miércoles, julio 12, 2006

Crisis de gobernabilidad


El desgaste del IFE y del Gobierno Federal por la cuestionada elección presidencial trajo al debate una posible crisis de gobernabilidad del país, argumento que los adversarios de López Obrador afirman, será consecuencia de su obstinación y terquedad por no reconocer su derrrota ―dice Felipe Calderón y repiten sus seguidores―; sin embargo, quien podría ocasionarla no sería un agente externo al poder establecido como es el candidato perdedor y sus huestes, sino un manejo equivocado de la institución gubernamental. DE ECHO PODEMOS OBSERVAR EL DESESPERO DE TODAS LA HUESTES , LOPEZ DORIGA SE VIO PEQUEÑO Y MENTIROS EL DIA DE AYER EN SU NOTICIERO, AMLO SE VIO MESURADO, Y SOBRE TODO CONGRUENTE Y OBJETIVO, PESE A LA CAMPAÑA DE DESPRESTIGIO MONTADA Y LOS INTENTOS DE RIDICULIZARLO Y LINCHARLO MEDIATICAMENTE.


Una crisis de gobernabilidad, pues, puede bloquear de tal manera el funcionamiento del aparato gubernamental que llegaría a debilitar y aun destruir las bases del regímen político del país; así, lamentablemente, el saldo del 2 de julio contiene todas las características, matizadas por fortuna, que prefiguran parte de ese escenario.

Por ejemplo, las irregularidades en la elección generaron una crisis de confianza, acelerada por la ineficiencia y poca pericia de la gestión gubernamental de Vicente Fox, por lo que la propia sociedad tomó nota de la ausencia de rumbo del foxismo, lo que acarreó a su vez una especie de arrepentimiento colectivo de los que sufragaron hace seis años buscando el cambio. Sólo hay que ver el descenso de la popularidad presidencial y el crecimiento de la popularidad del tabasqueño.

De la mano viene la crisis de conducción política, que se vio con mucha mayor claridad en los meses previos a la elección cuando pareció resquebrajarse la viabilidad política de las acciones y decisiones gubernamentales y apareció un clima de tensión y confrontación que hizo que muchas de estas decisiones, finalmente legales, fueran consideradas ilegítimas y represivas, como los casos de los sindicatos minero y magisterial, y sobre todo San Salvador Atenco.

Aunque por fortuna no se ha llegado a un clima de confrontación generalizada y el Gobierno mantiene la iniciativa y control de la agenda pública, resulta vital para el país que prevalezca la mesura y la cordura para evitar la quiebra del régimen que lleve al Gobierno Federal a ser sólo uno más de los actores políticos en disputa por llenar un vacío de autoridad. Entocnes sí habrá crisis de gobernabilidad

1 comentario:

Super Dyavlo dijo...

le hicieron fraude al peje !