sábado, julio 22, 2006

Ambición LA PODEROSAY ENIGMATICA PROSTITUTA DE SOTANA NEGRA

Autor: Rodrigo Vera
Fecha: 16-Jul-2006

Más allá de la percepción de que la Iglesia apoya a Felipe Calderón, un especialista en asuntos político-religiosos, Elio Masferrer, considera que dentro de la misma hay muy diversas posiciones. En todo caso, dice, el máximo interés de esa institución es tener una actitud conciliatoria para ganar terreno y avanzar en su agenda: mayor educación religiosa, más influencia en las escuelas, participación en los programas sociales y manejo de medios de comunicación...

"En el actual conflicto poselec-toral, la jerarquía católica me-

xicana intenta mantenerse por encima de las partes en pugna. No le conviene asumir una actitud facciosa, ni declararse a favor de uno u otro candidato. ¡No!, ¡no! Sabe que si lo hace perdería mucha de su autoridad moral y de su prestigio", asegura Elio Masferrer Kan, quien lleva 15 años realizando encuestas sobre la influencia de lo religioso en la vida electoral.

Agrega el especialista:

"El juego político de la Iglesia tiene un nivel mucho más sofisticado. Ante la crisis del sistema político, su intención es colocarse como un árbitro de la sociedad, como una institución capaz de conciliar a las facciones y a los partidos políticos que actualmente se están peleando."

-¿Y qué interés tiene en mantener esa actitud?

-¡Fortalecerse! ¡Ganar terreno! La instancia que consiga conciliar ganará sin duda muchísima autoridad moral en el próximo sexenio. Y la Iglesia quiere reposicionarse para sacar la agenda que le interesa, como poseer medios de comunicación masiva, más educación religiosa, tener mayor influencia en las escuelas y en los valores que se generen desde los aparatos de Estado. ¡Ese es su interés!

-El candidato más afín a esos intereses eclesiásticos se dice que es Felipe Calderón. ¿Hay pruebas de que la Iglesia apoya al panista?

-¡No! Ninguna, por lo menos en las declaraciones públicas del episcopado. Lo que pasa es que en los sectores intelectuales mexicanos hay cierto jacobinismo. Y ahí persiste un estereotipo histórico que, mecánicamente, asocia a la Iglesia con la reacción, con la ultraderecha y con el PAN, como si todavía no se hubiera dado el Concilio Vaticano II ni la llamada opción por los pobres.

"Por ejemplo, se tiene la idea de que la Iglesia sólo está compuesta por los obispos y sus sacerdotes diocesanos, olvidando que, aparte, en México existen más de 300 órdenes religiosas -masculinas y femeninas- que tienen gran inserción social en barriadas, escuelas, universidades y parroquias.

"Además, hay una multitud de redes de laicos católicos que son como los largos brazos de la jerarquía. Y estos laicos pueden seguir a obispos tan distintos como Raúl Vera, Samuel Ruiz, Onésimo Cepeda o Norberto Rivera.

"Hay grupos eclesiásticos que apoyan al sector empresarial, como también al movimiento zapatista. En fin, la Iglesia es muy heterogénea. Y su dialéctica interna es mucho muy compleja. No es un bloque que, en lo político, actúe en una sola dirección."

-¿No puede decirse, entonces, que la Iglesia esté apoyando a un candidato en particular?

-No, de ninguna manera. Muchas veces, porque un obispo dijo tal o cual cosa, sus declaraciones se generalizan y se le achacan a toda la Iglesia. La jerarquía sabe muy bien que los católicos votaron por los cincos candidatos a la presidencia. No le conviene declararse a favor de uno sólo porque entonces dividiría a su feligresía. La cultura católica siempre ha sido de unidad, en medio de la diversidad.

"Basta un ejemplo para demostrar por qué a la Iglesia no le conviene tomar partido en la actual rebatiña política: Los candidatos en pleito, el panista Felipe Calderón y el perredista Andrés Manuel López Obrador, llegaron a juntar, entre los dos, alrededor de 29 millones de votos. Esta cifra queda muy por abajo de los más de 80 millones de católicos que hay en el país.

