Álvaro delgado
México, D.F., 10 de octubre (apro).- Tal como lo hizo Vicente Fox hace seis años al promover una mesa de trabajo para la reforma del Estado, cuyas conclusiones finalmente desechó, Felipe Calderón dio inicio hoy a “México 20-30, proyecto de gran visión”, con el propósito de realizar foros, estudios y talleres de consulta para “ponernos de acuerdo” sobre el futuro del país dentro de 25 años.
Si Fox designó en el 2000 a Porfirio Muñoz Ledo como responsable del proyecto, cuyas conclusiones jamás tomó en cuenta, ahora Calderón nombró como coordinador a Carlos Medina Plascencia, un panista de continuas derrotas desde que dejó la gubernatura de Guanajuato, a la que llegó, en 1991, por el pacto entre Carlos Salinas y el Partido Acción Nacional (PAN).
El escenario para la presentación de esta iniciativa fue el World Trade Center, que desde temprano fue fuertemente custodiado por cientos de elementos del Estado Mayor Presidencial (EMP), un dispositivo que fue, sin embargo, estéril: Por primera vez desde que Calderón fue ungido como “presidente electo”, el 5 de septiembre, no hubo ni una sola protesta de la oposición fiel a Andrés Manuel López Obrador.
La ausencia de protestas contra Calderón no aminoró la seguridad: La multitud convocada formó largas filas en las dos aduanas con arcos detectores de metales que se instalaron en los accesos al WTC y al salón Olmeca, que fue insuficiente para acoger a prominentes personajes de los partidos políticos --con excepción de los que conforman al Frente Amplio Progresista--, de la iniciativa privada, de la academia y de agrupaciones civiles filopanistas.
En primera fila se ubicó a Carlos Slim, el tercer hombre más acaudalado del planeta, quien se pronunció por apoyar la iniciativa lanzada por Calderón, quien estuvo acompañado también por los dirigentes de las cámaras empresariales y los presidentes de PAN, Manuel Espino; del PRI, Mariano Palacios; del Verde, Jorge Emilio González, y de Alternativa, Alberto Begné.
La tanta la asistencia de una multitud variopinta --desde políticos como los gobernadores Francisco Ramírez Acuña y Enrique Peña Nieto, el diputado Jorge Zermeño, hasta del mundo de la farándula y el deporte, como los exintegrantes de Timbiriche, Kabá y Eduardo Manzano “El Polivoz”; Ana Guevara y Carlos Hermosillo--, ocupó los espacios para la prensa.
En lugares de privilegio estuvieron también Lorenzo Servitje, fundador del grupo Bimbo --custodiado por Francisco Javier González Garza y Guillermo Bustamante, de la Unión Nacional de Padres de Familia (UNPF)-- y miembros del cuerpo diplomático acreditado en México.
El rehabilitado Medina Plascencia pronunció un discurso para llamar a articular un plan que trascienda el sexenio de Calderón, quien lo apoyó en su más reciente incursión política para ser presidente del PAN, que fracasó ante Espino (antes había sido derrotado en su búsqueda por la candidatura presidencial y en la estrategia de su partido en las elecciones del 2003).
Medina, quien ha sido diputado federal y senador por la vía plurinominal después de que fue ungido como gobernador de Guanajuato, en 1991, mediante la llamada “concertacesión” con Salinas, se perfila para ocupar un cargo prominente con Calderón, ya sea como director de Petróleos Mexicanos y aun jefe de gabinete.
En su turno, Calderón dijo que México requiere un plan de largo plazo hacia el 2030 --aunque aclaró que éste no sustituye a la agenda legislativa que propuso hace dos semanas a los partidos políticos--, porque de esta manera se podrán encontrar las coincidencias entre todos los sectores de la sociedad.
“Por ejemplo, podemos discutir cuál es la mejor forma de resolver el conflicto en Oaxaca y encontraremos visiones diametralmente opuestas para su solución. Pero estoy seguro que todos compartimos un propósito y un diagnóstico: En el futuro Oaxaca habrá superado la miseria ancestral de su gente, sólo si sus niños tienen acceso ininterrumpido a educación de calidad”, explicó.
Por eso, expresó, convoco a que “nos pongamos de acuerdo en cómo queremos que sea México al cabo de una generación”. Para ello propuso la celebración de foros de consulta ciudadana para recopilar reflexión, planeación y propuestas, estudios y talleres en el país, que vayan de lo local a lo nacional.
Tal como lo hizo en su campaña, planteó cinco ejes para, según él, “el México que queremos”: Estado de derecho y seguridad pública; economía competitiva y generadora de empleos; igualdad de oportunidades; desarrollo sustentable, y democracia efectiva y política exterior responsable.
Al respecto, al final del acto, Carlos Slim aplaudió la iniciativa lanzada por Calderón. “En una visión de largo plazo, en la que se contemple crecimiento, educación, desarrollo sustentable, empleo, no creo que nadie esté en desacuerdo, no creo que haya quienes no estén de acuerdo en que México sea un país desarrollado y termine con sus problemas ancestrales y sus rezagos", señaló.
Inclusive dijo que el proyecto "México 20-30" coincide en algunos puntos con propuestas el Partido de la Revolución Democrática (PRD) y López Obrador, como combatir la pobreza, que la gente tenga posibilidades de empleo y acabar con rezagos.
