Víctor Flores Olea
05 de junio de 2006
Contamos con una buena experiencia histórica y sabemos, por demostrado, que un México en manos de la derecha (extrema), en sus variadas encarnaciones, sería un país cuyo destino es la violencia, una rudeza que se extendería a prácticamente todas las esferas de la vida (intelectual y política, especialmente), y en que la sociedad viviría ciertamente nuevas formas de opresión y explotación. La ventaja es que lo dicho no es materia de especulación, sino evidencia palpable de lo expresado en multitud de ocasiones por esa encarnación de la derecha extrema que se llama Felipe Calderón. (Entre otros alarmantes síntomas de su agresividad personal e ideológica, el hecho de que el IFE, que no se distingue por su proclividad autoritaria, haya prohibido que se continuara la difusión de al menos cinco spots, al cual más agresivo y mentiroso.)
Ahora resulta, en esa falsa historia construida por el panismo, que Andrés Manuel López Obrador simplemente seguiría el camino del "populismo" que ya habría conducido varias veces a las crisis económicas de México. No se dice, en cambio, por el panismo fariseo, que ese "populismo", entre los años 1950 y 1980, hizo crecer al país a una tasa media anual de 6.5%, y que el ingreso por habitante creció 3% también al año. La cuestión es que en los últimos 25 el crecimiento del producto ha sido apenas del 2%, con el riguroso estancamiento del ingreso per cápita. Este hecho alarmante es precisamente la causa de la inseguridad, de la violencia en las calles de México y el abandono del país por millones de compatriotas que buscan trabajo al norte de la frontera.
(Por supuesto que aquellos tiempos de "desarrollismo" tuvieron graves limitaciones y defectos: la corrupción fue tal vez el principal. Pero ¿no puede pensarse en un desarrollo con estricta disciplina moral? En todo caso, tal es el inflexible compromiso de AMLO, que sus partidarios consideran irrevocable.)
Podrían mencionarse otras muestras de botón para probar la catástrofe que ya han significado para el país los varios gobiernos neoliberales que han "dirigido" la administración. ¿Podemos seguir indefinidamente por la misma ruta? Si así ocurriera, nos esperaría un futuro de violentos nubarrones porque la sociedad está llegando, o ya llegó con creces, a sus límites de tolerancia. La violencia represiva y el oscurantismo serían el horizonte cierto de un nuevo gobierno del PAN encabezado por Felipe Calderón, situación en la cual, si llegara a presentarse, el país hasta probablemente suspiraría por el gobierno de Vicente Fox.
Por estas razones y muchas otras, escritores lúcidos y políticos han llamado a un "voto útil" o a un "voto patriótico" para impedir que Felipe Calderón y su extrema derecha tomen próximamente las riendas del poder. Yo lo llamo "voto democrático", en la medida en que Felipe Calderón encarnaría hasta el extremo la antidemocracia y el autoritarismo.
Voto al que se convoca a la gran vertiente del liberalismo mexicano, vale decir, de la inteligencia y la lucidez y en contra del oscurantismo, la regresión y las tinieblas. Tal es la alternativa a la que estamos enfrentados hoy los mexicanos, que resulta, como es fácil verlo, absolutamente crucial para nuestro futuro, para nuestro destino.
Por supuesto, tal convocatoria no se dirige únicamente a los ciudadanos integrantes de un determinado partido político. Aunque también se dirige a ellos. Pero acaso principalmente a aquellos ciudadanos sin partido y sin filiación partidista expresa que, con reales aspiraciones democráticas, de igualdad y justicia social, pudieran albergar aún ciertas dudas sobre el sentido de su voto el 2 de julio próximo.
Pero creo entender que, en la coyuntura, se dirige también, especialmente y con carácter urgente, a una masa de militantes del mismo PRI que están desilusionados y no encuentran satisfacción en el candidato de su partido. A ellos se les convoca con carácter apremiante para que su voto sea, en las próximas elecciones, "útil", "patriótico" y "democrático", como quiera llamársele, para evitar las consecuencias trágicas que necesariamente traería una victoria de la extrema derecha, construida sobre el poder del dinero, la publicidad mercantil y la perversión oscurantista.
Escritor y analista político
1 comentario:
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