Amigas, amigos:
Me da, como siempre, mucho gusto estar con ustedes. Me comprometí ayer con ciudadanos, mujeres, hombres, con gente de Chiapas, a que les iba a dar un saludo de parte de todos ellos y estoy cumpliendo. Allá en Chiapas, estuvimos en la región del Soconusco, allá todos están pendientes, están atentos, están de pie y en lucha por la justicia y por la democracia.
Muchas gracias a todas, a todos ustedes, a familias enteras, a la gente mayor, jóvenes, niños, a todos los aquí presentes. Es para mí un honor compartir esta plaza con mexicanas y mexicanos concientes y dignos, que luchan por un México mejor, más justo y mas democrático.
Mi sincero reconocimiento a todos por el esfuerzo y el sacrificio que han hecho para sostener y fortalecer nuestro movimiento, para mantener viva esta lucha, esta resistencia a pesar de todo, a pesar de las inclemencias del tiempo, de la lluvia, del frío, de todas las incomodidades.
Gracias por su entrega desinteresada. Ayer que estuve en Chiapas, cuando saludaba a la gente era constante el que me expresaron que no me dejara, que no nos dejáramos, y yo les digo a los compañeros de Chiapas, a mujeres y hombres, que no nos vamos a dejar ni nos vamos a rajar.
La resistencia civil pacífica que iniciamos hace unas semanas, hace 15 días, está dando una lección democrática a nuestro país y al mundo, está demostrando en los hechos que se pueden defender los derechos sin violencia pero con firmeza y decisión.
Me siento orgulloso de ser parte de este movimiento, de compartir con ustedes, amigas y amigos, convicciones y esperanzas.
Hemos cumplido, como dije, 15 días desde que decidimos quedarnos en Asamblea Permanente y acampar en el centro de la ciudad para hacer valer nuestra sencilla demanda de que se cuenten todos los votos, la demanda, la consigna de voto por voto, casilla por casilla, y dejar de esta manera a salvo la democracia.
Han sido días intensos de movilizaciones, de las manifestaciones más grandes de la historia de nuestro país, de jornadas de amplia participación ciudadana, la más decidida y constante que hayamos visto en los últimos tiempos en nuestro país.
Todas nuestras acciones de resistencia civil pacífica se han llevado a cabo sin incidentes. No se ha maltratado ni agredido a nadie, no se ha dañado ningún monumento, ningún edificio. Al contrario, hemos dado ejemplo de organización, de disciplina y de limpieza. Hemos logrado construir una hermosa convivencia ciudadana en calles y plazas, hemos ejercido nuestro derecho constitucional con imaginación y con inteligencia.
Como parte de nuestra resistencia civil se echó a andar la autoorganización y la solidaridad de los ciudadanos. En particular, muchos hombres y mujeres inteligentes y sensibles, parte de lo mejor de nuestro país, han impulsado un movimiento cultural que ha hecho de la música, de la pintura, de la palabra, del baile, de la fiesta y de la alegría, parte de nuestra resistencia.
Hoy en la Ciudad de México se respira una cultura democrática con la participación colectiva y el rechazo a las conductas corruptas heredadas del sistema autoritario. La esencia de nuestro movimiento es la tolerancia y el respeto a las diferencias, la promoción de la diversidad y la defensa de un proyecto incluyente de Nación, de un México para todos.
Hemos demostrado la decisión y la capacidad de organización de nuestro pueblo. Con toda seguridad podemos decir que estamos preparados para resistir el tiempo que sea necesario, que podríamos estar aquí por años, si así lo ameritan las circunstancias.
Aún nos falta decidir qué acciones específicas adoptaremos de acuerdo con el tiempo y las circunstancias. Pero de algo estamos seguros, aquí ya hay una decisión tomada de antemano. Esa decisión, que es el sentir de todas y de todos, va en dirección de que no vamos a permitir la imposición.
El objetivo de nuestro movimiento es salvar la democracia y hacer valer la Constitución Política Mexicana, que en su artículo 41 establece que la soberanía popular, base de nuestras instituciones, se expresa a través de elecciones libres y auténticas en las que deben regir los principios de certeza, legalidad, equidad, imparcialidad y transparencia. Y si no se respeta el voto ciudadano, se están socavando las bases democráticas de la República y se está violando la Constitución.
Pero el pueblo ha dicho: ¡Hasta aquí! ¡Se acabó la República simulada! ¡Nunca más la violación a los principios que garantizan el interés general, el interés del pueblo! ¡Nunca más instituciones dominadas por el poder y el dinero! ¡Nunca más aceptaremos el engaño y la mentira como forma de gobierno! ¡Nunca más permitiremos que se instaure un gobierno ilegal e ilegítimo en nuestro país!
Aquí y ahora comenzará, está comenzando, una etapa nueva de la vida pública de México. Con el apoyo y la decisión de la gente, con el poder soberano del pueblo, llevaremos a cabo, con ese poder ciudadano, los cambios y las transformaciones que necesita el país.
