jueves, noviembre 09, 2006

Castigado sin salir de casa

¿Qué les hace pensar a los legisladores del PRI y el PRD, profesionales del resentimiento social y el revanchismo político, que con “secuestrar” al Presichente en el México de sus recuerdos, impidiéndole engordar los puntos de su tarjeta de viajero frecuente, el conflicto oaxaqueño se va a solucionar así nomás por las buenas y que el espectáculo pirotécnico de los bombazos próximos pasados se va a diluir sólo porque Fox se quede castigado sin salir de casa? ¿De qué información disponen estos pueriles, como diría mi Vocero precioso, para suponer que por impedirle los viajes al primer mandatario, condenándolo a ser un vagabundo en su patria, los problemas de la nación van a desembocar en un happy end hollywoodesco?

A estas alturas ya deberían saber que mientras Chente ande fueras, por lo menos nuestros problemas no tenderán a agravarse por sus declaraciones que, a pesar de su buena fe, no coadyuvan y, antes al contrario, como son mal interpretadas por la prensa insidiosa, pues suelen contribuir al enrarecimiento de los escenarios políticos que, como sabemos, están sobrepoblados de renegados y sospechosistas que no disponen de las herramientas necesarias para comprender que la miel no se hizo pa´ los burros.

Además, también toda esta bola de opositores tendrían que haber previsto que la respuesta de Fox iba a ser, como fue, un berrinche espectacular que bien nos pudimos ahorrar los mexicanos (digo, ¿y nosotros por qué teníamos que estar escuchando tanto lamento borincano que no se ve ni en las telenovelas de Juan Osorio?) sólo comparable con la chillona que armaron al unísono Ulises Ruin y Abascal al ritmo de “Pactas o te vas” que, al final, resultó ser una nueva versión del clásico de Cri Cri, “El comal le dijo a la olla”. Un berrinchito que, tristemente, nunca alcanzará en niveles a los del cardenal Rivera Carrera, quien amenazó con irse con sus homilías-diatribas-filípicas a otro lado, pues le gusta interpelar pero no ser interpelado porque siempre fue vivillo desde chiquillo.

Como quiera que sea, qué les costaba a los señores diputeibols dejar que el Preciso se fuera a turistear (que disfrute, pues Martita ya anunció que siempre sí se va al rancho) en vez de que esté aquí nomás de adorno matando el tiempo. Ya dice cualquier tontería porque al fin está por irse. ¿Por qué obligarlo a atender asuntos sin gracia y nada glamorosos como los de Oaxaca?

Ah, bueno, si no lo dejaron salir nomás por joder, vale.

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