"Nada gana la jerarquía con meterse en política partidista porque asumiría una actitud facciosa que más bien debilitaría su autoridad moral. Imagínese a los obispos diciendo una cosa y al tribunal electoral diciendo otra. Sería absurdo y contravendría las disposiciones legales. Además, según nuestras encuestas, la gran mayoría de los votantes no está de acuerdo en que la Iglesia se meta en el terreno electoral."

Autor de varios libros sobre temas religiosos, profesor investigador de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH)

y presidente del secretariado de la Aso-ciación Latinoamericana para el Estudio de las Religiones (ALER), Elio Masferrer resume así la actitud de la jerarquía ante estas elecciones:

"La Iglesia pide que sean respetadas la legalidad democrática, la voluntad popular y las instituciones electorales. Otro eje de su discurso son los llamados a la unidad."

Los comunicados

Después de la jornada del 2 de julio, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) -el cuerpo colegiado que aglutina a los más de cien obispos y arzobispos del país- ha emitido dos comunicados en los que hace publica su postura.

En su primer documento, Democracia e institucionalidad, fechado el 3 de julio, aseguran los obispos:

"La jornada electoral ha sido un éxito. Por ello, exhortamos a toda la ciudadanía a superar los sentimientos y pasiones partidistas, propios de la contienda electoral, y ubicar las elecciones como un proceso de competencia y selección donde aceptemos los resultados oficiales, reconozcamos al ganador, y nos dispongamos todos a colaborar con el nuevo gobierno para beneficio de la sociedad."

Los prelados indicaron entonces que los votantes acudieron a las urnas con "civilidad" y que sólo esperaban a que las autoridades electorales definieran al candidato electo.

"En cuanto el Instituto Federal Electoral declare el resultado oficial de quien haya sido el ganador, esperamos de los candidatos que no han conseguido el triunfo, que actúen con madurez y amor por el país, aceptando que podrán seguir colaborando con lealtad al bienestar de la patria desde una oposición responsable."

Tan pronto el IFE anunció que Calderón había ganado por estrecha diferencia, el episcopado emitió, el 6 de julio, el comunicado Madurez democrática, en el que hace un llamado a la reconciliación:

"La sociedad debe hacer un esfuerzo de reconciliación entre las distintas opciones políticas. No debe haber entre los ciudadanos vencedores ni vencidos; todos somos México; todos queremos el bien y el progreso del país."

Y pidió conformar "gobiernos incluyentes que sean capaces de dialogar y asumir las propuestas de los distintos partidos". Exhortó a la ciudadanía a "superar los sentimientos y pasiones partidistas".

Los comunicados estuvieron firmados por el presidente de la CEM, José Guadalupe Martín Rábago, y por el secretario general, Carlos Aguiar Retes.

Después, cuando la coalición Por el Bien de Todos impugnó los comicios, varios obispos estuvieron de acuerdo en que interviniera el tribunal electoral para evitar la incertidumbre.

Raúl Vera, obispo de Saltillo, indicó que "la elección aún no está definida" y que a López Obrador lo asiste la ley para impugnar los resultados. La misma postura externó el arzobispo de Xalapa, Sergio Obeso Rivera.

Sin embargo, algunos prelados rechazaron las movilizaciones de protesta organizadas por López Obrador. El obispo de Celaya, Lázaro Pérez, pidió a sus fieles abstenerse de participar en estos actos, para así evitar "caer en la anarquía", y también no dejarse "manipular para darle gusto a un candidato que ciegamente busca el poder a como dé lugar, incluso con falsedades".

Mientras que la arquidiócesis de Gua-dalajara, en un editorial de su publicación El semanario, calificó de malos perdedores a los seguidores del político tabasqueño: "Lloran como plañideras lo que no supieron ganar como hombres".

Credibilidad a la baja

Para Masferrer Kan, más que irse a "la cargada" con Calderón, la postura de los obispos es hacer que se "respete la institucionalidad" y que "no se caiga en la anarquía".

Y la tesis de que la Iglesia está contra López Obrador carece de sustento sólido, puesto que -recuerda el analista- el episcopado "salió públicamente en su defensa cuando estuvo sujeto al proceso de desafuero".