Básicamente, tenemos que pensar en cinco objetivos:
1.- Combatiremos la pobreza y la monstruosa desigualdad imperante en nuestro país. Ya es insoportable que una minoría rapaz lo tenga todo, mientras la mayoría de los mexicanos carece hasta de lo más elemental e indispensable. Además, sin justicia no habrá garantías de seguridad ni tranquilidad para nadie. Tampoco habrá paz social. La paz es fruto de la justicia.
2.- Defenderemos el patrimonio de la Nación. No permitiremos que sigan enajenando los bienes nacionales. No permitiremos la privatización, bajo ninguna modalidad, de la industria eléctrica, del petróleo, de la educación pública, de la seguridad social y de los recursos naturales.
3.- Haremos valer el derecho público a la información. La apertura de los medios de comunicación ha sido una conquista de los mexicanos. No permitiremos un retroceso. La tarea de los medios de comunicación es de interés público y, por tanto, los medios de comunicación deben garantizar espacios a todas las expresiones sociales, culturales y políticas de nuestro país. Entre sus obligaciones sociales está la de brindar información veraz y objetiva a la población, que sirva de base para que la población participe de manera consciente y libre en la toma de decisiones y en la vida nacional.
4.- Enfrentaremos la corrupción y la impunidad. No aceptamos, rechazamos totalmente, el Estado patrimonialista. El gobierno no puede seguir siendo un comité al servicio de una minoría. Ejercer el gobierno no puede significar privilegios ni corrupción. Tiene que castigarse a quienes cometen abusos desde el poder y despojan de su patrimonio a los mexicanos.
5.- Llevaremos a cabo una renovación tajante de las instituciones. Renovaremos las instituciones, todas las instituciones civiles. No permitiremos que los principios constitucionales y las garantías individuales se sigan pisoteando, porque las instituciones encargadas de proteger estos derechos se encuentran secuestradas y sometidas a los designios de una camarilla. Ya no estamos dispuestos a permitir que la política hacendaria y fiscal se aplique sólo en beneficio de banqueros y de traficantes de influencias. Ya no estamos dispuestos a permitir que la Suprema Corte esté al servicio de potentados y se proteja a delincuentes de cuello blanco.
Amigas y amigos:
En esencia, se trata de hacer a un lado la República simulada, de hacer a un lado la farsa, se trata de pasar al terreno de las transformaciones profundas que México requiere.
En otras palabras, con la decisión del Tribunal Electoral se definirá la profundidad y el rumbo de nuestro movimiento. Siempre hemos sostenido que nuestro propósito es el de fortalecer las instituciones democráticas.
Pero que se lea y que se escuche bien: Ya no permitiremos que la libertad, la justicia y la democracia estén a expensas de instituciones dominadas por intereses creados y administradas por hombres y mujeres sin integridad ni decoro.
Para remediar todos estos males que aquejan a la Nación, para cambiar esta historia de oprobio y de sometimiento, nuestro principal recurso, nuestra principal fuerza es y seguirá siendo la movilización ciudadana, el apoyo, el respaldo del pueblo.
Es muy sencillo de explicar: Si la voluntad popular es eliminada por el interés o el capricho de los ricos y poderosos, se hace imprescindible luchar por la renovación nacional y por la refundación de las instituciones.
En este marco, les propongo, por lo pronto, porque habrán otras medidas, les propongo de manera concreta que, si se consuma la imposición, llevemos a cabo las siguientes medidas:
1.- Que nos movilicemos y estemos presentes, en el lugar que sea, cuando se pretenda entregar la constancia de Presidente electo al candidato de la derecha.
2.- Que nos movilicemos para estar presentes también el día primero de septiembre, fecha del informe presidencial de ese traidor a la democracia que es Vicente Fox.
3.- Que la noche del 15 de septiembre, esa noche, aquí celebremos el grito de Independencia.
4.- Les propongo que al día siguiente de esa fecha histórica, el 16 de septiembre, llevemos a cabo aquí una Convención Nacional Democrática, con representantes de todos los pueblos del país, para decidir en definitiva el papel que asumiremos en la vida pública de México.
Ahora bien, conviene, aunque se trate de lo especifico, argumentar una vez más el por qué no aceptamos la imposición.
No aceptamos la imposición porque, como es de dominio público, estas elecciones no fueron ni limpias ni equitativas ni libres.
No fueron elecciones libres porque se usó al gobierno federal y los recursos públicos para comprar votos y se condicionaron los beneficios de los programas sociales a cambio de sufragios para el partido de la derecha.
