Ayer escribí quejándome de lo duro y húmedo del suelo del Zócalo de la Ciudad de México. Lo hice antes de la fuerte lluvia que azotó a la capital del país. A quienes acampamos detrás del templete nos golpeó el aguacero, pero no tanto como a aquellos que duermen en la avenida Reforma.
Estos últimos la pasaron muy mal por culpa de la tremenda granizada. Muchos simplemente no durmieron. A pesar de eso, a las cinco de la mañana marcharon rumbo a la Bolsa Mexicana de Valores, que fue simbólicamente tomada por unos 5 mil ciudadanos encabezados por Alberto Anaya, del Partido del Trabajo; Leonel Cota, del PRD, y Dante Delgado, de Convergencia. Esto habla de la cohesión dentro del grupo de los defensores del voto a voto. Por lo demás, voy a responder la pregunta de un amigo tan neoliberal como yo: No, no estoy en contra de los empresarios.
Creo que sin el trabajo de ellos, el progreso simplemente es impensable. Admiro a Carlos Slim, de Carso; a Lorenzo Zambrano, de Cemex (la gran empresa que está celebrando sus 100 años de vida con un juego de futbol entre el Barcelona y los Tigres); a José Antonio Fernández, de Femsa; a Ricardo Marín Bringas, de Soriana; a Emilio Azcárraga, de Televisa, y a muchos otros. ¿Por qué no critico la simbólica toma de la BMV? En primer lugar, porque fue un acto legítimo de desobediencia civil.
En segundo, porque si bien hay en México empresarios de primera, también los hay mediocres partidarios del fascismo y el retroceso democrático, como aquellos que, indebidamente, apoyaron a Calderón por la vía de lanzar golpes bajos a López Obrador. Son los que hoy se oponen al recuento voto a voto, esos que no merecen el menor respeto
Estos últimos la pasaron muy mal por culpa de la tremenda granizada. Muchos simplemente no durmieron. A pesar de eso, a las cinco de la mañana marcharon rumbo a la Bolsa Mexicana de Valores, que fue simbólicamente tomada por unos 5 mil ciudadanos encabezados por Alberto Anaya, del Partido del Trabajo; Leonel Cota, del PRD, y Dante Delgado, de Convergencia. Esto habla de la cohesión dentro del grupo de los defensores del voto a voto. Por lo demás, voy a responder la pregunta de un amigo tan neoliberal como yo: No, no estoy en contra de los empresarios.
Creo que sin el trabajo de ellos, el progreso simplemente es impensable. Admiro a Carlos Slim, de Carso; a Lorenzo Zambrano, de Cemex (la gran empresa que está celebrando sus 100 años de vida con un juego de futbol entre el Barcelona y los Tigres); a José Antonio Fernández, de Femsa; a Ricardo Marín Bringas, de Soriana; a Emilio Azcárraga, de Televisa, y a muchos otros. ¿Por qué no critico la simbólica toma de la BMV? En primer lugar, porque fue un acto legítimo de desobediencia civil.
En segundo, porque si bien hay en México empresarios de primera, también los hay mediocres partidarios del fascismo y el retroceso democrático, como aquellos que, indebidamente, apoyaron a Calderón por la vía de lanzar golpes bajos a López Obrador. Son los que hoy se oponen al recuento voto a voto, esos que no merecen el menor respeto
1 comentario:
"Por lo demás, voy a responder la pregunta de un amigo tan neoliberal como yo..." <---La gran razón por la cual no me acaba de agradar la realidad de ver a Arreola en el equipo de AMLO.
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