Al emitir un mensaje a la nación con el propósito de reafirmar los principios que guiarán a su gobierno -una vez que obtenga el triunfo electoral-, el candidato de la coalición Por el Bien de Todos habló de los ejes que darán vida a su administración.
Con sobriedad, en homenaje a Benito Juárez, López Obrador dio lectura un texto de tres cuartillas en el cual adelantó que gobernará en apego estricto a las leyes y dará cauce al fortalecimiento de la división y al equilibrio entre poderes. Señaló que no permitirá violaciones a las garantías individuales.
Vestido con traje oscuro, camisa blanca y corbata amarilla, el candidato presidencial también planteó que desea que "lo público ocupe el lugar que tuvo a lo largo de nuestra historia; vamos a devolverle a la República el sello que le imprimió un mexicano cuyo nombre es un símbolo: Benito Juárez".
En el penúltimo acto público en el que participará antes de la elección del 2 de julio, el abanderado de la coalición Por el Bien de Todos sostuvo "que la gobernabilidad es posible sin autoritarismo y sin represión. Es responsabilidad del gobierno mantener la estabilidad social y política. Sin embargo, una autoridad democrática tiene que garantizar la gobernabilidad mediante el diálogo, el acuerdo y la tolerancia, sin recurrir a la represión. Haremos valer el principio juarista de que 'nada por la fuerza, todo por la razón y el derecho'".
Al tocar el tema de la austeridad, también evocó el actuar de Juárez, porque los funcionarios públicos no deben contar con fueros o privilegios ni disponer del erario en forma irresponsable.
"Los que gobiernan están obligados a conducirse sin ostentación ni derroche. En ninguna circunstancia, menos aún en una situación de estancamiento económico, desempleo y empobrecimiento, los servidores públicos pueden disponer del presupuesto para obtener altos salarios, prestaciones, beneficios y comodidades. Por el contrario, esos recursos deben canalizarse a la atención de las necesidades apremiantes de la gente", advirtió.
Al abordar el eje del patriotismo, insistió, como lo ha venido manifestando en los últimos meses, en sujetarse a los principios constitucionales de no intervención, autodeterminación de los pueblos, solución pacífica de las controversias y cooperación para el desarrollo, en el ámbito de la política exterior.
"Vamos a mantener buenas relaciones con todos los pueblos y gobiernos del mundo. Pero vamos a llevar a cabo una política exterior mesurada, nada protagónica, no vamos a ser candil de la calle y oscuridad de la casa; la mejor política exterior es la interior. Si hacemos bien las cosas en nuestro país, si en México hay progreso, justicia, seguridad y paz social, nos van a respetar afuera.
"No nos vamos a meter en asuntos de otros pueblos y otros gobiernos, porque no queremos que nadie intervenga en los asuntos que sólo competen a los mexicanos, como país libre y soberano que somos. ¡El próximo presidente de México no será pelele de ningún gobierno extranjero!"
Al tocar el tema de la justicia social, López Obrador refirió su lema de campaña: primero los pobres. Principio que guiará, dijo, su gobierno, no por razones humanitarias, sino porque se debe llegar a la conclusión y al convencimiento de que no se puede gobernar un país en un océano de desigualdad.
1 comentario:
El hemiciclo a Juárez es uno de los lugares por donde más disfrutaba caminar cuando vivía en el D.F.
¡Saludos!
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