No hubo elecciones equitativas porque Vicente Fox utilizó la institución presidencial para beneficiar al candidato del PAN y para estar constantemente atacándonos. Miren hasta dónde ha llegado el descaro y el cinismo: Hace unos días hubo una encerrona de los diputados del PAN y allá estuvo, en un día de semana, el Presidente, con helicóptero oficial, con el Estado mayor, utilizando todos los recursos públicos. Eso no corresponde a la actitud de un hombre de estado, de un estadista. El Presidente se ha comportado como jefe de grupo, como jefe de de camarilla, como jefe de partido, no ha estado a la altura de la institución presidencial.
Estas elecciones no fueron libres ni limpias porque el Consejo Coordinador Empresarial, que por cierto se ha quedado callado, ha guardado un silencio cómplice después de lo que provocó esa cúpula, violó la ley de manera flagrante al intervenir de forma descarada en contra nuestra.
No hubo equidad en la contienda electoral porque en los medios de comunicación se desató una guerra sucia como nunca se había visto en el país.
Ayer que visité Chiapas están repitiendo exactamente lo mismo. Se fue un equipo, de estos inmorales, corruptos, y ya instalaron un sistema para estar hablando por teléfono en las ciudades de Chiapas, supuestamente haciendo encuestas pero diciendo que si la gente no sabe que le candidato de la Coalición, Juan Sabines, dejó endeudado el ayuntamiento de Tuxtla, que si no sabe la gente que el candidato a gobernador de la Coalición es un peligro para Chiapas. Las mismas estrategias. Es decir, estamos ante una situación deplorable, de extrema inmoralidad. Si la política es un imperativo ético, lo que están haciendo es exactamente lo contrario a lo que significa y representa este noble oficio de la política.
No hubo equidad ni limpieza electoral porque el IFE actuó, como lo sabemos todos, de manera facciosa. Los consejeros ciudadanos fueron nombrados por el candidato de la derecha y por Elba Esther Gordillo, emblema del viejo régimen y, desde luego, actuaron bajo sus condiciones. El Instituto Electoral, que debió actuar como juez, como árbitro, se plegó, se subordinó por entero a los intereses del partido de la derecha y a su candidato.
No hubo equidad en la contienda porque el Partido Acción Nacional y el gobierno gastaron a manos llenas, rebasando los topes legales de los gastos de campaña.
No hubo limpieza ni certeza en los resultados porque se manipuló el sistema de cómputo, se alteraron las actas de escrutinio y de las casillas y se introdujeron votos ilegales.
No aceptamos la imposición porque a pesar de que demandamos el recuento de todos los votos, el Tribunal se ha negado a que se limpie la elección y a que haya transparencia.
Baste decir que, aún en el recuento parcial ordenado por los magistrados, se hicieron evidentes grandes y graves irregularidades, como aquí lo acaba de expresar Horacio Duarte.
Por ejemplo, quedó de manifiesto que el IFE violó la ley al abrir paquetes electorales los días previos al recuento, sin mandato judicial ni autorización del Tribunal.
El recuento parcial de casillas demostró que en el conteo distrital, hasta lo que se lleva ahora, el PAN recibió ilegalmente miles de votos de más y a nosotros se nos quitaron votos. Aunque nuestros adversarios afirmen que estas irregularidades no afectan el resultado final, hay indicios suficientes de un manejo doloso y fraudulento en todo el país. Por eso seguimos demandando el recuento total.
Pero lo más grave es que en los paquetes recontados se encontraron 126 mil boletas de más o de menos. En el primer caso, como aquí se dijo, hay 45 mil boletas que rebasan el número de las que recibieron los funcionarios de casilla. Otras 80 mil boletas simplemente desaparecieron sin explicación alguna.
Ya creo que todos tenemos claro lo que esto significa: 45 mil boletas de más, es decir, que muy probablemente se introdujeron en forma ilegal a las urnas, lo que se conoce en el argot de la delincuencia electoral como taqueo. Además, 80 mil boletas que desaparecieron, es decir, que no están en las urnas.
Se puede argumentar, como ya hemos escuchado, que los que van a votar, en este caso 80 mil, en una muestra muy pequeña, en vez de introducir la boleta se la llevaron de recuerdo para su casa, es decir, son coleccionistas de boletas. Estamos hablando de una muestra pequeña de 80 mil. Si esto se lleva a lo nacional, estaríamos hablando de alrededor de 900 mil o de un millón de boletas.
Esto es algo totalmente inaceptable. Quisiera yo que el Tribunal explicara por qué se dan estos casos. Desde luego, nosotros tenemos ya nuestro punto de vista. Nosotros sostenemos que la elección no fue limpia y que se manejaron las boletas de acuerdo con el interés y la conveniencia del partido de la derecha.
Es una realidad que se ha querido ocultar y soslayar. He venido observando cómo en los medios de comunicación, con honrosas excepciones, se elude este asunto, se hacen de la vista gorda. La cantaleta es que en el recuento no ha habido alteraciones suficientes. Uno, dos votos de más, de menos, es el coro, es lo que se está repitiendo, pero no se habla de este asunto que es fundamental.
