La responsabilidad, de Calderón y su equipo
El Presidente de México, perdido en Foxilandia
La operación política del panismo en la Cámara de Diputados durante el martes que terminó es responsabilidad de Felipe Calderón y su grupo, de nadie más.
Era sin dudas una acción preparada. Los panistas sabían qué hacer y cómo hacerlo. Tenían listos los gases que lanzarían contra los perredistas que trataran de oponerse a la decisión de vestir la tribuna de azul.
La acción había sido concertada con los que se pretenden nuevos gobernantes, entre ellos el llamado hombre lobo. La estrategia era bloquear las dos entradas a la tribuna, impedir que cualquier perredista, por cualquier motivo, intentara subir, se le impidiera el paso, si los panistas no podían hacerlo, no obstante su superioridad numérica 206 panistas contra 127 perredistas, allí estarían listos los miembros del Estado Mayor Presidencial para ayudarlos.
Está claro, los miembros de ese organismo ligado a la Presidencia no intervinieron porque fueron los panistas quienes invadieron la tribuna, pero allí estaban.
Es más, cómo es que los azules lograron pasar el cerco de la PFP llevando consigo botes con gas, si se catea a todos quienes tratan de flanquear las vallas que se han instalado alrededor del Palacio Legislativo de San Lázaro.
Todo se preparó con anterioridad. Montado en el supuesto de que serían los perredistas quienes iban a tomar la tribuna, el panismo preparó hasta mantas para combatir ese supuesto. Los perredistas no tenían listos ni los carteles con los que, tradicionalmente protestan.
También, como es tradicional en el PRD, se estaba discutiendo el quehacer para el próximo 1º. del último mes de 2006. Las decisiones se tomarían, como es costumbre, a última hora, y eso porque, para no variar, había quienes estaban en desacuerdo con la toma de la tribuna, y se buscaban algunas opciones que, con el mismo resultado de la primera idea, se pudieran efectuar.
Así que fue el susto, el mero miedo, el que impulsó la violencia azul en la Cámara de Diputados, y eso no fue un plan del foxismo, que para esas horas estaba sacando sus triques de Los Pinos. El equipo de Calderón ya se subió al poder, y ordena. Fox anda perdido en Foxilandia.
Pero además fue torpe, muy torpe el accionar azul. Con casi todos los medios electrónicos a su servicio, la toma de la tribuna por parte del PRD la descalificación hubiera sido unánime. Seguramente no se habría podido aguantar durante dos días y una noche, el ataque mediático.
Dejarlos con la toma de la tribuna frente a los medios sería el mejor ataque que podrían haber establecido los panistas, pero no, son simplemente torpes, golpeadores, políticos del odio, nada más.
Así pues, el accionar de los diputados del PAN fue una orden, la línea que lanzó Felipe Calderón y sus más allegados. Qué nadie se confunda, ahora y aquí en el panismo mandan quienes quieren ser impuestos al país.
La Cámara de Diputados está tomada, adentro y afuera, el miedo panista que ya tenía lista la agresión desencadenó la violencia, las pruebas están a la vista de todos, aunque siempre hay quienes no las quieren ver.
El método que ayer utilizó el panismo es la forma de gobierno que promete la derecha para hacer valer solamente su fuerza. ¿Cuántas veces más tratarán los panistas de hacer callar las voces disidentes? ¿Cuántas veces más utilizarán la fuerza para someter a quienes no están de acuerdo con ellos?
La derecha sigue en el poder, pero hay un cambio: Vicente Fox fue el empleado de los grandes capitales, el gerente que cuidó los intereses de los más pudientes. Calderón no aspira a tanto, será, como ya se ha mostrado, simplemente el policía, el represor, el que impedirá que esos que dictaban órdenes a Fox, peligren en sus intereses por la desesperación de la gente. Y ya está en funciones.
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