Juan Enríquez Cabot
Pues Fox resultó uno de los mejores presidentes de México. Pocos, inclusive los más optimistas, se hubieran atrevido a principios de sexenio a predecir el extraordinario éxito de esta transición. En su último Informe, interrumpido una y otra vez por abrumadores aplausos, Fox de nuevo mostró extraordinario liderazgo y visión...
Sus primeras acciones de gobierno, siendo el primer Presidente de la oposición en más de 70 años, lo consolidaron como líder y ejemplo mundial. Entró al gobierno una clase política completamente distinta. Fue cambio real. Al haber resistido la tentación de pactar con el PRI
y al haber encarcelado a tres de sus más notorios bandidos, Fox obtuvo el margen para no tener que usar la fuerza durante su sexenio. Quedó clarito que nunca lo intimidaría ni video ni machete ni metralleta.
Su paquete inicial de reformas rompió con los monopolios más descarados. Fue batalla brutal contra algunos de los intereses más atrincherados y duros del país. Pero ganó. Y con esto se legitimó. Creció su fuerza. Ahora México es mercado similar al de Estados Unidos, India y Canadá, donde compiten brutalmente compañías telefónicas, de cable, petroleras y televisivas. Este ambiente darwiniano generó múltiples nuevas compañías. La mayoría fallaron, pero algunas, las rápidas y listas, ahora dominan las telecomunicaciones a lo largo y ancho de América Latina y dominan el mercado hispano de EU. Esto se nota en cada casa.
Durante todo el sexenio, Fox se obsesionó por mejorar la educación. Nombró distinguidísimo secretario, uno que opacó inclusive a Vasconcelos. Muchos habían intentado, pero sólo Fox fue capaz de poner en orden al sindicato, dedicándolo a educar y no a grillar. En cada escuela del país el enfoque fue identificar y premiar la excelencia.
Claro, falta mucho que hacer, pero México ya es país tecnológicamente competitivo. Es común que nuestros maestros y funcionarios den cátedra en la India, Corea, China, Taiwán y Singapur sobre "El modelo mexicano". Todos quieren imitar nuestro éxito.
Nadie hubiera esperado relación tan estrecha y constructiva con la izquierda. Pero listo Fox se dio cuenta de que la única manera de mantener unido a un país atravesado por surcos de desigualdad, violencia y regionalismos era lograr una relación de respeto y ocasional alianza con el PRD. En un principio no fue fácil la relación, los rudos callejeros se mofaban de los niños nice de góber.
Pero después de décadas de combatir al PRI, el PRD gradualmente empezó a respetar al nuevo partido que jugaba limpio y cumplía acuerdos. Gradualmente se fueron enfrentando algunas de las broncas más difíciles del país. La guerrilla desapareció. El lema informal de los grupos de trabajo se volvió: "Menos marchas y plantones, más acuerdos respetados. Juntos podemos".
Creel resultó hombre valiente y de palabra. Sobrepuso el bien nacional sobre ambición propia. Combatió de frente al narco. Metió en orden a gobernadores, no importando su filiación partidista. Protegió el derecho a la expresión al grado que hoy México es uno de los países
más seguros del mundo para ejercer periodismo crítico. Despolitizó la seguridad enfatizando la eficacia. Infinidad de operativos eliminaron delincuentes y secuestradores, acabaron con diversos jueces corruptos, encarcelaron inclusive a parientes y aliados del grupo panista. Hay
dormir en las ciudades fronterizas de México que en las de EU.
La apertura, seguridad, estabilidad y el crecimiento siguen impulsando el extraordinario boom empresarial que vive el país. Al igual que España, después de la transición, hubo inmenso crecimiento en la clase media. En algunas de las zonas más bellas del país, lugares como Michoacán, Oaxaca y Acapulco, hordas de extranjeros retirados disfrutan el paraíso. Hay seguridad jurídica y personal. Al mejorar la infraestructura, escuelas, policías, hospitales y salarios, la población local se esmera en atender y proteger a visitantes. Y esto a su vez ha generado inmenso lobby de ciudadanos norteamericanos que aman y apoyan a México; vaya, es común ver que este grupo monte en cólera cuando algún distraído congresista o embajador osa hablar mal de México.
Quizás el único prietito en el arroz del sexenio fue la bronca con la encargada de prensa. Esta mujer, presa de enormes celos y furia, no pudo profundizar su relación con Fox y acabó haciendo enorme berrinche. Fox reaccionó con gran dignidad, aguantando y nunca contestando. A diferencia de tantos presidentes, tuvo la inteligencia y el carácter para nunca mezclar lo familiar con el gobierno. Se dice que Marta sigue furiosa, que redacta en Irlanda agria memoria. Pero va
a ser muy difícil que dañe la imagen de un Presidente como Fox, especialmente después de la discreta boda que se consumó en su penúltimo año de gobierno; su señora esposa se ha comportado con elegancia y discreción, nunca permitiendo que familiar alguno aparezca en algún embrollo. Apoyó el encarcelamiento de vival primo que intentó usar parentesco para beneficio propio, e incluso premió personalmente a la reportera que primero dio a conocer estos hechos.
Quizás la batalla más difícil, la más sangrienta, fue limpiar, transparentar y eficientar Pemex. Pero como ahora dicen por ahí: Fox no se arruga. Con las agallas y el arrojo de buen torero, Fox capoteó sindicatos y oposición para lograr inclusive la apertura y la enorme competencia que vemos hoy en día. Gracias a esto pudo utilizar los enormes flujos adicionales de efectivo para reducir tanto deuda como pobreza. Fox se puso a construir obra tras obra. Duplicó casas, carreteras, fibra óptica, laboratorios y becas para ciencia y tecnología del más alto nivel. Es difícil entrar a una ciudad en México hoy en día sin pasmarse de tanto nuevo empleo, obra y prosperidad. Quizás por esto fue tan extenso el VI Informe.
Fox se va a su rancho dejando país en paz. Le será fácil al sucesor continuar esta gran obra política gracias a inmenso acervo de legitimidad y consenso. El nuevo equipo sin duda tiene el perfil y la capacidad para continuar transformando al país. Ya demostró su talento para dejar de lado la grilla y los ataques personales. Es gente que no llegó por ataques contra contrincante sino por reconocidos méritos propios. Hay que dar gracias a Fox y a su gente por la visión y
talento que mostraron. Imagínense ustedes lo que hubiera sido un VI Informe y toma de posesión en un México donde todo esto hubiera salido al revés...
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