Con todos estos elementos, si el Tribunal Electoral, como dijo Horacio Duarte, aplica la ley, tendrían que anularse muchas de las casillas en las que persisten esas irregularidades. Si así fuera, el resultado cambiaría y tendrían que reconocer nuestro triunfo en la Presidencia de la República.
El Tribunal tiene la oportunidad y el desafío de tomar una decisión, que no exagero en decirlo, va a resultar de trascendencia histórica, en un sentido o en otro. Este año 2006 va a convertirse en un parteaguas en la historia nacional. Todavía el Tribunal puede actuar pensando en México, pensando en las instituciones, pensando en fortalecer las instituciones democráticas. Todavía el Tribunal tiene tiempo, tienen tiempo los magistrados para rectificar y hacer valer la voluntad popular expresada el 2 de julio.
Por nuestra parte, insisto, nuestra decisión ya esta tomada: No permitiremos la imposición. No aceptaremos un gobierno ilegítimo y a un Presidente espurio. No permitiremos que se viole la Constitución ni se pisotee la decisión de los ciudadanos.
Después del balance que hemos hecho de este momento, pongo a consideración de esta Asamblea, puntualmente, lo siguiente:
Les pregunto a todos, a todas: ¿Luchamos contra la imposición hasta las últimas consecuencias para dejar a salvo la democracia?
¿Vamos, pregunto a ustedes, vamos a pensarlo antes de contestar, vamos a aceptar a un Presidente ilegítimo en nuestro país?
También quiero que piensen lo que voy a plantear: ¿Nos vamos a quedar el tiempo que sea necesario en los campamentos? ¿Nos vamos a quedar el tiempo que sea necesario? ¿Nos vamos a movilizar al lugar donde, en su caso, se dé la constancia de mayoría al Presidente espurio?
¿Vamos a estar presentes y vamos a convocar para congregarnos el primero de septiembre, el día del informe, en San Lázaro?
¿Celebramos aquí en el Zócalo, en esta plaza pública y en las principales plazas públicas de todo el país, el grito de Independencia?
¿Llevaremos a cabo, el 16 de septiembre, la Convención Nacional Democrática para tomar decisiones definitivas de mediano y de largo plazo?
Para este propósito, con el apoyo de los dirigentes de los partidos de la Coalición y de las organizaciones ciudadanas, vamos a empezar a convocar a todos los pueblos de México para congregarnos aquí, si se da la imposición, desde el día 15 en la noche y participar en la Convención Nacional Democrática el día 16 de septiembre.
También pregunto a ustedes: ¿Continuaremos con la resistencia civil pacífica?
Gracias por su respuesta.
Una vez, en una entrevista de televisión, un periodista me preguntaba, me emplazaba a que yo dijera hasta dónde íbamos a llegar y la respuesta que le di fue que hasta donde quisiera el pueblo de México.
Vamos a llegar hasta donde ustedes lo quieran y lo decidan. Yo voy a estar siempre con ustedes. Gracias por su apoyo, por su respaldo. Gracias por su respuesta para luchar por la democracia.
Hoy, como todos estos días, estamos tomando decisiones importantes. Desde esta plaza dejamos constancia de nuestro mensaje a la Nación en favor del respeto a la voluntad popular, base de la República y de las instituciones que de ella emanan.
No podemos permitir que se engañe al país, a esta noble Nación. No lo merecemos. Por eso hay que actuar y hablar con la verdad. Hubo fraude electoral y el Tribunal tiene en sus manos la salida: transparentar la elección y dejar que surja la verdad como único veredicto legal posible.
Amigas y amigos:
Tengan la certeza de que esta lucha no será en vano, de que estamos cumpliendo con nuestro deber, como lo hicieron otros mexicanos, mujeres y hombres, en otros momentos de la historia, para que nuestra Nación, para eso es nuestra lucha, para que nuestra Nación florezca y sea verdaderamente libre. Es la hora de defender la democracia y nuestra casa grande que es la Patria. Siempre el pueblo de México va a tener la última palabra.
Les digo que estoy orgulloso de ustedes. Son gente excepcional, noble y decidida, dispuesta a defender los derechos y el futuro de todos.
Gracias de todo corazón. Gracias por la entrega a esta noble causa. Gracias por su generosidad, por la solidaridad de la población que ha hecho posible nuestra resistencia. Gracias por la comprensión de quienes se ven afectados pero saben que esta lucha es por todos. Gracias por ser y pensar como somos.
Vamos a resistir todas las embestidas y todas las adversidades porque tenemos principios, porque tenemos ideales, porque estamos defendiendo una causa justa. Tengan la seguridad de que no los voy a traicionar. Líder no va a faltar. Seguiré adelante hasta las últimas consecuencias.
Amigas y amigos:
No estamos solos porque estamos juntos, porque somos millones, juntos, forjando el porvenir de nuestra patria.
Muchas gracias, amigas y amigos.
