México, D.F., 2 de agosto (apro).- Noé Rivera fue operador político de Elba Esther Gordillo por varios años y no duda en confirmar que la profesora ayudó a ganar a Felipe Calderón utilizando los vacíos en la ley electoral y, sobre todo, manipulando la estructura nacional del SNTE.
Pocas veces en el periodismo se tiene la oportunidad de encontrar una fuente de primera mano que se atreva a describir personajes oscuros y poderosos como Elba Esther Gordillo. Noé Rivera Domínguez representa una de esas oportunidades, pues en una larga conversación con el ingeniero en sistemas publicada en Proceso esta semana, retrató descarnadamente el uso del poder de la exsecretaria general del PRI y las formas en que ha operado en el gobierno de Vicente Fox para concretar su gran proyecto personal: crear su propio partido, Nueva Alianza, sobre los restos del Revolucionario Institucional.
Las confesiones políticas de Noé Rivera asustan a cualquiera. Son revelaciones que hasta hoy sólo teníamos por terceras personas que nos decían cómo, quién y con qué recursos ha venido operando Elba Esther Gordillo, para lograr sus ambiciones políticas incubadas desde hace muchos años.
La información proporcionada por el ingeniero bajacaliforniano resulta clave en este momento por varias razones: porque nos describe las relaciones directas de la maestra con el presidente del Instituto Federal Electoral, Luis Carlos Ugalde; detalla la ayuda que obtuvo de este funcionario para lograr el registro del Partido Nueva Alianza (Panal); revela la forma en que obtiene recursos millonarios a través de fideicomisos registrados en Banobras y cómo Felipe Calderón, siendo director de este banco público le permitió el registro de varios fideicomisos mediante los cuales recibió 900 millones de pesos del presidente Vicente Fox, que pudieron utilizarse para reforzar la estructura electoral del SNTE y sostener la campaña del Panal.
Además, cuenta varios momentos en que la profesora Gordillo le pidió operar políticamente para reventar procesos electorales, como en Nayarit, en el 2002; y en Oaxaca, en el 2005, en contra de los candidatos del PRI, a los que boicoteó en venganza a la traición de las alianzas que había establecido con Roberto Madrazo.
Las revelaciones de Noé Rivera son valiosas porque aporta elementos testimoniales que podrían integrarse a la denuncia de la coalición Por el Bien de Todos de que hubo manipuleo en el resultado de las elecciones y la intervención ilegal miembros del SNTE en la estructura nacional del IFE.
Este personaje que fue operador electoral y golpeador político de la líder magisterial asegura que desde hace 12 años el 50 por ciento de la estructura nacional del IFE descansa en maestros miembros del SNTE. Es decir, que la mitad de los funcionarios y representantes del Instituto son integrantes de la organización que controla Elba Esther Gordillo.
Especialista en capacitación electoral, Noé Rivera advierte que muchos de estos maestros pudieron haber intervenido en la manipulación aritmética de los resultados en las casillas de las zonas donde Andrés Manuel López Obrador estaba muy arriba en las preferencias electorales.
No sólo eso, levanta la tapadera de las cañerías del poder de la profesora Gordillo y sostiene que el presidente del IFE, Luis Carlos Ugalde, está bajo su influencia, lo mismo que un grupo de funcionarios importantes de este Instituto que permitieron el registro del Partido Nueva Alianza, a pesar de irregularidades evidentes en el proceso de aprobación de los requisitos, principalmente en haber permitido la sustitución de la agrupación política Conciencia Política por Magisterio Nacional que originalmente había registrado la intención de formar el partido de Elba Esther Gordillo.
Finalmente, revela que Felipe Calderón, como director de Banobras, permitió el registro de dos nuevos fideicomisos en esta institución bancaria, dependientes del “fideicomiso madre” Vima (Vivienda para el Magisterio), a través de los cuales recibe millones de pesos que luego fueron utilizados para la campaña del Panal y de Felipe Calderón.
En resumen, las confidencias de Noé Rivera explican las razones por las cuales Gordillo levantó la mano a Felipe Calderón llamándolo “presidente electo” en un mensaje de fuerza enviado al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación de que el panista ya es presidente de la República por obra y gracia de su poder, sin importar que aún esta máxima autoridad electoral le entregue su constancia de triunfo
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