Se dijo dispuesto a colaborar en esa iniciativa y a reunirse con Calderón o cualquier miembro de su equipo de transición cuando se considere conveniente, y aclaró que hasta el momento sólo ha tenido un encuentro privado con el presidente electo, y ha acudido a otros tres actos públicos con él.
Si Fox designó en el 2000 a Porfirio Muñoz Ledo como responsable del proyecto, cuyas conclusiones jamás tomó en cuenta, ahora Calderón nombró como coordinador a Carlos Medina Plascencia, un panista de continuas derrotas desde que dejó la gubernatura de Guanajuato, a la que llegó, en 1991, por el pacto entre Carlos Salinas y el Partido Acción Nacional (PAN).
El escenario para la presentación de esta iniciativa fue el World Trade Center, que desde temprano fue fuertemente custodiado por cientos de elementos del Estado Mayor Presidencial (EMP), un dispositivo que fue, sin embargo, estéril: Por primera vez desde que Calderón fue ungido como “presidente electo”, el 5 de septiembre, no hubo ni una sola protesta de la oposición fiel a Andrés Manuel López Obrador.
La ausencia de protestas contra Calderón no aminoró la seguridad: La multitud convocada formó largas filas en las dos aduanas con arcos detectores de metales que se instalaron en los accesos al WTC y al salón Olmeca, que fue insuficiente para acoger a prominentes personajes de los partidos políticos --con excepción de los que conforman al Frente Amplio Progresista--, de la iniciativa privada, de la academia y de agrupaciones civiles filopanistas.
En primera fila se ubicó a Carlos Slim, el tercer hombre más acaudalado del planeta, quien se pronunció por apoyar la iniciativa lanzada por Calderón, quien estuvo acompañado también por los dirigentes de las cámaras empresariales y los presidentes de PAN, Manuel Espino; del PRI, Mariano Palacios; del Verde, Jorge Emilio González, y de Alternativa, Alberto Begné.
La tanta la asistencia de una multitud variopinta --desde políticos como los gobernadores Francisco Ramírez Acuña y Enrique Peña Nieto, el diputado Jorge Zermeño, hasta del mundo de la farándula y el deporte, como los exintegrantes de Timbiriche, Kabá y Eduardo Manzano “El Polivoz”; Ana Guevara y Carlos Hermosillo--, ocupó los espacios para la prensa.
En lugares de privilegio estuvieron también Lorenzo Servitje, fundador del grupo Bimbo --custodiado por Francisco Javier González Garza y Guillermo Bustamante, de la Unión Nacional de Padres de Familia (UNPF)-- y miembros del cuerpo diplomático acreditado en México.
El rehabilitado Medina Plascencia pronunció un discurso para llamar a articular un plan que trascienda el sexenio de Calderón, quien lo apoyó en su más reciente incursión política para ser presidente del PAN, que fracasó ante Espino (antes había sido derrotado en su búsqueda por la candidatura presidencial y en la estrategia de su partido en las elecciones del 2003).
Medina, quien ha sido diputado federal y senador por la vía plurinominal después de que fue ungido como gobernador de Guanajuato, en 1991, mediante la llamada “concertacesión” con Salinas, se perfila para ocupar un cargo prominente con Calderón, ya sea como director de Petróleos Mexicanos y aun jefe de gabinete.
En su turno, Calderón dijo que México requiere un plan de largo plazo hacia el 2030 --aunque aclaró que éste no sustituye a la agenda legislativa que propuso hace dos semanas a los partidos políticos--, porque de esta manera se podrán encontrar las coincidencias entre todos los sectores de la sociedad.
“Por ejemplo, podemos discutir cuál es la mejor forma de resolver el conflicto en Oaxaca y encontraremos visiones diametralmente opuestas para su solución. Pero estoy seguro que todos compartimos un propósito y un diagnóstico: En el futuro Oaxaca habrá superado la miseria ancestral de su gente, sólo si sus niños tienen acceso ininterrumpido a educación de calidad”, explicó.
Por eso, expresó, convoco a que “nos pongamos de acuerdo en cómo queremos que sea México al cabo de una generación”. Para ello propuso la celebración de foros de consulta ciudadana para recopilar reflexión, planeación y propuestas, estudios y talleres en el país, que vayan de lo local a lo nacional.
Tal como lo hizo en su campaña, planteó cinco ejes para, según él, “el México que queremos”: Estado de derecho y seguridad pública; economía competitiva y generadora de empleos; igualdad de oportunidades; desarrollo sustentable, y democracia efectiva y política exterior responsable.
Al respecto, al final del acto, Carlos Slim aplaudió la iniciativa lanzada por Calderón. “En una visión de largo plazo, en la que se contemple crecimiento, educación, desarrollo sustentable, empleo, no creo que nadie esté en desacuerdo, no creo que haya quienes no estén de acuerdo en que México sea un país desarrollado y termine con sus problemas ancestrales y sus rezagos", señaló.
Inclusive dijo que el proyecto "México 20-30" coincide en algunos puntos con propuestas el Partido de la Revolución Democrática (PRD) y López Obrador, como combatir la pobreza, que la gente tenga posibilidades de empleo y acabar con rezagos.
Se dijo dispuesto a colaborar en esa iniciativa y a reunirse con Calderón o cualquier miembro de su equipo de transición cuando se considere conveniente, y aclaró que hasta el momento sólo ha tenido un encuentro privado con el presidente electo, y ha acudido a otros tres actos públicos con él.
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