Me da, como siempre, mucho gusto estar con ustedes. Me comprometí ayer con ciudadanos, mujeres, hombres, con gente de Chiapas, a que les iba a dar un saludo de parte de todos ellos y estoy cumpliendo. Allá en Chiapas, estuvimos en la región del Soconusco, allá todos están pendientes, están atentos, están de pie y en lucha por la justicia y por la democracia.
Muchas gracias a todas, a todos ustedes, a familias enteras, a la gente mayor, jóvenes, niños, a todos los aquí presentes. Es para mí un honor compartir esta plaza con mexicanas y mexicanos concientes y dignos, que luchan por un México mejor, más justo y mas democrático.
Mi sincero reconocimiento a todos por el esfuerzo y el sacrificio que han hecho para sostener y fortalecer nuestro movimiento, para mantener viva esta lucha, esta resistencia a pesar de todo, a pesar de las inclemencias del tiempo, de la lluvia, del frío, de todas las incomodidades.
Gracias por su entrega desinteresada. Ayer que estuve en Chiapas, cuando saludaba a la gente era constante el que me expresaron que no me dejara, que no nos dejáramos, y yo les digo a los compañeros de Chiapas, a mujeres y hombres, que no nos vamos a dejar ni nos vamos a rajar.
La resistencia civil pacífica que iniciamos hace unas semanas, hace 15 días, está dando una lección democrática a nuestro país y al mundo, está demostrando en los hechos que se pueden defender los derechos sin violencia pero con firmeza y decisión.
Me siento orgulloso de ser parte de este movimiento, de compartir con ustedes, amigas y amigos, convicciones y esperanzas.
Hemos cumplido, como dije, 15 días desde que decidimos quedarnos en Asamblea Permanente y acampar en el centro de la ciudad para hacer valer nuestra sencilla demanda de que se cuenten todos los votos, la demanda, la consigna de voto por voto, casilla por casilla, y dejar de esta manera a salvo la democracia.
Han sido días intensos de movilizaciones, de las manifestaciones más grandes de la historia de nuestro país, de jornadas de amplia participación ciudadana, la más decidida y constante que hayamos visto en los últimos tiempos en nuestro país.
Todas nuestras acciones de resistencia civil pacífica se han llevado a cabo sin incidentes. No se ha maltratado ni agredido a nadie, no se ha dañado ningún monumento, ningún edificio. Al contrario, hemos dado ejemplo de organización, de disciplina y de limpieza. Hemos logrado construir una hermosa convivencia ciudadana en calles y plazas, hemos ejercido nuestro derecho constitucional con imaginación y con inteligencia.
Como parte de nuestra resistencia civil se echó a andar la autoorganización y la solidaridad de los ciudadanos. En particular, muchos hombres y mujeres inteligentes y sensibles, parte de lo mejor de nuestro país, han impulsado un movimiento cultural que ha hecho de la música, de la pintura, de la palabra, del baile, de la fiesta y de la alegría, parte de nuestra resistencia.
Hoy en la Ciudad de México se respira una cultura democrática con la participación colectiva y el rechazo a las conductas corruptas heredadas del sistema autoritario. La esencia de nuestro movimiento es la tolerancia y el respeto a las diferencias, la promoción de la diversidad y la defensa de un proyecto incluyente de Nación, de un México para todos.
Hemos demostrado la decisión y la capacidad de organización de nuestro pueblo. Con toda seguridad podemos decir que estamos preparados para resistir el tiempo que sea necesario, que podríamos estar aquí por años, si así lo ameritan las circunstancias.
Aún nos falta decidir qué acciones específicas adoptaremos de acuerdo con el tiempo y las circunstancias. Pero de algo estamos seguros, aquí ya hay una decisión tomada de antemano. Esa decisión, que es el sentir de todas y de todos, va en dirección de que no vamos a permitir la imposición.
El objetivo de nuestro movimiento es salvar la democracia y hacer valer la Constitución Política Mexicana, que en su artículo 41 establece que la soberanía popular, base de nuestras instituciones, se expresa a través de elecciones libres y auténticas en las que deben regir los principios de certeza, legalidad, equidad, imparcialidad y transparencia. Y si no se respeta el voto ciudadano, se están socavando las bases democráticas de la República y se está violando la Constitución.
Pero el pueblo ha dicho: ¡Hasta aquí! ¡Se acabó la República simulada! ¡Nunca más la violación a los principios que garantizan el interés general, el interés del pueblo! ¡Nunca más instituciones dominadas por el poder y el dinero! ¡Nunca más aceptaremos el engaño y la mentira como forma de gobierno! ¡Nunca más permitiremos que se instaure un gobierno ilegal e ilegítimo en nuestro país!
Aquí y ahora comenzará, está comenzando, una etapa nueva de la vida pública de México. Con el apoyo y la decisión de la gente, con el poder soberano del pueblo, llevaremos a cabo, con ese poder ciudadano, los cambios y las transformaciones que necesita el país.
