Cardenistas de buenos modales
Ifelandia, giras y rumores
Las evidencias del fraude electoral son cada vez mayores (allí están, para no ir tan lejos, las denuncias y críticas institucionales, periodísticamente poco atendidas, que han hecho los consejeros electorales del IFE en Sinaloa, Veracruz, Jalisco, Puebla, Querétaro, Distrito Federal y el estado de México), pero al mismo tiempo crecen, contra el movimiento de defensa del voto y su expresión táctica que es el plantón y el consecuente bloqueo vial, la manipulación mediática, la magnificación de las protestas y la glorificación de las críticas.
Los cómplices del pasado se vuelven los salvadores del presente. Intelectuales que han callado o han ensayado tibias referencias ante la instalación de la propaganda fascistoide ("un peligro para México") y ante la degradación de instancias como el IFE, ahora firman desplegados de oportuna preocupación cívica. Héctor Aguilar Camín y José Woldenberg salen al foro para defender el mundo de las ilusiones institucionales y cantan loas al ejemplar funcionamiento de la máquina de convalidaciones llamada IFE, cerrando convenientemente los ojos a las múltiples evidencias de irregularidades graves y a los factores que distorsionaron y envenenaron el proceso electoral hasta llevarlo al nivel actual de encono.
Las coartadas discursivas, fundadas en intereses económicos y políticos que podrían ser amenazados por las escaramuzas de la turba alebrestada, pueden ser adornadas con una supuesta adhesión abstracta al sentido profundo de la lucha democrática pero se atoran en los detalles procesales o logísticos. Está bien protestar, pero por medios civilizados, decentes, dicen los prófugos de la historia (como si esa historia no mostrara los cestos de basura a los que han ido a parar todas las protestas mediatizadas, pasteurizadas, acolchonadas). Uno de esos combatientes contra su propia historia (simple cuestión de apellido, en realidad) es Lázaro Cárdenas Batel, el héroe de las batallas de la ciudad que lleva su nombre, en donde las armas estatales y federales se cubrieron de gloria criminal contra trabajadores mineros. Dice el ahumado júnior michoacano que comparte el objetivo pero no los métodos de la lucha que va del Zócalo al Periférico, porque "se afectan derechos de terceros". Linda defensa de esos derechos viales hecha por quien ordenó un ataque alevoso que dejó muertos y heridos. Gran planteamiento mientras el coordinador de los festejos Vicentenarios, Cuauhtémoc Cárdenas, calla en espera de que la ruleta le dé un premio de consolación luego de tres apuestas fallidas. Gran ejemplo, además, el dado en 1988, cuando Cárdenas -prudente, negociador, futuro héroe cívico que aclamarían quienes entonces le combatían- dialogó dos veces en privado, en lo oscurito, con Carlos Salinas de Gortari, sin necesidad de marchas o bloqueos viales, para llegar a acuerdos que abrieron el paso durante casi 20 años a una corriente política que hoy, como ayer, jugando con dos emblemas partidistas, pretende convencer a los mexicanos de las bondades del juego electoral respetuoso, de la importancia de las leyes y las instituciones y de otros cuentos parecidos.
Ifelandia y Foxilandia conviven y se prestan mutuos servicios. La señora Me Harta sigue gastando a manos llenas el dinero público que los mexicanos no pusieron a su disposición, pero, al igual que su tórtolo constitucional, huye cuanto puede de las protestas públicas y los coros a favor del voto por voto y casilla por casilla. Ayer, en Aguascalientes, la mamá de los hijitos Bribiesca cortó la entrevista con reporteros cuando le preguntaron sobre el caso de los chavos sexenalmente enriquecidos; "tema terminado", dijo con ínfulas de juez.
En su alocución nocturna en el Zócalo, López Obrador se mantuvo inamovible en cuanto al plantón y los consecuentes bloqueos viales. Las medidas fuertes de resistencia civil están en suspenso porque se cree que este viernes el tribunal electoral federal podría emitir alguna resolución importante. De hecho, ayer se frenaron acciones a las que ya se había invitado a la prensa, una de ellas en un almacén de Polanco. En Tamaulipas, algunos grupos de lopezobradoristas dijeron que preparan la toma de puentes fronterizos.
Fox y su capellán, Abascal, tratan de acelerar cuanto les es posible el discurso autoritario. Tienen en la mira a Alejandro Encinas y a Joel Ortega y en los corrillos del poder se habla de la posibilidad de que el Presidente de la República, con base en sus facultades constitucionales, destituya al actual jefe de la policía capitalina y nombre a un propio (¡oh, cuán tranquilizante sería ver allí, por ejemplo, a Miguel Angel Yunes!) e igualmente se comentan las posibilidades de que desaparecieran los poderes en la capital.
Astillas:
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