay moral alguna en las finanzas. Es decir, primero se enriquece de manera inmoral y luego hace donativos para el mundo conozca su generosidad y le agradezca su bondad. Este fenómeno, en distintas escalas, se presenta en numerosos países bajo distintas fachadas, una de las cuales queremos llamar la atención es la del espectáculo publicitario Teletón. 

 

Qué todos paguen para que todo siga igual

Teletón es un maratónico anuncio comercial de más de 24 horas, en la que se representa un farsa de los grandes capitales que se valen de mensajes e imágenes de desgracia y música melodramática para exprimir a la plebe hasta el último centavo posible para reducir al mínimo el monto total de sus "donaciones" con las que se rebasa "la meta" predeterminada.

La meta no es sólo la realización de una obra pública para atención de personas que necesitan servicios de salud, sino también la del lucimiento personal y corporativo. Es decir, lo que antes eran donaciones o limosnas que se daban en privado, de manera confidencial, ahora se hacen de la manera más pública posible. Si dan, que todo mundo lo sepa para que se los reconozcan.

Esos servicios de salud que se ofrecen "gracias" al Teletón y sus patrocinadores son un derecho que tienen todas las personas con discapacidad, pero ante la DISCAPACIDAD del Estado para proporcionarlos y para cobrar a los más  ricos los impuestos necesarios para ello, los magnates realizan una colecta entre los propios desfavorecidos por el sistema y completa lo que falta, llevándose para sí las palmas y la publicidad. 

Muchas empresas hacen su anuncio en el Teletón a costa de sus empleados. Se presentan ante las cámaras con un enorme cheque (publicitario) para entregar a los llorones conductores un donativo a nombre de ellas que fue reunido previo descuento de la nómina o por medio de colectas obligatorias. Es decir, públicamente se presentan como caritativos y de los miserables salarios que pagan se roban una parte extra para pagarse su anuncio comercial. Si los empleados tuvieran la intención de hacer algún donativo y tuvieran la libertad para ello, seguramente lo harían por su cuenta, pero hay una coacción a que lo hagan de manera "institucional", evitándoles la fatiga de ir a un banco o alcancía de la calle a hacerlo. Otras piden a sus clientes donativos voluntarios por medio de la renuncia a parte de su cambio o por depósito en alcancías. El discurso dice que lo que importa es ayudar, pero el hecho es que lo importante es la publicidad.

Si esos empresarios realmente fueran solidarios, pagarían salarios dignos a sus trabajadores y les garantizarían seguridad social, con espacios de trabajo adecuados. ¿Cuántos de ellos dan empleo a personas con discapacidad? Ticket Master (que por cierto, no se menciona en el Teletón) y alguna otra, pero son excepciones. De los sueldos miserables que pagan también obtienen ganancias para hacer caravana con sombrero ajeno.

Uno de los principales artífices del Teletón es Emilio Kreutzberger, alias "Don Francisco" quien tuvo la genial idea de hacer de la filantropía un show de la lástima y motor publicitario de la legitimad del orden capitalista y su sistema de explotación. Por medio del Teletón se refuerza la ideología de que el capitalismo y los capitalistas no son causantes de la pobreza, sino los que ayudan a los pobres.

Desde 1962, para desgracia de los chilenos, "Don Francisco" se ha encumbrado como amo del "entretenimiento" por medio de su programa basura Sábado Gigante,  y gracias al Teletón se ha venido proyectando como uno de los personajes más influyentes para hacer de Miami la capital cultural del mundo "latino", traspatio comercial y consumidor de bazofia televisiva del imperio norteamericano.

 

Contra la "filantropía", la solidaridad y camaradería del Frente Amplio Progresista.

La caridad es contraria a los valores del FAP. No movido por la lástima ni por discursos demagógicos, el Lopezobradorismo garantiza los derechos de todos a recibir del Estado los servicios de salud, el trabajo digno y el salario justo para todo el pueblo.

 Pero, ¿cuántas personas con alguna discapacidad participan en los más altos niveles de gobierno de las filantrópicas democracias?

Como Lopezobradoristas nos indigna y enfurece la farsa del Teletón. Esa dramatización en la que seleccionan personas que viven en la desgracia, pero que tienen carisma, para convertirlos en insignias del show. Las manos que deberían tomar los fusiles para revelarse, extienden la palma de la mano para recibir la limosna delante de millones de televidentes. Los rostros pierden por algunos instantes su angustia y sufrimiento, y dejan escurrir algunas lágrimas. Lo que deberían ser gritos de furia clamando justicia se convierten en débiles balbuceos de un "gracias, que Dios se los pague". Eso es el Neoliberalismo.

El Lopezobradorismo es dignidad. No tiene otra cosa que ofrecer a los pueblos que sentirse orgullosos de sí mismos y los medios para ello. He dicho, Carelnat.

 

 

 

 

Noi siamo i combattenti del meriggio grigio, ma siamo certi che l'aurora luminosa tornerà .   

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