Básicamente, tenemos que pensar en cinco objetivos:
1.- Combatiremos la pobreza y la monstruosa desigualdad imperante en nuestro país. Ya es insoportable que una minoría rapaz lo tenga todo, mientras la mayoría de los mexicanos carece hasta de lo más elemental e indispensable. Además, sin justicia no habrá garantías de seguridad ni tranquilidad para nadie. Tampoco habrá paz social. La paz es fruto de la justicia.
2.- Defenderemos el patrimonio de la Nación. No permitiremos que sigan enajenando los bienes nacionales. No permitiremos la privatización, bajo ninguna modalidad, de la industria eléctrica, del petróleo, de la educación pública, de la seguridad social y de los recursos naturales.
3.- Haremos valer el derecho público a la información. La apertura de los medios de comunicación ha sido una conquista de los mexicanos. No permitiremos un retroceso. La tarea de los medios de comunicación es de interés público y, por tanto, los medios de comunicación deben garantizar espacios a todas las expresiones sociales, culturales y políticas de nuestro país. Entre sus obligaciones sociales está la de brindar información veraz y objetiva a la población, que sirva de base para que la población participe de manera consciente y libre en la toma de decisiones y en la vida nacional.
4.- Enfrentaremos la corrupción y la impunidad. No aceptamos, rechazamos totalmente, el Estado patrimonialista. El gobierno no puede seguir siendo un comité al servicio de una minoría. Ejercer el gobierno no puede significar privilegios ni corrupción. Tiene que castigarse a quienes cometen abusos desde el poder y despojan de su patrimonio a los mexicanos.
5.- Llevaremos a cabo una renovación tajante de las instituciones. Renovaremos las instituciones, todas las instituciones civiles. No permitiremos que los principios constitucionales y las garantías individuales se sigan pisoteando, porque las instituciones encargadas de proteger estos derechos se encuentran secuestradas y sometidas a los designios de una camarilla. Ya no estamos dispuestos a permitir que la política hacendaria y fiscal se aplique sólo en beneficio de banqueros y de traficantes de influencias. Ya no estamos dispuestos a permitir que la Suprema Corte esté al servicio de potentados y se proteja a delincuentes de cuello blanco.
Amigas y amigos:
En esencia, se trata de hacer a un lado la República simulada, de hacer a un lado la farsa, se trata de pasar al terreno de las transformaciones profundas que México requiere.
En otras palabras, con la decisión del Tribunal Electoral se definirá la profundidad y el rumbo de nuestro movimiento. Siempre hemos sostenido que nuestro propósito es el de fortalecer las instituciones democráticas.
Pero que se lea y que se escuche bien: Ya no permitiremos que la libertad, la justicia y la democracia estén a expensas de instituciones dominadas por intereses creados y administradas por hombres y mujeres sin integridad ni decoro.
Para remediar todos estos males que aquejan a la Nación, para cambiar esta historia de oprobio y de sometimiento, nuestro principal recurso, nuestra principal fuerza es y seguirá siendo la movilización ciudadana, el apoyo, el respaldo del pueblo.
Es muy sencillo de explicar: Si la voluntad popular es eliminada por el interés o el capricho de los ricos y poderosos, se hace imprescindible luchar por la renovación nacional y por la refundación de las instituciones.
En este marco, les propongo, por lo pronto, porque habrán otras medidas, les propongo de manera concreta que, si se consuma la imposición, llevemos a cabo las siguientes medidas:
1.- Que nos movilicemos y estemos presentes, en el lugar que sea, cuando se pretenda entregar la constancia de Presidente electo al candidato de la derecha.
2.- Que nos movilicemos para estar presentes también el día primero de septiembre, fecha del informe presidencial de ese traidor a la democracia que es Vicente Fox.
3.- Que la noche del 15 de septiembre, esa noche, aquí celebremos el grito de Independencia.
4.- Les propongo que al día siguiente de esa fecha histórica, el 16 de septiembre, llevemos a cabo aquí una Convención Nacional Democrática, con representantes de todos los pueblos del país, para decidir en definitiva el papel que asumiremos en la vida pública de México.
Ahora bien, conviene, aunque se trate de lo especifico, argumentar una vez más el por qué no aceptamos la imposición.
No aceptamos la imposición porque, como es de dominio público, estas elecciones no fueron ni limpias ni equitativas ni libres.
No fueron elecciones libres porque se usó al gobierno federal y los recursos públicos para comprar votos y se condicionaron los beneficios de los programas sociales a cambio de sufragios para el partido de la derecha.
No hubo elecciones equitativas porque Vicente Fox utilizó la institución presidencial para beneficiar al candidato del PAN y para estar constantemente atacándonos. Miren hasta dónde ha llegado el descaro y el cinismo: Hace unos días hubo una encerrona de los diputados del PAN y allá estuvo, en un día de semana, el Presidente, con helicóptero oficial, con el Estado mayor, utilizando todos los recursos públicos. Eso no corresponde a la actitud de un hombre de estado, de un estadista. El Presidente se ha comportado como jefe de grupo, como jefe de de camarilla, como jefe de partido, no ha estado a la altura de la institución presidencial.
