miércoles, junio 07, 2006

Querer no es poder

Querer no es poder
Alejandro Gertz Manero
07 de junio de 2006

En este país hay muchas cosas que sí se pueden lograr, y otras que no es posible en modo alguno; y de ello estos son los ejemplos más evidentes:

1. Sí se pueden entregar los mercados nacionales a los tiburones del comercio mundial para que la banca, las aseguradoras, muchos servicios, los polos turísticos y las deudas abrumadoras queden en manos extranjeras. Sí se puede permitir que el contrabando de China y el sureste asiático invada los mercados, mientras la piratería se apropia del inmenso negocio de la música, el cine y el video. También se pueden cobrar los intereses más altos del mercado y los impuestos más elevados para el común del sector productivo del país. Asimismo, se puede crear una élite de megamillonarios que nacieron de la venta infame de los bienes y las concesiones que le pertenecían a todo nuestro pueblo.

Lo que no se puede es defender a los comerciantes e industriales nacionales, apoyándolos con incentivos y tasas de interés razonables; tampoco se les puede brindar insumos que les permitan competir con la producción y la comercialización mundiales; no es posible generar una infraestructura de servicios y comunicaciones electrónicas al margen de oligopolios y beneficios desorbitados; también parece imposible integrar a la vida económica del país al inmenso universo de la informalidad que está devorando involuntariamente el equilibrio fiscal del gobierno y la supervivencia del sector formal.

2. Sí puede crecer la delincuencia y el narcotráfico hasta dominar territorios completos del país, convirtiéndolos en verdaderos campos de batalla entre hampones, particulares y oficiales, sin que nadie pueda contenerlos. Sí pueden prevalecer estructuras policiacas dirigidas y operadas por auténticos delincuentes, que lo mismo son los protectores de la sociedad que sus verdugos, según sea su conveniencia. Sí es posible enriquecerse brutalmente a través de los puestos públicos, las concesiones gubernamentales y la protección indiscriminada, hasta llegar a los niveles más elevados de la sociedad y la política, donde cualquier pícaro o saqueador se cree con el derecho de gobernar a su estado o, por lo menos, disfrutar cínicamente de la inmensa fortuna que amasó.

Lo que no se puede es darle seguridad a más de 100 millones de mexicanos que vivimos esperando el asalto, el secuestro o el despojo, para después caer en la burla grotesca de una justicia que, por su escasez y por su dilación, es una forma más de injusticia y de humillación.

Es imposible esperar que los diputados y senadores tengan conciencia de que sirven a un pueblo y no a los intereses espurios de pandillas políticas. Tampoco se puede acabar con la pobreza extrema, ni brindar un servicio universal de seguridad social y de protección a la vejez, porque la riqueza de este país ya quedó en manos de unos cuantos privilegiados y de sus socios políticos. No se puede aspirar a que todos los mexicanos reciban una educación que les permita competir aquí y en el mundo externo; y también es imposible impedir que nuestro petróleo se convierta en baratijas chinas o en tenis de contrabando, y menos atentar contra la sacrosanta corrupción, mientras el pueblo sigue siendo víctima del engaño y la rapiña política.

Para que esta pesadilla terminara y se pudiera hacer todo lo que hoy no se puede, se tendría que dejar de hacer todo lo que hoy sí se puede.

UNA RAZON MAS PARA VOTAR POR AMLO

editorial2003@terra.com.mx

Doctor en Derecho

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