La manipulación electoral no se produjo solamente el 2 de julio; ese día se expresó en forma abierta un proceso puesto en marcha mucho tiempo antes. Hoy el costo del fraude es la inocultable fractura de la República. El presidente Vicente Fox rompió todos los códigos escritos y no escritos requeridos para mantener la institucionalidad democrática. Entre las acciones previas que explican los actuales niveles de incertidumbre y polarización que vive la nación destacan:
1. Sostuvo una feroz campaña propagandística de descalificación en contra del Congreso de la Unión, deslegitimando las acciones del Poder Legislativo y usándolo como pretexto para eludir las críticas sobre el incumplimiento de sus compromisos de campaña. "El gobierno propone y el Congreso dispone", fue una frase presidencial hueca, insustancial y tramposa.
2. Intervino en forma ilegal en la elección interna del PRI, apoyando a la mancuerna Madrazo-Gordillo. Durante el proceso interno priísta formuló la acusación del Pemexgate para desprestigiar la candidatura de Beatriz Paredes a cambio del apoyo en la privatización energética y la imposición del IVA a alimentos y medicinas. No lo pudieron cumplir.
3. Rompió el consenso alcanzado en 1996 por todos los partidos para nombrar a los integrantes del Instituto Federal Electoral (IFE). Vía acuerdo con Elba Esther Gordillo impuso un órgano electoral surgido con el signo de la desconfianza. Hoy se ha demostrado el compromiso con quienes los nombraron: impulsar el fraude cibernético, el disimulo y las acciones canallas en contra de la candidatura de Andrés Manuel López Obrador. El IFE actual, anodino, monocorde y genuflexo, nació con el pecado de la imposición, la cual quiere lavar mediante una costosa e inútil campaña de espots.
4. Promovió el desafuero de AMLO para intentar detener su candidatura, poniendo todos los recursos del Estado al servicio de esta maniobra que fue impedida con la movilización social y el rechazo ciudadano.
5. Permitió que su esposa actúe como funcionaria del Ejecutivo, en el papel de ministra sin cartera que ordena y articula acciones propias de las dependencias federales, con un poder que ninguna ley le ha conferido, pero que usa a expensas de su relación marital. Sus hijos son depredadores de contratos públicos, logrados al amparo de los privilegios del parentesco familiar. Ha sido tal el poder de la esposa del presidente Fox que Roberto Madrazo cuenta que Marta Sahagún le pidió apoyar desde el PRI el desafuero de AMLO.
6. Incumplió todos sus compromisos de campaña. Preocupado en cómo detener la candidatura de AMLO, descuidó las tareas sustanciales del Estado. En materia de seguridad pública su acción fue un fracaso y la nación se desangra en medio de la violencia del crimen organizado y la incapacidad o complicidad del Estado. En empleo, educación, tema migratorio y campo fracasó al igual que como en todas sus promesas de campaña.
7. Utilizó todos los recursos del gobierno para intervenir abierta y subrepticiamente en la campaña presidencial a favor del PAN. Sus peroratas contra AMLO se convirtieron en la nota diaria. Con recursos federales desarrolló la campaña publicitaria más costosa de que se tenga memoria en un abierto apoyo al candidato del PAN. Ni el PRI se atrevió a tanto.
8. Marcó la pauta de una campaña inmoral, sucia e inequitativa y alentó a poderes fácticos de México para utilizar cualquier bajeza. Cientos de millones de pesos de los sectores privados se sumaron a los recursos de Acción Nacional y del gobierno para descalificar a AMLO, acusándolo de ser un "peligro para México". No hubo topes de campaña ni freno para la injuria. La regla fue que no hubo reglas. Mientras esto sucedía, el IFE y la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (Fepade) se hacían de la vista gorda.
9. Promovió y permitió el voto corporativo de las abyectas huestes del SNTE de Elba Esther y de los trabajadores de empresas privadas, donde los patrones llegaron a amenazar con despedirlos si no votaban por el Acción Nacional. Los panistas mascaron mecate ante el apoyo de los líderes charros. ¿Y los principios?
10. Fracturó todas las normas de convivencia que la República debe tener para salvaguardar la cohesión social. Entregó a trasnacionales concesiones para la producción energética, tuvo el gasto corriente más alto de los últimos sexenios y avaló una "ley de medios" al gusto de los monopolios. Convirtió a Los Pinos en las oficinas de la operación táctica, donde se ordenaban las acciones contra López Obrador. Pudo ser un hombre de Estado, pero se comportó como jefe de pandilla.
La confrontación existente hoy en México tiene un responsable y se llama Vicente Fox. Quien durante su campaña decía admirar a Mandela, Gandhi y Heberto Castillo terminó como incondicional de Bush, entenado de Aznar y mandadero de El Yunque. Pregonó la democracia como aspiración y terminó haciendo de la inmoralidad electoral una conducta presidencial.
Hoy no es sólo el resultado de la elección lo que está en juego ni en el fondo del debate: es la ruptura o la cohesión de la nación. Si fuimos capaces o no de construir un sistema político incluyente y confiable es el verdadero dilema.
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