Soberbia y torpeza
Escrito por Eduardo Ibarra Aguirre
19-06-2006
Utopía
La soberbia siempre ha sido una de las peores consejeras en la política. Más todavía en la electoral y peor aún cuando se puja por la Presidencia de la República.
Guadalupe Acosta Naranjo, dirigente del Partido de la Revolución Democrática, hizo una llamado a Felipe del Sagrado Corazón de Jesús Calderón Hinojosa –así se llama, no es burla de nada--, para establecer una tregua en la creciente y peligrosa campaña de propaganda negra que libran las dos formaciones políticas, tal y como lo planteó Utopía (14 y 16-VI-06).
Por segunda ocasión hago la aclaración sobre el nombre del “señor chaparrito, peloncito y de lentes –Manuel Espino Barrientos dixit--, porque ahora me excomulga el lector Rubén González Posadas, con derroche de tolerancia: “No sé ni me importa de quién eres hijo, pero es obvio que no te consideras hijo de dios. Por tus expresiones con algo que es sagrado no se bromea ni se juega. Te lo recordaré el 2 de julio, para dios no hay imposibles y él dijo: A los soberbios los detesto y los vomito”.
Justamente sobre soberbia dicta cátedra Felipe de Jesús, al exigirle a los perredistas que le ofrezcan disculpas “por la sarta de calumnias y mentiras”, como condición para aceptar la tregua.
Lo hace cuando no logra invertir la decisiva curva descendente en las preferencias ciudadanas desde que Diego Hildebrando Zavala Gómez del Campo fue exhibido por Andrés Manuel López Obrador como Cuñado incómodo, beneficiario de tráfico de influencias y evasor fiscal.
En los 13 días que nos separan del golpe brutal que le fue propinado a Calderón en plena comparecencia televisiva y radiofónica, se confirma diariamente la denuncia con informaciones documentadas sobre una de las familias vinculadas simultáneamente al ejercicio de la política y la actividad empresarial, y con mayor éxito en el sexenio de Vicente Fox Quesada.
Más aún: también es exhibido el trafico de influencias con el que presuntamente se ha enriquecido Manuel Carlos Mouriño Atanes, presidente del Grupo Energético del Sureste y padre de Juan Camilo Mouriño, coordinador operativo de la campaña de Calderón Hinojosa. Y otras figuras más del primer círculo.
Sería pertinente que los estrategas españoles y estadunidenses asimilaran pronto que en la también llamada propaganda de contraste, los panistas y sus ramificaciones yunquistas y foxistas tienen mucho más que perder que la coalición de enfrente.
El burdo cierre de filas del gobierno de Fox con el Cuñado incómodo de Calderón, destacadamente Francisco Gil Díaz como su defensor, mostró al país la abierta participación de Los Pinos en una especie de Operación encubrimiento para controlar los daños, además del prolongado pasmo del candidato y del Comité Ejecutivo Nacional panista fueron los mejores estímulos de la caída inocultable de Calderón, quien aún no logra siquiera reponer la sonrisa a que tanto nos acostumbró.
De persistir este cuadro, como todo indica sucederá, el cuñado más que incomodó resultará mortífero. Gracias en buena medida a la soberbia de Felipe del Sagrado Corazón de Jesús, la torpeza de la autodenominada pareja presidencial y la creencia de que en política también se dan los milagros.
Acuse de recibo
El doctor Américo Saldivar escribe: “Bien por el ‘Viraje’ (en las campañas, 16-VI-06). Ante la disyuntiva de sólo dos opciones reales para ganar el 2 de julio: derecha o izquierda. Calderón o Peje. Cualquier voto que no vaya al Peje será un voto por la derecha decimonónica. Punto. Terrible, pero así es. ¡Que Dios nos Foxa confesaos!”...
Una razón mas para votar por AMLO y la mayoría perredista al Congreso.
SONRIE VAMOS A GANAR
Guadalupe Acosta Naranjo, dirigente del Partido de la Revolución Democrática, hizo una llamado a Felipe del Sagrado Corazón de Jesús Calderón Hinojosa –así se llama, no es burla de nada--, para establecer una tregua en la creciente y peligrosa campaña de propaganda negra que libran las dos formaciones políticas, tal y como lo planteó Utopía (14 y 16-VI-06).
Por segunda ocasión hago la aclaración sobre el nombre del “señor chaparrito, peloncito y de lentes –Manuel Espino Barrientos dixit--, porque ahora me excomulga el lector Rubén González Posadas, con derroche de tolerancia: “No sé ni me importa de quién eres hijo, pero es obvio que no te consideras hijo de dios. Por tus expresiones con algo que es sagrado no se bromea ni se juega. Te lo recordaré el 2 de julio, para dios no hay imposibles y él dijo: A los soberbios los detesto y los vomito”.
Justamente sobre soberbia dicta cátedra Felipe de Jesús, al exigirle a los perredistas que le ofrezcan disculpas “por la sarta de calumnias y mentiras”, como condición para aceptar la tregua.
Lo hace cuando no logra invertir la decisiva curva descendente en las preferencias ciudadanas desde que Diego Hildebrando Zavala Gómez del Campo fue exhibido por Andrés Manuel López Obrador como Cuñado incómodo, beneficiario de tráfico de influencias y evasor fiscal.
En los 13 días que nos separan del golpe brutal que le fue propinado a Calderón en plena comparecencia televisiva y radiofónica, se confirma diariamente la denuncia con informaciones documentadas sobre una de las familias vinculadas simultáneamente al ejercicio de la política y la actividad empresarial, y con mayor éxito en el sexenio de Vicente Fox Quesada.
Más aún: también es exhibido el trafico de influencias con el que presuntamente se ha enriquecido Manuel Carlos Mouriño Atanes, presidente del Grupo Energético del Sureste y padre de Juan Camilo Mouriño, coordinador operativo de la campaña de Calderón Hinojosa. Y otras figuras más del primer círculo.
Sería pertinente que los estrategas españoles y estadunidenses asimilaran pronto que en la también llamada propaganda de contraste, los panistas y sus ramificaciones yunquistas y foxistas tienen mucho más que perder que la coalición de enfrente.
El burdo cierre de filas del gobierno de Fox con el Cuñado incómodo de Calderón, destacadamente Francisco Gil Díaz como su defensor, mostró al país la abierta participación de Los Pinos en una especie de Operación encubrimiento para controlar los daños, además del prolongado pasmo del candidato y del Comité Ejecutivo Nacional panista fueron los mejores estímulos de la caída inocultable de Calderón, quien aún no logra siquiera reponer la sonrisa a que tanto nos acostumbró.
De persistir este cuadro, como todo indica sucederá, el cuñado más que incomodó resultará mortífero. Gracias en buena medida a la soberbia de Felipe del Sagrado Corazón de Jesús, la torpeza de la autodenominada pareja presidencial y la creencia de que en política también se dan los milagros.
Acuse de recibo
El doctor Américo Saldivar escribe: “Bien por el ‘Viraje’ (en las campañas, 16-VI-06). Ante la disyuntiva de sólo dos opciones reales para ganar el 2 de julio: derecha o izquierda. Calderón o Peje. Cualquier voto que no vaya al Peje será un voto por la derecha decimonónica. Punto. Terrible, pero así es. ¡Que Dios nos Foxa confesaos!”...
Una razón mas para votar por AMLO y la mayoría perredista al Congreso.
SONRIE VAMOS A GANAR
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