La participación de la tecnología electrónica en la medición de la actividad cerebral ha permitido comprobar por la vía experimental la hipótesis de los estudiosos de los procesos electorales, en el sentido de que la región del cerebro que procesa el análisis y el razonamiento deja de funcionar mientras que se activa la que procesa las emociones, al momento en que un elector tiene que decidir su voto.
Por su parte, el sociólogo italiano Giovanni Sartori expone en su libro "Homo Videns" la hipótesis de que la creciente disminución del uso del análisis y el razonamiento por las nuevas generaciones ha sido consecuencia de que el aprendizaje básico del infante posmoderno (homo videns) se realiza a través de las imágenes de la televisión y de los videojuegos.
Esto no significa que las nuevas generaciones no desarrollen su inteligencia, sino que se construye con otros elementos que probablemente sean los más adecuados para adaptarse a la nueva realidad que tendrá que vivir. Su inteligencia funciona de una manera diferente a quienes nacieron y crecieron en un mundo donde no había televisión en sus casas, e interactuaba con otro tipo de imágenes que no provenían del exterior, sino que estaban dentro de él.
Esta forma tan diferente de percibir la realidad entre nuevas y viejas generaciones ha creado una dicotomía en todas las sociedades del mundo, y en el caso particular de México se ha exacerbado durante el proceso electoral actual, ya que ha producido una polarización sin precedentes en la historia de su vida moderna.
Por razones comprensibles, ambas facciones creen ser dueñas de "la verdad" y no están capacitadas para contemplar el punto de vista de sus opositores y menos aún para intentar un proceso de reconciliación. Es muy difícil hacerles comprender que la unidad de la sociedad es indispensable para intentar el desarrollo, sin importar quién sea el líder político.
Por fortuna existen seres inteligentes y patriotas, tanto en la derecha como en la izquierda, que comprenden este conflicto y pueden influir en sus facciones respectivas para promover un proceso de reconciliación entre los mexicanos, para que opere antes de la fecha límite para designar oficialmente al nuevo Presidente de México y éste pueda llegar con fuerza política suficiente para poder gobernar a toda la sociedad en su conjunto.
La izquierda deberá intentar la racionalidad y la congruencia en su discurso, tendrá que demostrar su civilidad y su apego a la ley en sus movilizaciones y manifestaciones en la vía pública, evitando las descalificaciones sin fundamento, las palabras altisonantes y todos los actos violentos, para que la sociedad mexicana no considere -como hasta ahora- que la izquierda está constituida por personas irracionales, violentas y peligrosas.
La derecha tendrá que renunciar al uso intensivo de los medios audiovisuales y al apoyo del Gobierno en esta etapa postelectoral para sacar el debate político del campo virtual, ya que la guerra subliminal iniciada por el PAN durante el periodo de las campañas electorales ha sido el verdadero y único detonador de la profunda división que ahora hay en México. Antes del episodio ilegal de la "guerra sucia", el País estaba polarizado, pero no dividido y lleno de odio fraternal como ahora.
Una solución inmediata al conflicto es el conteo voto por voto y una prevención para el futuro sería la regulación de la participación de los medios audiovisuales en los procesos electorales y en el debate político. México requiere una estricta reglamentación de la videopolítica.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario