Andrés Manuel López Obrador, ayer en el Centro Histórico Foto Carlos Ramos Mamahua y Carlos Cisneros
A sus opositores, Andrés Manuel López Obrador advirtió: "No le vamos a entrar a ninguna negociación", porque la única posible, "si quieren llegar a un acuerdo, es que se cuenten los votos, esa es la condición". También, el candidato de la coalición Por el Bien de Todos reveló que se había decidido anunciar ayer nuevas acciones de resistencia civil, pero acotó que es preferible esperar al acuerdo del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, que podría darse a conocer mañana.
Nuevamente defendió la relevancia de que se recuente voto por voto, porque "siempre habrá, si no hay al recuento, una sensación -mínimamente va a quedar- de farsa. Si se recuentan los votos vamos a serenar a la sociedad". Y ante la posibilidad de que los magistrados determinen una revisión aleatoria de los paquetes sostuvo que "no se trata de una muestra", porque el reclamo es la revisión total de los sufragios.
Los miles de seguidores que en el cuarto día de asamblea permanente volvieron a concentrarse en el Zócalo capitalino, exigieron que se adoptaran nuevas acciones de resistencia, pero López Obrador insistió en la posibilidad de que los magistrados decidan este viernes si se abren o no los paquetes electorales. "Y a partir de ello tomaremos otras acciones. Nada más vamos a mantenernos firmes. Que no estén pensando que nos vamos a dejar. ¡No vamos a permitir una imposición, por ningún motivo!", advirtió.
En la sesión informativa de la asamblea, el político tabasqueño reafirmó la naturaleza del movimiento en defensa del derecho al sufragio efectivo, y evaluó que sería dañino, terrible y perjudicial que en México se implantara una democracia simulada, de mentiras.
La lucha, agregó, es por consolidar una democracia real, verdadera, que permita al pueblo no sólo elegir libremente a sus gobernantes, sino que permita mantener la esperanza de que es posible vivir mejor. "Por eso vale la pena. Este asunto debió resolverse en definitiva en 2000. La gente pensó que vendría un cambio, ¿y qué sucedió?
''No sólo es una vergüenza que le hayan mentido al pueblo, sino que ahora hagan lo mismo de cuando ellos estaban en la oposición. ¿O el cambio es pretender imponer a un presidente espurio e ilegítimo?" -preguntó. Planteó que, a diferencia del gobierno federal y del PAN, que no han defendido la democracia más allá del discurso, el movimiento en defensa del sufragio y del recuento voto por voto "tiene mucha fuerza política y moral".
También envió un mensaje a sus opositores para que no piensen que si no se abre la totalidad de los paquetes se resolverá la crisis política. "Están equivocados, están en un error, empezando porque no va a funcionar la manipulación. Pueden bombardear con publicidad, tratar de manipular, comprando y alquilando a algunos medios, pero no les va a funcionar", dijo.
Ratificó que "no le vamos a entrar a ninguna negociación que no tenga como punto de partida el recuento", y aseguró que si bien es cierto que la política es negociación, diálogo y acuerdos, debe tener como punto de partida los principios y los ideales. "No se puede poner en venta la voluntad del pueblo ni de los dirigentes. No somos políticos tradicionales, no tenemos precio. Si quieren que lleguemos a un acuerdo, que cuenten los votos", delimitó.
Porque -expuso- no es normal que en 60 por ciento de las 130 mil actas electorales existan "errores aritméticos", y aun si se acepta que se trata sólo de fallas en el cómputo, entonces hay que preguntarse "¿para qué sirvieron el IFE, el programa de capacitación y tanto dinero invertido? Y todavía los señores del instituto dicen que estuvo muy bien. Son unos cínicos, unos desvergonzados".
Reiteró que él tiene las pruebas de todas las irregularidades, y además dedicó un amplio espacio a realizar un "reclamo fraterno, respetuoso a los medios de comunicación", especialmente a la radio y a la televisión que no hablan del fraude.
"A nuestros adversarios y a sus voceros oficiosos, ¿qué les decimos?" -preguntó a sus simpatizantes, y éstos le respondieron: "¡Que chinguen a su madre!" No, así no, atajó López Obrador y, como en los días recientes, comenzó a levantarse el coro "¡que digan la verdad!"
El insistió en sus críticas hacia la radio y la televisión porque -dijo- no cuestionan a los consejeros electorales por haber aceptado "tantos errores" en el cómputo de los sufragios. "Les hacen entrevistas y no los tocan ni con el pétalo de una rosa, como si se hubieran portado muy bien".
Los gritos de la gente en contra de la prensa provocaron que López Obrador expresara: "¿Saben qué pasa cuando un medio no es objetivo, no es profesional? Está muy cercano al poder y muy distante al pueblo. Ya no tiene credibilidad, no sirve. Por eso, sin agredir a nadie, nada más de acuerdo con el derecho a disentir, sí tiene que haber de la sociedad un cuestionamiento a los medios y a los consejeros. Tienen que rendir cuentas de lo que hicieron".
Llamó a no enojarse por el manejo de la información en los medios electrónicos. "Si estamos seguros de que se defiende una causa justa, ya nada más con eso nos pueden decir lo que quieran. ¡Con eso somos invulnerables, no nos hacen nada!"
Refirió que la coalición y la asamblea están a la espera de la resolución que pueda tomar el tribunal electoral. "Teníamos pensado, la verdad se los digo, llevar a cabo otras acciones, pero vamos a esperar dos días para aguardar que resuelva el tribunal... ¿O no esperamos?" -preguntó a la gente. La respuesta fue: "¡Ni un paso atrás!" Sin embargo, el candidato definió: "Es que esto es lo importante. Vamos a esperar, porque Horacio Duarte (representante de la coalición ante el IFE) dice que pueden resolver el viernes. Y a partir de esa decisión tomaremos otras acciones".
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