Alude así al documento Por una nueva convivencia política, elaborado el año pasado por la Comisión Episcopal de Pastoral Social y en el cual se señalaba que, con el desafuero de López Obrador, se violarían "los derechos políticos" de "toda una sociedad" que quería hacerlo su candidato presidencial. El desafuero -aseguraban los obispos- era un "proceso concertado y desaseado", producto de la "aplicación selectiva de la justicia".

Dice Masferrer: "En este momento, la postura de la Iglesia es ver cómo puede ayudar para que los actores políticos limen sus asperezas. Pero la polémica es cada día más áspera. Y quien llegue a la Presidencia lo hará en una situación muy vulnerable.

"La gente no quiere que le Iglesia intervenga en estas cuestiones, puesto que para eso están las autoridades electorales. Eso sí, a la Iglesia se le podría dar un papel más significativo si se llega a una situación extrema de caos social.

"Pese a que sigue siendo una de las instituciones con mayor autoridad, en los últimos años los índices de credibilidad de la Iglesia han bajado del 70 al 50%. Esta es una constante no sólo en México, sino en toda América Latina. De ahí que el actual conflicto político es una buena oportunidad para que la Iglesia recupere su prestigio perdido."

De acuerdo con los resultados de las encuestas que coordinó durante el proceso electoral, el 32% de los votantes tomó en cuenta la religiosidad de los candidatos. Aunque el 49% consideró que no es correcto que éstos mezclen la religión con la política. Y respecto a la participación de los líderes religiosos en política, el 86% la rechazó tajantemente.

Masferrer compara esta contienda presidencial con la de hace seis años:

"En las campañas del año 2000, resultó muy claro que el candidato temeroso de Dios era Vicente Fox: arrancó su campaña enarbolando un estandarte con la Virgen de Guadalupe, ostentó su catolicismo yendo a comulgar, asistiendo a misas. Fox generó una correlación de lo religioso con lo político

"Ahora las cosas fueron muy distintas. Ningún candidato hizo gala de su religiosidad. Nadie comulgó ni se hincó ante un altar para que le tomaran la foto. Fueron unas campañas muy laicas."

-Calderón tiene una sólida formación religiosa.

-Sí, pero no la ostentó como lo hizo Fox. En alguna ocasión, Calderón defendió su religión y habló sobre la píldora del día siguiente. De inmediato lo criticaron, diciéndole que lo que se necesitaba era un presidente que solucionara los problemas del país, no que fuera a imponer su ideología. Y tuvo que bajarle a sus comentarios.

"Los asesores de campaña se dieron cuenta de que promover la imagen de un candidato temeroso de Dios no movilizaría mucha gente y, en cambio, tendría muchos riesgos, puesto que esa imagen debe ser también convincente; no basta sólo con declararlo."

También descarta que la jerarquía se haya inclinado incondicionalmente a favor del candidato que más estuvo contra la eutanasia, el aborto, la píldora del día siguiente o los matrimonios entre personas del mismo sexo; los llamados "valores de la vida" que defiende la Iglesia:

"En estas elecciones no puede decirse eso. La novedad es que ahora la jerarquía mandó mensajes más neutrales. No puso mucho énfasis en esas cuestiones de la defensa de la vida. Quizá influyó el desprestigio en que cayó el Grupo Pro-Vida, luego del escándalo de las tangas y todo eso."

Indica que la pasarela que, en abril pasado, organizaron los obispos con los tres principales candidatos presidenciales --Calderón, López Obrador y el priista Roberto Madrazo-les sirvió para conocer la postura de los aspirantes ante estos temas, pero también su posición ante la "cuestión social".

Apunta Masferrer: "Hay obispos que tienen más interés en la defensa de la vida. En ese sentido, se inclinaron por el candidato que consideraron más temeroso de Dios, con mayor consistencia ética y moral, con un comportamiento más congruente.

"Sin embargo, otros obispos están más preocupado por el compromiso social de la Iglesia. Y esto nada tiene que ver con las ideologías ni con la teología de la liberación. No. Nada de eso. Tiene que ver con cuestiones meramente pragmáticas."

-¿Como cuáles?

-Bueno, no olvidemos que la Iglesia es una organización de masas, de manera que tratará de influir en los alrededor de 50 millones de mexicanos que viven en la pobreza. Y para eso necesita aliarse con un presidente que, obviamente, le permita a la Iglesia meter su cuchara en los programas de desarrollo

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