Estas elecciones no fueron libres ni limpias porque el Consejo Coordinador Empresarial, que por cierto se ha quedado callado, ha guardado un silencio cómplice después de lo que provocó esa cúpula, violó la ley de manera flagrante al intervenir de forma descarada en contra nuestra.
No hubo equidad en la contienda electoral porque en los medios de comunicación se desató una guerra sucia como nunca se había visto en el país.
Ayer que visité Chiapas están repitiendo exactamente lo mismo. Se fue un equipo, de estos inmorales, corruptos, y ya instalaron un sistema para estar hablando por teléfono en las ciudades de Chiapas, supuestamente haciendo encuestas pero diciendo que si la gente no sabe que le candidato de la Coalición, Juan Sabines, dejó endeudado el ayuntamiento de Tuxtla, que si no sabe la gente que el candidato a gobernador de la Coalición es un peligro para Chiapas. Las mismas estrategias. Es decir, estamos ante una situación deplorable, de extrema inmoralidad. Si la política es un imperativo ético, lo que están haciendo es exactamente lo contrario a lo que significa y representa este noble oficio de la política.
No hubo equidad ni limpieza electoral porque el IFE actuó, como lo sabemos todos, de manera facciosa. Los consejeros ciudadanos fueron nombrados por el candidato de la derecha y por Elba Esther Gordillo, emblema del viejo régimen y, desde luego, actuaron bajo sus condiciones. El Instituto Electoral, que debió actuar como juez, como árbitro, se plegó, se subordinó por entero a los intereses del partido de la derecha y a su candidato.
No hubo equidad en la contienda porque el Partido Acción Nacional y el gobierno gastaron a manos llenas, rebasando los topes legales de los gastos de campaña.
No hubo limpieza ni certeza en los resultados porque se manipuló el sistema de cómputo, se alteraron las actas de escrutinio y de las casillas y se introdujeron votos ilegales.
No aceptamos la imposición porque a pesar de que demandamos el recuento de todos los votos, el Tribunal se ha negado a que se limpie la elección y a que haya transparencia.
Baste decir que, aún en el recuento parcial ordenado por los magistrados, se hicieron evidentes grandes y graves irregularidades, como aquí lo acaba de expresar Horacio Duarte.
Por ejemplo, quedó de manifiesto que el IFE violó la ley al abrir paquetes electorales los días previos al recuento, sin mandato judicial ni autorización del Tribunal.
El recuento parcial de casillas demostró que en el conteo distrital, hasta lo que se lleva ahora, el PAN recibió ilegalmente miles de votos de más y a nosotros se nos quitaron votos. Aunque nuestros adversarios afirmen que estas irregularidades no afectan el resultado final, hay indicios suficientes de un manejo doloso y fraudulento en todo el país. Por eso seguimos demandando el recuento total.
Pero lo más grave es que en los paquetes recontados se encontraron 126 mil boletas de más o de menos. En el primer caso, como aquí se dijo, hay 45 mil boletas que rebasan el número de las que recibieron los funcionarios de casilla. Otras 80 mil boletas simplemente desaparecieron sin explicación alguna.
Ya creo que todos tenemos claro lo que esto significa: 45 mil boletas de más, es decir, que muy probablemente se introdujeron en forma ilegal a las urnas, lo que se conoce en el argot de la delincuencia electoral como taqueo. Además, 80 mil boletas que desaparecieron, es decir, que no están en las urnas.
Se puede argumentar, como ya hemos escuchado, que los que van a votar, en este caso 80 mil, en una muestra muy pequeña, en vez de introducir la boleta se la llevaron de recuerdo para su casa, es decir, son coleccionistas de boletas. Estamos hablando de una muestra pequeña de 80 mil. Si esto se lleva a lo nacional, estaríamos hablando de alrededor de 900 mil o de un millón de boletas.
Esto es algo totalmente inaceptable. Quisiera yo que el Tribunal explicara por qué se dan estos casos. Desde luego, nosotros tenemos ya nuestro punto de vista. Nosotros sostenemos que la elección no fue limpia y que se manejaron las boletas de acuerdo con el interés y la conveniencia del partido de la derecha.
Es una realidad que se ha querido ocultar y soslayar. He venido observando cómo en los medios de comunicación, con honrosas excepciones, se elude este asunto, se hacen de la vista gorda. La cantaleta es que en el recuento no ha habido alteraciones suficientes. Uno, dos votos de más, de menos, es el coro, es lo que se está repitiendo, pero no se habla de este asunto que es fundamental.
