Viernes 21 de julio de 2006
1. La manifestación de un millón y medio de mexicanos el pasado domingo 16, en la que constituyó la movilización social más grande en la historia de México, exigiendo que se detenga la tentativa de fraude electoral orquestada por el gobierno de Vicente Fox, contándose "voto por voto" y "casilla por casilla", constituye un paso adelante en el movimiento de resistencia cívica de 2006, que está creciendo y evidenciando la indignación de amplios sectores del pueblo mexicano por la violación flagrante a sus derechos fundamentales por los grupos oligárquicos que se han apoderado del Estado y que pretenden seguir utilizando en beneficio propio los recursos de la nación.
2. Los mexicanos tienen el derecho de hacer la defensa del voto ante la pretensión del gobierno foxista de imponer ilegalmente en la silla presidencial a Calderón no nada más por la vía legal (reservada por ley a los partidos), sino por la social, como explicó López Obrador en El Noticiero de Joaquín López Dóriga del martes 11, a pesar de que éste abandonando el papel de comunicador e instalado en el de un Materazzi de los micrófonos, no dejó de barbotear en esos minutos las peores mentiras e insultos tratando de interrumpir, sin lograrlo, a su interlocutor, quien jamás perdió la calma.
3. La campaña de mentiras y desinformación de los grupos oligárquicos beneficiarios de las actuales políticas ante el próximo fallo del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) no sorprende ya ni siquiera por su virulencia y no está logrando sino centrar mejor la respuesta popular, que se anuncia sin precedentes, pues millones de mexicanos se hallan agraviados hasta el límite por la tentativa fraudulenta. El cierre simbólico de la sede central de Banamex, negocio que fuera del corrupto Roberto Hernández, por Elena Poniatowska y un grupo de ciudadanos es sólo un anuncio de lo que podrían ser las acciones de protesta cívica en los próximos días.
4. La resistencia civil, lejos de lo que afirman muchos medios, es un derecho legítimo de los pueblos cuando son violados sus derechos fundamentales, y así se ha considerado desde que Henry David Thoreau teorizó en 1849 sobre ella en su Civil Disobedience hasta el siglo XX con los movimientos ejemplares de Gandhi y de Luther King. Los panistas son cortos de memoria e hipócritas cuando la critican, ya que en el pasado la defendieron sin restricciones para defender el voto, pues Luis H. Alvarez se fue a una huelga de hambre en Chihuahua tras el fraude de 1986, Manuel J. Clouthier hizo lo propio en 1988 y Vicente Fox organizó una movilización civil en Guanajuato tras el fraude que lo privó en 1991 de la gubernatura.
5. El fraude electoral de 2006, que es a la vez el más burdo y sofisticado de la historia electoral mexicano, pues fue a la vez "a la antigüita" que por medios cibernéticos, configura el más evidente delito electoral, aunque a muchos comunicadores les cueste reconocerlo. La existencia de un candidato oficial, Felipe Calderón, que desde un principio fue tratado de imponer por Vicente Fox violando el marco constitucional y las leyes penales y electorales del país al utilizar para ello ilegalmente todos los recursos públicos a su alcance, incluyendo a los medios masivos de comunicación públicos y privados en una "campaña negra" de más de dos años que no tiene precedente en América Latina, así como a la propia investidura presidencial y al IFE, es una vergüenza para México, y da pie a una intervención enérgica del TEPJF.
6. Las elecciones de 2006 no fueron "inequitativas", como pretenden los medios usando un término político, sino fraudulentas en términos legales y constitutivas de delitos, y el papel de privilegio de que disfrutó Felipe Calderón como candidato oficial es suficiente causal para que se le anule toda su votación y se le procese, pues hizo lo que él denunció durante años que hacían los candidatos oficiales del PRI. La responsabilidad de Fox y de Calderón es por lo tanto criminal a la luz de las leyes mexicanas, pues abusando del poder buscaron deliberadamente hacer nulos los derechos políticos de los mexicanos.
7. La campaña de legitimación de Calderón pretendiendo hacer creer que importantes fuerzas sociales están avalando el fraude busca doblegar al TEPJF y desmovilizar al pueblo, pero lo único que está logrando es revertirse contra él, pues evidencia su debilidad política y falta de convicción ante el supuesto "triunfo" que proclama. El panista quedó evidenciado como un hombre tan mentiroso como Fox el 19, cuando Televisa y otros medios difundieron "información" sobre un encuentro suyo con la dirigencia del SME que se dijo lo estaba avalando, cuando en realidad se trató de una reunión con un ex dirigente sindical, ahora jubilado, y sus amigos, como informó el mismo SME al día siguiente en un desplegado que puso de manifiesto la mentirosa campaña propagandística y la insignificancia política de Calderón.
8. La presunción del equipo de Calderón de que tanto en Washington como en otros ámbitos internacionales se convalidaría el fraude por su reiterada promesa de que continuaría con las mismas políticas de Fox, a lo que ha conducido es a que se le mire como un demagogo inepto sin imaginación, pues el continuismo que ofrece entrañaría no nada más la inviabilidad política de su gobierno, sino mayor empobrecimiento de la mayoría de los mexicanos y un agravamiento de la crisis social, con la consecuencia de que se provocaría un mayor flujo migratorio hacia Estados Unidos, todo lo cual hace que se le vea en muchos sectores de ese país como un riesgo para los intereses estadunidenses.
9. La campaña electoral de Calderón se sustentó en la ilegalidad y no tuvo más propuesta que el odio que preconizó contra López Obrador, y así lo está haciendo ahora en su campaña poselectoral, marcada por las provocaciones y el odio hacia su adversario, como mostraron los panistas con la destrucción que hicieron de las obras artísticas de apoyo a la petición de "voto por voto" expuestas en la Alameda Central de la capital la noche del 19, lo cual anuncia lo que podría ser un hipotético gobierno de Calderón: un gobierno fascistoide.
10. El TEPJF al emitir el que será su histórico fallo de 2006 no decidirá únicamente, por lo mismo, quién ocupará la Presidencia de la República a partir del 1º de diciembre. Determinará al mismo tiempo si en México hay expectativas de tener un régimen de legalidad o no, si las instituciones deben responder a los derechos de los mexicanos o a los intereses de los grupos oligárquicos, y si un individuo al margen de la ley, como Vicente Fox, puede hacer valer los privilegios de unos cuantos por sobre los derechos de la nación.
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