Un fenómeno inexplicable de análisis a profundidad son las cosas extrañas que suceden en la sociedad cuando ésta adopta actitudes inexplicables. Lo decimos porque, por ejemplo, nadie puede negar que José Yunes es un joven preparado, sin antecedentes negativos, que trabajó mucho para su candidatura en el acercamiento con la gente de manera educada, sencilla, afable, receptivo y, sin embargo, al parecer su equipo le falló y, desgraciadamente, no obtuvo un merecido triunfo por su trabajo muy personal.
Paradójicamente, como dice Tulio Moreno, gente nefasta, soberbia, déspota y con referencias de corrupción como los funestos Dante Delgado y Juan Bueno Torio hoy serán flamantes senadores de la República, cuando en el interior de la política se sabe lo negativo que estos hombres han sido, sobre todo quien fue ex gobernador del estado y que estuvo en la cárcel por ladrón y se conoce, fundamentado, de todas sus corruptelas que no vale la pena mencionar.
Mientras en la política nacional continúen premiando a gente sin escrúpulos y con tan mala fama, mal estaremos representados en los Congresos. No puede ya admitirse que quienes supuestamente serán representantes populares sean gente de bajo nivel, sobre todo moral. El cambio no debe ser sólo de partidos, sino de hombres y mujeres que nos avalen con actitudes de honestidad, honradez, principios morales incuestionables.
En los libros Bel-Ami de Guy de Mauppasant y Rojo y Negro de Stendhal, entre otros, se registra lo que a los llamados trepadores sociales se refiere y quienes utilizando la trampa, mentira, bajeza en todos sentidos, lambisconería, el servilismo, la corrupción logran llegar a sus fines que no son otros que posicionarse en lugares predominantes sociales, económicos y políticos sin mayor autoridad y validez que los maquiavélicos juegos que emprenden con mucha habilidad y amoralidad, para hacerse del poder.
Hay que recordarles a quienes irán a los congresos nacionales que deben cuidar desde ahora su comportamiento. No se vale que haya quienes lograron sus objetivos a través de los desamparados, a los cuales ayudaron con dinero de otros; y que para la campaña se dejaron besar, pero con la misma se limpiaban las caricias y hoy insisten en continuar sus trabajos, cuando deben estar preparándose sobre todo intelectualmente para que hagan un buen papel
Paradójicamente, como dice Tulio Moreno, gente nefasta, soberbia, déspota y con referencias de corrupción como los funestos Dante Delgado y Juan Bueno Torio hoy serán flamantes senadores de la República, cuando en el interior de la política se sabe lo negativo que estos hombres han sido, sobre todo quien fue ex gobernador del estado y que estuvo en la cárcel por ladrón y se conoce, fundamentado, de todas sus corruptelas que no vale la pena mencionar.
Mientras en la política nacional continúen premiando a gente sin escrúpulos y con tan mala fama, mal estaremos representados en los Congresos. No puede ya admitirse que quienes supuestamente serán representantes populares sean gente de bajo nivel, sobre todo moral. El cambio no debe ser sólo de partidos, sino de hombres y mujeres que nos avalen con actitudes de honestidad, honradez, principios morales incuestionables.
En los libros Bel-Ami de Guy de Mauppasant y Rojo y Negro de Stendhal, entre otros, se registra lo que a los llamados trepadores sociales se refiere y quienes utilizando la trampa, mentira, bajeza en todos sentidos, lambisconería, el servilismo, la corrupción logran llegar a sus fines que no son otros que posicionarse en lugares predominantes sociales, económicos y políticos sin mayor autoridad y validez que los maquiavélicos juegos que emprenden con mucha habilidad y amoralidad, para hacerse del poder.
Hay que recordarles a quienes irán a los congresos nacionales que deben cuidar desde ahora su comportamiento. No se vale que haya quienes lograron sus objetivos a través de los desamparados, a los cuales ayudaron con dinero de otros; y que para la campaña se dejaron besar, pero con la misma se limpiaban las caricias y hoy insisten en continuar sus trabajos, cuando deben estar preparándose sobre todo intelectualmente para que hagan un buen papel
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