Con todos estos elementos, si el Tribunal Electoral, como dijo Horacio Duarte, aplica la ley, tendrían que anularse muchas de las casillas en las que persisten esas irregularidades. Si así fuera, el resultado cambiaría y tendrían que reconocer nuestro triunfo en la Presidencia de la República.
El Tribunal tiene la oportunidad y el desafío de tomar una decisión, que no exagero en decirlo, va a resultar de trascendencia histórica, en un sentido o en otro. Este año 2006 va a convertirse en un parteaguas en la historia nacional. Todavía el Tribunal puede actuar pensando en México, pensando en las instituciones, pensando en fortalecer las instituciones democráticas. Todavía el Tribunal tiene tiempo, tienen tiempo los magistrados para rectificar y hacer valer la voluntad popular expresada el 2 de julio.
Por nuestra parte, insisto, nuestra decisión ya esta tomada: No permitiremos la imposición. No aceptaremos un gobierno ilegítimo y a un Presidente espurio. No permitiremos que se viole la Constitución ni se pisotee la decisión de los ciudadanos.
Después del balance que hemos hecho de este momento, pongo a consideración de esta Asamblea, puntualmente, lo siguiente:
Les pregunto a todos, a todas: ¿Luchamos contra la imposición hasta las últimas consecuencias para dejar a salvo la democracia?
¿Vamos, pregunto a ustedes, vamos a pensarlo antes de contestar, vamos a aceptar a un Presidente ilegítimo en nuestro país?
También quiero que piensen lo que voy a plantear: ¿Nos vamos a quedar el tiempo que sea necesario en los campamentos? ¿Nos vamos a quedar el tiempo que sea necesario? ¿Nos vamos a movilizar al lugar donde, en su caso, se dé la constancia de mayoría al Presidente espurio?
¿Vamos a estar presentes y vamos a convocar para congregarnos el primero de septiembre, el día del informe, en San Lázaro?
¿Celebramos aquí en el Zócalo, en esta plaza pública y en las principales plazas públicas de todo el país, el grito de Independencia?
¿Llevaremos a cabo, el 16 de septiembre, la Convención Nacional Democrática para tomar decisiones definitivas de mediano y de largo plazo?
Para este propósito, con el apoyo de los dirigentes de los partidos de la Coalición y de las organizaciones ciudadanas, vamos a empezar a convocar a todos los pueblos de México para congregarnos aquí, si se da la imposición, desde el día 15 en la noche y participar en la Convención Nacional Democrática el día 16 de septiembre.
También pregunto a ustedes: ¿Continuaremos con la resistencia civil pacífica?
Gracias por su respuesta.
Una vez, en una entrevista de televisión, un periodista me preguntaba, me emplazaba a que yo dijera hasta dónde íbamos a llegar y la respuesta que le di fue que hasta donde quisiera el pueblo de México.
Vamos a llegar hasta donde ustedes lo quieran y lo decidan. Yo voy a estar siempre con ustedes. Gracias por su apoyo, por su respaldo. Gracias por su respuesta para luchar por la democracia.
Hoy, como todos estos días, estamos tomando decisiones importantes. Desde esta plaza dejamos constancia de nuestro mensaje a la Nación en favor del respeto a la voluntad popular, base de la República y de las instituciones que de ella emanan.
No podemos permitir que se engañe al país, a esta noble Nación. No lo merecemos. Por eso hay que actuar y hablar con la verdad. Hubo fraude electoral y el Tribunal tiene en sus manos la salida: transparentar la elección y dejar que surja la verdad como único veredicto legal posible.
Amigas y amigos:
Tengan la certeza de que esta lucha no será en vano, de que estamos cumpliendo con nuestro deber, como lo hicieron otros mexicanos, mujeres y hombres, en otros momentos de la historia, para que nuestra Nación, para eso es nuestra lucha, para que nuestra Nación florezca y sea verdaderamente libre. Es la hora de defender la democracia y nuestra casa grande que es la Patria. Siempre el pueblo de México va a tener la última palabra.
Les digo que estoy orgulloso de ustedes. Son gente excepcional, noble y decidida, dispuesta a defender los derechos y el futuro de todos.
Gracias de todo corazón. Gracias por la entrega a esta noble causa. Gracias por su generosidad, por la solidaridad de la población que ha hecho posible nuestra resistencia. Gracias por la comprensión de quienes se ven afectados pero saben que esta lucha es por todos. Gracias por ser y pensar como somos.
Vamos a resistir todas las embestidas y todas las adversidades porque tenemos principios, porque tenemos ideales, porque estamos defendiendo una causa justa. Tengan la seguridad de que no los voy a traicionar. Líder no va a faltar. Seguiré adelante hasta las últimas consecuencias.
Amigas y amigos:
No estamos solos porque estamos juntos, porque somos millones, juntos, forjando el porvenir de nuestra patria.
Muchas gracias, amigas y amigos.
1 comentario:
Se aventó un buen choro el compañero Andrés.
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