sábado, octubre 21, 2006

ASIMETRÍAS Fausto Fernández Ponte Carstens y la Pobreza

I

Como sabríase, Agustín Carstens, un tecnócrata de imponente rotundez y vástago de esa hornada de mexicanos educados cuales estadunidenses, se ha sumado al equipo del Presidente Electo, Felipe Calderón.

Antes de proseguir con el tema hágase una salvedad a manera de pausa: al señor Calderón millones de mexicanos lo consideran Presidente Electo espurio. También se le considera pelele.

Y esa espuriedad es la consecuencia del grotesco fraude electoral en el que incurrieron , por un lado, la instancia ejecutiva del Estado y, por otro, las instancias electorales de éste.

Ese fraude es un hechos objetivamente discernido por la vía de la documentación fehaciente y, ergo, y, factual. Fue la culminación de un golpe de Estado cuyo inico se remonta a 2003.

Ese golpe de Estado tiene por autoría obvia al poder establecido, el de la plutocracia que desde hace varios sexenios ejerce el poder político en México. Plutocracia significa gobierno de los ricos.

Al dominar las instancias políticas propiamente, judiciales y legislativas del Estado, esa plutocracia domina las instancias electorales. Sus personeros son parte de esa plutocracia.

Y esta plutocracia se ha distinguido por su insaciable voracidad. No sólo se sirve a sí misma con inmoral largueza, sino que también es cómplice de consorcios trasnacionales en el saqueo de México.

II

Ese saqueo es brutal, con el añadido de que se realiza impunemente. Esa impunidad ha convertido a los saqueadores mexicanos y trasnacionales en cínicos. Es una plutocracia cínica.

Los consorcios trasnacionales de mayor participación en el saqueo de México son aquellas que tienen sus sedes en Estados Unidos, España, Inglaterra, Canadá y otros países.

Ese saqueo es la expresión de una exégesis filosófica que, en su turno, identifica los componentes de una base ideológica de un proyecto de país dado que, en el caso, es el neoliberalismo, y los explica.

Esa ideología --la suma de los imperalismos, como alguna vez --hace casi un siglo-- los definió visionariamente Plejanov.

Pero retornemos, pues, al asunto que nos ocupa hoy --la incorporaciòn del señor Carstens al equipo de presuntos miembros del gabinete de secretarios de despacho del señor Calderon---.

Señálese que en el caso del señor Carstens especúlase, lo mismo a intramuros que a extramuros del calderonismo, que este exhuberante personajse será secretario del despacho de Hacienda.

Esta presunción aliméntase del hecho de que el personaje de marras --don Agustín-- ya fue subsecretario en esa ya aludida secretaría del despacho de Hacienda.

III


A sí, esa incorporación ha tenido un número grueso de lecturas --incluso entre los propios calderonistas--, siendo las principales las siguientes:

1) Que le ha sido impuesto --o recomendado-- al Presidente Electo por el Fondo Monetario Internacional.

Es el hombre del FMI en México, en el centro mismo del poder.

2) Que esa adhesión entusiasta de don Agustín es la de que aquella le fue sugerida al señor Calderón por el ex Presidente Ernesto Zedillo, muchos de cuyos colaboradores en su sexenio son calderonistas.

Pero, fueren cuales fueren las causales reales, subyacentes, de esa inclusión del señor Carstens, la percepción pública es la de que, si designado secretario del despacho de Hacienda, su misión sería:

Una, asegurarse que la ortodoxia económica del sexenio calderonista será fiel a los dictados del FMI y el poder que representan los grandes consorcios trasnacionales, divisas mismas de la globalización.

Y, otra, la de que, en el FMI y el poder de las trasnacionales no existe mucha confianza en las aptitudes y el alcance político real del Presidente Electo, a quien en esos círculos también se le considera espurio.

Antójase que la espuriedad del Presidente Electo es causal importante de preocupación en esos vestíbulos del poder real. Consideran un riesgo gobernar contra la voluntad del pueblo.

ffernandezp@diariolibertad.org.mx

Glosario:

Hornada: conjunto de personas que acaban los estudios o consiguen un trabajo o un cargo al mismo tiempo.

Tecnocráta: técnico o persona especializada en economía y administración, que ejerce un cargo público y que tiene tendencia a buscar soluciones eficaces a través de medidas técnicas

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