domingo, noviembre 12, 2006

Para qué sirve un gobierno legítimo

Diario de Guerra

José Agustín Ortiz Pinchetti

Paradojas mexicanas: Calderón, "presidente electo", no puede acudir a
un lugar público sin arriesgarse a una protesta iracunda; AMLO está
realizando una gira en ocho estados (oculta por la mayoría de los
medios), donde es aclamado como presidente legítimo.

Quizás usted, amigo lector, se pregunte la razón del activismo de
Andrés Manuel. Intentaré responder: la decisión de organizar un
gobierno y de tomar posesión en el Zócalo capitalino como presidente
legítimo, el próximo 20 de noviembre, es respuesta a un agravio; la
constatación de que la "victoria" de Fox, de Calderón, del PAN, El
Yunque, los megainfluyentes, los líderes charros, Elba Esther, sus
mapaches y demás cómplices fue producto de competencia desleal y de
fraude, el que empezó desde la designación del Consejo General del
IFE, hasta el último acto de su gestión. Por lo que toca a la
desigualdad, usted pudo constatarla hasta la náusea. El mismo Trife
reconoció las graves irregularidades, aunque en lugar de anular la
elección prefirió emitir un dictamen aprobatorio aberrante.

A millones de inconformes no nos quedaba más que apechugar la
imposición y aceptar una regresión de 12 años en la política o
resistir, y esto hicimos. El "plantón" en el eje de Reforma-Zócalo
tuvo un alto costo para nosotros. Sin embargo, se expresó la
inconformidad en forma pacífica y concentró la iracundia popular que
pudo desbordar en violencia.

La designación de presidente legítimo que ha provocado críticas y
burlas es otra expresión de resistencia extrema y respuesta al clamor
de millones de votantes defraudados que no están dispuestos a
conformarse con menos. López Obrador ha creado un gabinete, no para
gobernar un país, sino para dar respuesta crítica y propuestas válidas
en asuntos estratégicos de la vida pública, para proteger al pueblo y
defender el patrimonio de la nación. Además se pondrán las bases para
un gran movimiento. AMLO ya comenzó una gira en 120 ciudades
importantes y en los 2 mil 500 municipios del país. No hará campaña
presidencial ni intentará fundar un nuevo partido, sino crear una red
de activistas, que él podría convocar en circunstancias extremas, para
dar una respuesta concertada en todo el país. Es muy probable que este
movimiento sume a cientos de miles, quizás a millones: el voto duro
del tabasqueño.

De modo simultáneo, gracias a un espléndido trabajo de negociación, se
ha creado el Frente Amplio Progresista (FAP), que funcionará como
brazo institucional autónomo, pero que operará por consenso y
establecerá las líneas generales de coordinación con el movimiento de
AMLO. El FAP tendrá gran capacidad no sólo para interactuar en la
esfera de los poderes, sino definirá su propia política electoral. La
coincidencia del movimiento ciudadano promovido por López Obrador y
del poder efectivo y la cohesión del FAP, podrían generar el núcleo
para una gran oposición a un régimen no sólo espurio, sino enemigo de
los intereses de la abrumadora mayoría de los mexicanos.

(jaop@prodigy.net.mx)

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